Aoraciones: Legión de María
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Virgen Santa Lutgarda

Santa Lutgarda de Aywieres, Virgen y Mística Cisterciense

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Santa Lutgarda, mística cisterciense de Aywieres (Bélgica), nació en 1182. A los doce años fue confiada a las monjas benedictinas de Saint-Trond, no por vocación sino porque su familia perdió la dote matrimonial. Inicialmente vivía libremente como pensionista, sin mostrar inclinación religiosa, hasta que un día tuvo una visión de Nuestro Señor Jesucristo que le reveló sus llagas y le pidió amarlo solo a Él. Ese instante marcó el inicio de su intensa vida de unión mística con Cristo.

Santa Mística sisterciense de Aywieres, Bélgica. Nace en 1182. A los doce años de edad fue encomendada a las monjas benedictinas cerca de Saint-Trond, no por piedad sino porque el dinero para su dote matrimonial había sido perdido por su padre. Era la costumbre de la época. Lutgarda era bonita y le gustaba divertirse sanamente y vestir bien. No aparentaba vocación religiosa, por lo que en el convento vivía como una especie de pensionista, libre para entrar y salir. Sin embargo, un día, mientras charlaba con unas amistades, tuvo una visión de Nuestro Señor Jesucristo que le mostraba sus heridas y le pedía que lo amase solo a El. Lutgarda aquel día descubrió el amor de Jesús y lo aceptó al instante como su Prometido. Desde aquel momento su vida cambió.

Sus compañeras dudaron de la duración de su fervor, pero Lutgarda perseveró: rezaba en éxtasis, veía a Jesús con ojos corporales y hablaba con Él como amiga. En ocasiones levitaba y su frente irradiaba luz; pequeñas gotas de sangre aparecían en su cabello mientras meditaba la Pasión. Su corazón se amplió hasta sentir los dolores ajenos como propios.

Tras doce años en el convento de Santa Catalina, optó por la regla más estricta del Cister en Aywieres, pese a no hablar francés. Con humildad y dones de curación, profecía y comprensión de las Escrituras, consoló muchas almas. La beata María de Oignies dice de ella que es una intercesora incomparable por los pecadores y las almas del purgatorio.

Lutgarda recibió visiones del Sagrado Corazón. Al pedirle un regalo al Señor, Él intercambió corazones con ella en un acto místico sin precedentes. Once años antes de morir, quedó ciega y ayunó con fervor; fue revelado que su hemorragia era aceptada en el cielo como martirio. Predijo su muerte, que aconteció la noche del sábado posterior a la Santísima Trinidad, cuando iniciaba el oficio nocturno del domingo, el 16 de junio de 1246.

María Auxiliadora ayúdanos en nuestras dificultades

Imagen devocional de María Auxiliadora
María Auxiliadora, Auxilio de los Cristianos.

Hoy celebramos a María Auxiliadora, siempre dispuesta a ayudarnos en las dificultades

Cada 24 de mayo la Iglesia celebra a la Madre de Dios bajo la advocación de ‘Santa María, Auxilio de los cristianos’ [Maria Auxilium Christianorum], conocida popularmente como Santa María Auxiliadora.

“En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra”, solía decir San Juan Bosco, fundador de la familia salesiana y gran promotor de esta advocación mariana.

Devoción de raíces profundas

Desde los primeros siglos, los cristianos invocaban a la Virgen como “auxiliadora”. Inscripciones antiguas de iglesias orientales ya usaban los títulos Theotokos (Madre de Dios) y Boeteia (Auxiliadora).

Grandes santos como San Juan Crisóstomo la llamaban “Auxilio potentísimo… fuerte y eficaz”. San Juan Damasceno introdujo la jaculatoria: “María Auxiliadora, ruega por nosotros”.

“Oh María, tú eres poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe…”, escribió San Germán de Constantinopla hacia el año 733.

María, Auxilio de los cristianos

En el siglo XVI, tras la victoria de Lepanto, el Papa San Pío V incluyó en las letanías la invocación “María, Auxilio de los cristianos”.

Ya en el siglo XIX, el Papa Pío VII, prisionero de Napoleón, pidió el auxilio de María. Al ser liberado, decretó el 24 de mayo como día de esta fiesta mariana.

Don Bosco y los monumentos a María

Detalle devocional de María Auxiliadora
María Auxiliadora, consuelo y guía de los fieles.

Un año después de la liberación del Papa, nació Juan Bosco, quien construyó dos monumentos: la Basílica de María Auxiliadora en Turín y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

San Juan Bosco recomendaba el rezo de la novena y la jaculatoria para obtener gracias: “Confiad siempre en Jesús Sacramentado y María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”.

