San Miguel Arcángel: oración contra los espíritus malignos
Oh excelso y glorioso San Miguel Arcángel, príncipe invencible de las huestes celestiales, fiel defensor de las almas justas y celoso guardián de la gloria divina, acude presuroso en nuestro auxilio en esta hora de combate espiritual. Defiéndenos con tu espada luminosa en la lucha perpetua contra los espíritus malignos que rondan el mundo para la perdición de las almas. Sé nuestro amparo y baluarte contra toda perversidad, mentira y engaño, contra la oscuridad que pretende despojar al hombre de su herencia celestial.
Tú, que por mandato del Altísimo abatiste la soberbia del dragón antiguo y lo arrojaste a los abismos, intercede por nosotros ante el trono de Dios. Fortalece nuestro espíritu en las tribulaciones, alienta nuestro corazón cuando flaquee, y guíanos por sendas de verdad, pureza y caridad. Cubre con tus alas protectoras a quienes claman tu nombre, y no permitas que las sombras prevalezcan sobre la luz que el Creador depositó en cada uno de sus hijos. Que por tu poderosa intercesión, seamos preservados de todo mal y conducidos, al final de nuestros días, a la gloria eterna.
Oh invencible San Miguel, centinela del Reino eterno, permite que bajo tu amparo jamás temamos la oscuridad ni la soledad, pues en la batalla final serás tú quien alce la voz en nombre de los justos, y con tu espada resplandeciente, abras el camino hacia la paz sin ocaso. Que nuestras almas, purificadas por tu auxilio, puedan alabar al Altísimo por los siglos sin fin.
**“¿Quién como Dios?” — y las potestades temblaron.
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”
(Salmo 27:1)
Amén