¡Acógete a la Madre que siempre nos auxilia!

Todo para la Mayor Gloria de Dios y por el Próximo Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Amén

Oración a María Auxiliadora para Casos Urgentes

Una súplica poderosa y confiada a María Auxiliadora en momentos de angustia, perfecta para quienes necesitan un milagro urgente.

Oh María Auxiliadora, Madre compasiva de todos los cristianos, me acerco a Ti con el corazón afligido, buscando tu auxilio poderoso en esta hora difícil.

Tú que conoces mis penas y angustias, Tú que jamás desoyes al que clama con fe, escucha esta súplica que hoy elevo con lágrimas y esperanza.

Madre tierna, consuelo de los necesitados, intercede ante tu Hijo amado, y alcánzame la gracia que tanto anhelo: (haz aquí tu petición con fe).

No me dejes solo/a en esta necesidad urgente. Ven pronto en mi ayuda, Virgen fiel, y muéstrame que eres verdaderamente el Auxilio de los cristianos.

Confío en tu bondad maternal, y prometo difundir tu nombre bendito y dar testimonio de tu poderosa intercesión.

Amén.

María Auxiliadora, ruega por nosotros.
María Auxiliadora, alivia mi urgencia.
María Auxiliadora, no me abandones.

Historia de la Dormición y Asunción de María

La Virgen María en su Dormición rodeada de apóstoles, mientras es elevada al cielo en su Asunción

Un suspiro al cielo: la historia de la Dormición y Asunción de María

En un pequeño rincón del Líbano, a orillas del Mediterráneo, vive Sor Evelyne, una religiosa maronita de 84 años que durante décadas ha custodiado con amor un antiguo manuscrito. Según la tradición oral de su convento, dicho documento —escrito en siriaco— relata una historia preservada durante siglos por los primeros cristianos del Oriente Medio: el tránsito de la Virgen María y su gloriosa Asunción a los cielos.

La historia comienza en Jerusalén, en el Cenáculo, lugar donde María pasó sus últimos años en oración y contemplación. Se cuenta que, al aproximarse el final de sus días, fue visitada por el arcángel Gabriel, quien le anunció que pronto sería llevada al cielo, en cuerpo y alma. María, llena de serenidad, aceptó el designio divino con las mismas palabras que una vez dijera en Nazaret: “Hágase en mí según tu palabra”.

Durante los días siguientes, los apóstoles comenzaron a llegar misteriosamente desde todas las partes del mundo donde predicaban. La tradición dice que fueron transportados milagrosamente por el Espíritu Santo para despedirse de la Madre del Salvador. Tomás, sin embargo, no llegó a tiempo, como también ocurrió en la resurrección de Cristo.

En el momento de su Dormición, los apóstoles rodearon su lecho, y un perfume celestial llenó la estancia. El rostro de María resplandecía con una paz inexplicable. Cerró los ojos suavemente, como quien se entrega al sueño confiado en los brazos de Dios. Fue así como “durmió”, sin dolor, sin angustia, sin corrupción.

El cuerpo fue depositado en una tumba del valle del Cedrón, cerca del huerto de Getsemaní. Durante tres días, los discípulos velaron el sepulcro, entonando salmos y oraciones. Al llegar finalmente Tomás, lloró desconsolado por no haberla visto partir, y pidió que se abriera la tumba para despedirse de ella.

Al abrir la sepultura, encontraron únicamente flores blancas y una fragancia celestial más intensa aún que la anterior. El cuerpo de María no estaba. En ese momento, los cielos se abrieron y una visión gloriosa apareció ante ellos: María era elevada en cuerpo y alma, rodeada por ángeles que la entonaban como Reina del Cielo.

Este testimonio oral, conservado por comunidades cristianas de Oriente, coincide con múltiples visiones místicas registradas siglos después por santos como Santa Brígida de Suecia o la Beata Ana Catalina Emmerick, quienes describieron con detalles sobrenaturales la Dormición y Asunción de María.

Lo que hace aún más conmovedora esta historia es que Sor Evelyne afirma haber tenido, cuando joven, una visión que la marcó para siempre. En ella, vio a la Virgen dormida, envuelta en luz, mientras una voz decía: “La Mujer vestida de sol no conocerá la corrupción”.

Desde entonces, cada año, el 15 de agosto, el convento maronita celebra una vigilia en la que se cantan antiguos himnos en arameo y se renueva la fe en la resurrección prometida. Para ellas, la Asunción no es solo un dogma: es una esperanza viva, un llamado a creer que el amor de Dios transforma incluso la muerte.

Esta historia, aunque no está escrita en los evangelios canónicos, vive en la memoria de la Iglesia desde los primeros siglos. Fue confirmada como dogma en 1950 por el Papa Pío XII, pero mucho antes ya era celebrada por la liturgia, el arte y la devoción del pueblo cristiano.

En la basílica de la Dormición en Jerusalén, aún se pueden ver iconos que retratan el tránsito de María, rodeada de los apóstoles, con Cristo llevándose su alma como una niña vestida de blanco. Esta iconografía resume el misterio: María fue elevada porque vivió unida totalmente a Dios.

En el corazón del creyente, la Asunción de María se convierte en promesa. Así como ella fue llevada al cielo, también nosotros seremos glorificados si vivimos en gracia. Ella es la primera redimida, la anticipación de la gloria que Dios ha preparado para quienes lo aman.

Hoy, esta historia llega hasta ti no como una leyenda, sino como una llama de fe viva. María no está en un sepulcro. Está en el cielo, intercediendo por nosotros. Y cada vez que la invocamos con amor, su presencia se hace cercana, maternal, luminosa.

Recordemos con amor este misterio: María, que nos dio a Cristo, ha sido glorificada por Él. Su Dormición fue paz. Su Asunción, victoria. Y su historia, un puente entre el cielo y la tierra para todos los que confiamos en su ternura maternal.

Madrecita

Madrecita del alma querida 

Madrecita - Aoraciones


Madrecita del alma querida
En mi pecho yo llevo una flor 
No te importe el color que ella tenga 
Porque al fin tú eres madre una flor

Tu cariño es mi bien madrecita 
En mi vida tú has sido y serás 
El refugio de todas mi penas 
Y la cuna de amor y verdad 

Y aunque amores yo tenga en la vida 
Que me llenen de felicidad 
Como el tuyo jamás madre mía 
Como el tuyo no habré de encontrar 

Aunque amores yo tenga en la vida 
Que me llenen de felicidad 
Como el tuyo jamás madre mía 
Como el tuyo no habré de encontrar

Madrecita del alma querida 
En mi pecho yo llevo una flor 
No te importe el color que ella tenga 
Porque al fin tú eres madre una flor 

Tu cariño es mi bien madrecita 
En mi vida tú has sido y serás 
Y la cuna de amor y verdad Y

Y aunque amores yo tenga en la vida 
Que me llenen de felicidad 
Como el tuyo jamás madre mía 
Como el tuyo no habré de encontrar 

Aunque amores yo tenga en la vida 
Que me llenen de felicidad 
Como el tuyo jamás madre mía 
Como el tuyo no habré de encontrar

Madrecita del alma querida 
En mi pecho yo llevo una flor 
No te importe el color que ella tenga 
Porque al fin tú eres madre una flor 

Tu cariño es mi bien madrecita 
En mi vida tú has sido y serás 
El refugio de todas mi penas 
Y la cuna de amor y verdad


Madrecita del alma querida - Aoraciones

















Fuente: LyricFind

Evangelio de hoy: Juan 12, 1:11 La unción en Betania

Evangelio de hoy - Aoraciones

Evangelio de Hoy – Juan 12, 1-11: La Unción en Betania

“Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura.”

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:

«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».

Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. Jesús dijo:

«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra del Señor 🙏🏻

Comentario Argumentativo del Evangelio de Hoy

Este Evangelio de hoy nos transporta a una escena íntima y profunda en Betania, donde María, en un acto de amor desbordante, unge los pies de Jesús con perfume costoso. Su gesto, incomprendido por Judas, anticipa el sacrificio de Jesús. Mientras Judas piensa en el valor material, María ve más allá: reconoce a Jesús como el Mesías que pronto entregará su vida.

La respuesta de Jesús nos enseña que hay momentos únicos en los que debemos amar y entregarnos sin cálculos. También nos invita a valorar su presencia antes de que pase. Finalmente, la reacción de los sumos sacerdotes nos recuerda que la luz de Cristo siempre incomoda a quienes temen perder el poder. Este pasaje nos interpela a vivir una fe valiente, amorosa y agradecida.

Reflexión y oraciones diarias en honor a la Virgen del Carmen y la Palabra de Dios. Publicado por Claret Coromoto.

Oraciones a la Virgen de la Medalla Milagrosa

 

Oraciones a la Virgen de la Medalla Milagrosa

Oración de consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y consagramos a ti, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta Medalla sea para cada uno de nosotros, prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo. Que siempre que la llevemos nos bendiga tu amorosa protección, y nos conserve en la gracia de tu Hijo. Oh Virgen poderosa, consérvanos siempre a tu lado en todos los instantes de nuestra vida. Concede a estos hijos, la gracia de una buena muerte, para que en unión contigo podamos gozar para siempre de la eterna felicidad. Amén.

Oración de consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!

 Postrado ante vos y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios.

¡Oh María, consuelo de cuantos os invocan!. Escuchad benigna la confiada oración que en mi

necesidad elevo al trono de vuestra misericordia. ¿A quién podré recurrir mejor que a Vos, Virgen bendita, que sólo respiráis dignidad y clemencia, que dueña de todos los bienes de Dios, sólo pensáis en difundirlos en torno vuestro?

Sed pues mi amparo, mi esperanza en esta ocasión; y ya que devotamente pende de mi cuello la Medalla Milagrosa, prenda inestimable de vuestro amor, concededme, Madre Inmaculada, concededme la gracia que con tanta insistencia os pido.

Yo os prometo, virgen purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor.

Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén.

Que Dios les conceda, por la intercesión de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, las Gracias que necesiten.

Oración a Nuestra Señora para la sanación

María Inmaculada, tú te nos has dado a ti misma como nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Tú nos has pedido que oremos con confianza prometiendo que así recibiremos grandes bendiciones. Sabemos de tu compasión, porque tú viste a tu Hijo sufrir y morir por nosotros. En tu unión con su sufrimiento, te hiciste la Madre de todos nosotros.

María, madre mía, enséñame a entender mi sufrimiento como lo haces tú y a soportarlo en unión con el sufrimiento de Jesús. En tu amor de madre, calma nuestro miedo y aumenta nuestra confianza en el misericordioso amor de Dios.

Según el plan de Dios, consigue para mí la curación que necesito. Intercede ante tú Hijo, para que me dé la fuerza que necesito para trabajar para la gloria de Dios y la salvación del mundo.

Amén.  

María, salud de los enfermos, ruega por mí.

El Acordaos

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro, haya sido desamparado. Nosotros, pecadores, animados con tal confianza, acudimos a ti oh Madre, Virgen de las Vírgenes, a ti venimos, delante de ti nos presentamos gimiendo. No quieras, oh Madre, despreciar nuestras súplicas, antes bien escúchalas y cúmplelas. Amén.

Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

Bajo tu amparo

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

Ofrecimiento a la Santísima Virgen

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.

Oración a la Virgen de la Medalla Milagrosa

Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti. Sin tardanza pregona lengua mía las glorias y alabanzas de María. Atiende a mi socorro, gran Señora, y ampáreme tu diestra protectora. Oh Jesús, que te has dignado glorificar con innumerables milagros a la bienaventurada Virgen María, inmaculada desde el primer instante de su concepción, concédenos que los que imploramos su protección en la tierra, podamos gozar eternamente de tu presencia en el cielo, tú que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús, que para realizar tus mejores obras, escogiste las cosas débiles del mundo, a fin de que ninguna se gloriara ante tu presencia, y que para aumentar y difundir la fe en la Inmaculada Concepción de tu Madre, quisiste que la Medalla Milagrosa se manifestara a santa Catalina Labouré, concédenos que llenos de esa humildad podamos glorificar este misterio con alabanzas y obras. Amén.

Acto de consagración a la Virgen

Madre, como el apóstol Juan, nosotros queremos acogerte en nuestra casa, para aprender de ti a ser como tu Hijo. "¡Mujer, aquí tienes a tus hijos!" Estamos aquí, ante ti, para confiar a tus cuidados maternos a nosotros mismos, a la Iglesia y al mundo entero. Ruega por nosotros a tu querido Hijo, para que nos dé con abundancia el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad que es fuente de vida. Te encomendamos a todos los hombres, comenzando por los más débiles: a los niños que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento; a los jóvenes en busca de sentido. A las personas que no tienen trabajo y a las que padecen hambre o enfermedad. Te encomendamos a las familias rotas, a los ancianos que carecen de asistencia y a cuantos están solos y sin esperanza. Oh Madre, que conoces los sufrimientos y las esperanzas de la Iglesia y del mundo, ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, por el esfuerzo de todos, las tinieblas no prevalezcan sobre la luz. A ti, Aurora de la Salvación, confiamos nuestro camino para que bajo tu guía, todos los hombres descubran a Cristo, luz del mundo y único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Oda a la Asunción de María

Al cielo vas, Señora, y allá te reciben con alegre canto. ¡Oh quién pudiera ahora asirse a tu manto para subir contigo al monte santo! De ángeles eres llevada de quien servida eres desde la cuna, de estrellas coronada: ¡Tal Reina habrá ninguna, pues te calza los pies la blanca luna! Vuelve tus ojos, ave preciosa, sola humilde y nueva, a este valle de abrojos, que tales flores lleva, donde suspirando están los hijos de Eva. Que, si con clara vista, miras las tristes almas desde el suelo, con propiedad no vista, las subirás de un vuelo, como piedra de imán al cielo, al cielo.

-Fray Luis de León

Una oración a Nuestra Señora para la sanación

¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia, te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos!, aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión. Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido enfermo (nombre por quien se desea orar), a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla. Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar: ¡El Señor y la Medalla Milagrosa te han curado! Amén.

Oración a María por los miembros de la Asociación de la Medalla Milagrosa

María, Madre de Nuestro Señor, con humildad pedimos que derrames tus bendiciones sobre todos los miembros de la Asociación de la Medalla Milagrosa. Bendice su generosidad que da vida a la devoción a ti y ayuda a promover la fe en tu Hijo, Jesús. Santísima María, así como lo hiciste con santa Catalina Labouré, derrama abundantes gracias sobre cada uno de los miembros de la Asociación, sobre sus familias y sus seres queridos. Que tu Medalla Milagrosa sea un símbolo de paz, justicia y prosperidad en la vida de cada uno de tus devotos. Madre María, protégenos y ayuda a todos los que confiamos en ti, a ser fieles custodios de la vida que Dios nos ha dado. Te lo pedimos por tu Hijo, Jesús, con la confianza de que lo que pidamos por tu intercesión nos será concedido. Amén.

Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y consagramos a ti, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta medalla sea para cada uno de nosotros, prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo. Que siempre que la llevemos nos bendiga tu amorosa protección y nos conserve en la gracia de tu Hijo. Oh Virgen poderosa, consérvanos siempre a tu lado en todos los instantes de nuestra vida. Concede a estos hijos, la gracia de una buena muerte, para que en unión contigo podamos gozar para siempre de la eterna felicidad. Amén.

El milagro de Nuestra Señora del Cabo en Quebec

 

El milagro de Nuestra Señora del Cabo en Quebec - Aoraciones

El milagro de Nuestra Señora del Cabo en Quebec

Nuestra Señora del Cabo es el nombre de un famoso santuario mariano situado en Cap-de-la-Madeleine (incorporado a la ciudad de Trois-Rivières desde 2002) en Quebec (Canadá). La historia comienza en 1867, cuando la parroquia estaba en decadencia y la iglesia no tenía pastor. Cuando el P. Luc Désilets fue asignado a la parroquia, vio un cerdo dentro de la iglesia masticando un rosario.


Según el sitio web del santuario, el sacerdote se dijo a sí mismo: "¡La gente deja caer el rosario y los cerdos lo recogen!". Esta reflexión llevó al P. Désilets a prometer dedicar el resto de su vida a promover la Cofradía del Santísimo Rosario.


Sin embargo, este voto a la Virgen desencadenaría una serie de intervenciones divinas que transformaron esta pequeña iglesia perdida en medio de la nada, en un santuario nacional y dieron origen a una devoción que se extendió por todo Canadá y el mundo.


La estatua de la Santísima Virgen que se encuentra en la iglesia, es regalo de un feligrés que deseaba la intercesión de la Virgen María. La estatua está inspirada en la imagen de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, tal como se apareció a santa Catalina Labouré, en París. Zelda Caldwell cuenta lo que pasó después:


«El santuario se convirtió en un lugar de milagros en 1879. Debido al creciente número de feligreses, se pensó en construir una iglesia más grande. Ese año, las aguas del río San Lorenzo no helaron, por lo que los trineos que transportaban las piedras para la iglesia no pudieron cruzar el río. El P. Désilets pidió a los fieles que oraran por la intercesión de la Santísima Virgen y se produjo "el milagro del puente de hielo": muchos trozos de hielo flotaron río abajo hasta formar un puente que permitió continuar con la construcción».


En 1888, la iglesia fue dedicada oficialmente a Nuestra Señora, Reina del Santísimo Rosario. La noche de la dedicación, el P. Désilets, acompañado de otro sacerdote y de un feligrés, vio cómo la estatua abría los ojos. Este evento, junto con una serie de curaciones reportadas, provocó un aumento en el número de peregrinaciones a la iglesia.


El santuario de Nuestra Señora del Cabo sigue siendo hoy un lugar de peregrinación muy popular en Canadá.


Rosario de Mar a Mar

Nuestra Señora de Chapi

 

Nuestra Señora de Chapi - Aoraciones

Nuestra Señora de Chapi 1655

La primera mención documental de Chapi se realizó en 1655. En 1709 la imagen ya era venerada en varios poblados de Churajon denominados La Huaca o Sahuaca, los que según parece fueron evangelizados por los Jesuitas de Moquehua, quienes construyeron una capilla a tal efecto.

Posteriormente, debido a la expulsión de la Compañía de Jesús de los territorios hispanos e hispanoamericanos en 1676, la capilla fue confiada desde 1785 a los Padres Franciscanos. Poco tiempo después, una orden real dispuso que las aguas que irrigaban esos pueblos fueran desviadas, ello motivo que los agricultores trasladasen junto a sus enseres y pertenencias los objetos de culto, como la imagen de la Candelaria hacia un lugar de la quebrada de Chapi a unos 5 km hacia abajo del Santuario actual. El hecho se produjo en 1743, allí también se construyó una capilla de piedra y barro, con techo de paja de 2 metros por 7,70 metros conocida como la capilla vieja.

En 1798 a causa de los destrozos que hacían los peregrinos en las cementeras del valle, se decidió el traslado de la venerada imagen hacia Sogay. Cuenta la tradición que la imagen no avanzo más allá de la primera cuesta o subida, pues no había fuerza humana capaz de mover su aumentado peso. Varias mujeres quechua hablantes escucharon una voz que ellas atribuyeron a la imagen de nuestra Señora que decía: «Chaypi, Chaypi» que significa «Aquí, aquí».

El maravilloso suceso habría motivado que la imagen se quedase allí y fuera conocida como «Nuestra Señora de Chapi». Los fieles le levantaron una capilla pequeña de piedra y barro, techo de paja (chujlla) que duro hasta el terremoto de 1868, el cual la destruyo completamente. En 1872 se inició la construcción de una capilla más digna que se concluyó en el año de 1887.

En 1893 se comenzaron a excavar los cimientos de un nuevo templo: templo viejo o Iglesia vieja de 41 metros por 9 de ancho de techo abovedado y de calaminas, que son los restos del templo que aun hoy podemos ver en la actual explanada. En esa época se produjo un hecho milagroso relacionado con la ardua tarea de acarrear los sillares para la obra. Los obreros, cansados y sin agua, habían decidido retirarse de la obra, pero uno de los picapedreros pidió con profunda fe a la Virgen que les proporcione el agua y este la encontró bajo una piedra inmediatamente a 20 metros del lugar de trabajo, así mismo, con el agua encontrada fue curada una persona que sufría problemas en la vista. Hoy lo conocemos como el «Ojo del Milagro».

Años después, este templo se incendió el 3 de mayo de 1921 y el 11 de mayo siguiente sufrió un terremoto, los trabajos de restauración fueron concluidos en mayo de 1929. Se colocó la piedra fundamental el templo nuevo en mayo de 1942 y fue terminado en 1968. El 28 de abril de 1986 por Decreto Arzobispal, fue declarado Santuario Arquidiocesano y el 21 de septiembre de 1995 el Prelado Arquidiocesano de ese entonces Mons. Fernando Vargas pudo consagrar solemnemente el templo.

El templo nuevo fue afectado seriamente por el terremoto del 23 de junio de 2001 y demolido a principios de 2002 y en septiembre de 2003 se crea la comisión encargada de la reconstrucción del nuevo templo.

Actualmente se viene construyendo el Santuario de nuestra Mamita con una gran infraestructura para recibir a los fieles y peregrinos que año a año se congregan junto a nuestra Señora.

El 25 de noviembre de 1983 la imagen de nuestra Señora fue llevada hasta Arequipa, siendo esta su primera visita histórica por motivo de la sequía que afectó a toda la provincia. Años después con motivo del Jubileo del año 2001 la imagen fue llevada a la ciudad de Arequipa, posteriormente el 8 de septiembre de 2003 la imagen fue trasladada a la Iglesia de «San Juan Bautista» en Yanahuara en Arequipa siendo esta su cuarta visita a nuestra ciudad.

La coronación fue realizada en la tercera visita que la imagen de Nuestra Señora de Chapi realizó a nuestra Ciudad de Arequipa (luego de las antes realizadas en 1904 y 1983). En horas de la madrugada, en forma privada y utilizando un helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú, arribó a la Ciudad del Misti en el campo deportivo de la Universidad Nacional de San Agustín.

Luego de ser colocada sobre pequeñas andas, la sagrada imagen fue llevada en hombros al campo papal, donde la recibió alborozada la multitud que la vitoreaba y aplaudía mientras era ubicada muy cerca del Solio Pontificio.

Aproximadamente a las 12:00 horas y después de la homilía en la que el Santo Padre Juan Pablo II pidió que la paz ilumine a los hombres y que juntos profesemos con él la fe en Cristo que ha iluminado esta tierra, procedió a dar inicio al acto de la Coronación.

Oraciones

El Santo Padre pronunció:

Bendito eres, Señor, Dios del cielo y de la tierra que con tu misericordia y justicia dispersas a los soberbios y enalteces a los humildes; de este admirable designio de tu providencia nos has dejado un ejemplo sublime en el verbo encarnado y en su Virgen Madre: Tu hijo que voluntariamente se rebajó hasta la muerte de cruz, resplandece de gloria eterna y está sentado a la derecha como Rey de reyes y Señor de señores, y la Virgen que quiso llamarse esclava, fue elegida Madre del Redentor y verdadera Madre de los que viven, y ahora exaltada sobre los coros de los ángeles, reina gloriosamente con su hijo, intercediendo por todos los hombres como abogada de la gracia y reina de Misericordia.

"Mira Señor benignamente a estos tus siervos que, al ceñir con una corona visible la imagen de Cristo y de su Madre bajo la advocación de la Santísima Virgen de Chapi reconocen que tu Hijo es Rey del universo e invocan como Reina a la Virgen María". 

"Haz que, siguiendo su ejemplo, te consagren su vida, y cumpliendo la ley del amor, se sirvan mutuamente con diligencia, que se nieguen a sí mismos y con entrega generosa ganen para ti a tus hermanos; que, buscando la humildad en la tierra sean un día elevados a las alturas del cielo, donde Tu mismo pones sobre la cabeza de tus fieles la corona de la vida. Por Jesucristo Nuestro Señor". Concluyó la oración a la que con gran unción y al unísono el ferviente pueblo arequipeño congregado en el Campo respondió un sonoro Amén.

Acto de Coronación

Seguidamente su Santidad Juan Pablo II roció con agua bendita las coronas de la Virgen Santísima y el Niño Jesús, y procedió a CORONAR CANONICAMENTE, primero al Hijo y luego a la Madre, ante los estruendosos aplausos del pueblo Arequipeño. Posteriormente al acto de la Coronación, el Papa dejó de obsequio en recuerdo de su visita, un hermoso rosario de oro, su Santidad la proclamó en esta ocasión como REINA Y SEÑORA DE AREQUIPA.

Al concluir estas gratas celebraciones, la Santísima Virgen fue conducida al Helicóptero de la Fuerza Aérea del Perú en horas de la tarde a su Santuario, antes de ello, sobrevoló por tres veces la Ciudad a manera de un significativo adiós a sus miles de devotos.





















Fuente: https://www.arzobispadoarequipa.org.pe/

Consagración del hogar a Nuestra Señora de las Lajas

Virgen de las Lajas – Aoraciones
Virgen de las Lajas – Aoraciones

Oración de Consagración del Hogar a Nuestra Señora de las Lajas

Consagra tu hogar a la Virgen de las Lajas para llenar de paz, amor y protección cada rincón de tu casa.

Bienvenida y propósito: Consagrar el hogar a Nuestra Señora de las Lajas es un acto de fe que convierte cada habitación en un pequeño santuario de paz. Basado en la veneración de su aparición en la quebrada de Ipiales, esta devoción invita a los creyentes a buscar refugio y consuelo bajo su manto maternal.

Origen de la devoción

En 1754, tras el testimonio de una indígena mestiza llamada María Mueses de Quiñones, la Virgen se manifestó entre dos grandes peñones en Las Lajas (Ipiales, Colombia). Desde entonces, el Santuario de las Lajas se ha convertido en un lugar de peregrinación, donde innumerables milagros avalan su poderoso intercesión.

Beneficios de la consagración

  • Protección constante contra peligros y discordias.
  • Armonía y reconciliación entre los miembros de la familia.
  • Fortalecimiento de la fe y la esperanza en momentos difíciles.
  • Renovación del amor y la caridad en el hogar.
Oración de Consagración del Hogar
🌸 Virgen Santísima de las Lajas,
Reina de la Paz y Refugio de los afligidos,
hoy venimos ante Ti con humildad y amor
para consagrarte nuestro hogar,
nuestro refugio en la tierra,
donde cada rincón quiere ser santificado por tu presencia.

Tú que manifestaste tu ternura y poder
en la quebrada de Ipiales,
acompaña nuestras jornadas con tu luz maternal.
Te pedimos que pongas tus manos benditas
sobre cada puerta, cada habitación y cada corazón
que habita en esta casa.

Líbranos del enemigo,
aleja toda oscuridad, discordia, enfermedad y angustia.
Haz de nuestro hogar un templo de fe,
un lugar de perdón, reconciliación y esperanza.

Madre de las Lajas,
te entregamos nuestras alegrías y dolores,
nuestros sueños y necesidades.
Haz florecer la caridad, la humildad y el amor entre nosotros.
Enséñanos a vivir unidos como familia de Dios,
bajo tu amparo y bajo el manto de tu Hijo, Jesús.

Te consagramos nuestras vidas,
nuestros proyectos, el pan de cada día
y el descanso de cada noche.
Sé tú la Reina de esta casa,
la Madre que siempre escucha,
la Abogada que intercede por nosotros.

Amén. 🙏

Cómo rezarla en familia

1. Reúnanse en el lugar más representativo de su hogar (sala o capilla familiar).
2. Enciendan una vela blanca ante una imagen o estampa de Nuestra Señora de las Lajas.
3. Lean juntos la oración con fe y devoción.
4. Finalicen con un Padre Nuestro y un Ave María.

Comparte esta devoción con tus seres queridos y fortalece tu hogar bajo el manto de la Virgen.

La Virgen María se apareció cientos de veces en el Cairo

La Virgen María se apareció cientos de veces en el Cairo - Aoraciones


La Virgen María se apareció cientos de veces en El Cairo: la historia de Zeitun



Entre el 2 de abril de 1968 y el 12 de septiembre de 1970, la Virgen María se apareció en múltiples ocasiones en Zeitun, un suburbio de El Cairo, capital de Egipto. Estas apariciones marianas en El Cairo tuvieron lugar sobre la iglesia copta ortodoxa de Santa María, siempre entre las 9:00 p. m. y las 6:00 a. m., y fueron presenciadas por miles de personas.

Durante cada aparición, la Virgen María permaneció en silencio absoluto. Llevaba una aureola alrededor de su cabeza y, en ocasiones, una corona. Su rostro —habitualmente sonriente— parecía ahora serio y triste. Se desplazaba deslizándose por el aire, moviéndose con elegancia sobre la iglesia, mientras su vestido seguía el movimiento. A veces, se inclinaba para saludar a la multitud. En algunas apariciones, sostenía al Niño Jesús en brazos, también con corona. Incluso, en una ocasión, estuvo acompañada por San José y Jesús adolescente (de unos 12 años).

Las apariciones luminosas de la Virgen María en El Cairo


Hubo cientos de apariciones de la Virgen María en Zeitun, especialmente durante las fiestas marianas (la Iglesia Ortodoxa celebra 32 al año). Antes de cada aparición, se manifestaban señales luminosas: globos de luz, relámpagos silenciosos, estrellas fugaces o incluso una “lluvia de diamantes”.

La duración de las apariciones variaba desde pocos minutos hasta varias horas. Por ejemplo, la del 8 de junio de 1968 comenzó a las 9:00 p. m. y se extendió hasta las 4:30 a. m., sin interrupción. En algunas noches, las apariciones se detenían y luego regresaban más tarde. También se observaron criaturas luminosas parecidas a pájaros, flotando sin batir las alas, acompañando a la Virgen.

Multitudes y peregrinaciones en Zeitun


En 1968, se estima que alrededor de 50,000 peregrinos asistían cada noche a las apariciones de la Virgen María en El Cairo. En ciertas ocasiones, la cifra superó las 100,000 personas, alcanzando un máximo de 250,000 peregrinos.

La afluencia masiva obligó a las autoridades a cerrar las calles cercanas, prohibiendo el tránsito de vehículos y desocupando edificios, incluido un garaje de transporte público situado frente a la iglesia.

La fe renovada y los milagros


Cada aparición de la Virgen María en Zeitun era recibida con júbilo y aclamación. Los cristianos cantaban himnos en árabe, los musulmanes recitaban versos del Corán y algunos oraban en griego.

Numerosos fieles reportaron curaciones milagrosas, confirmadas tanto por un comité médico creado por el Patriarca Copto y presidido por el Dr. Shafik Abdel Malek, como por médicos musulmanes. Estos eventos provocaron renovación de la fe y conversiones espirituales en muchos asistentes.


Oración a Nuestra Señora de San Luis María Grignion de Montfort

 Oración a Nuestra Señora de San Luis María Grignion de Montfort

Oración a Nuestra Señora de San Luis María Grignion de Montfort

¡Salve María, amadísima Hija del Eterno

Padre; salve María, Madre admirable del

Hijo; salve María, fidelísima Esposa del

Espíritu Santo; salve María, mi amada

Madre, mi amable Maestra, mi poderosa

Soberana; salve gozo mío, gloria mía, mi

corazón y mi alma!

Sois toda mía por misericordia, y yo soy todo

vuestro por justicia, pero todavía no lo soy

bastante. De nuevo me entrego a Ti todo

entero en calidad de eterno esclavo, sin

reservar nada, ni para mí, ni para otros.

Si algo ves en mí que todavía no sea tuyo,

tómalo enseguida, te lo suplico, y hazte

dueña absoluta de todos mis haberes para

destruir y desarraigar y aniquilar en mí todo

lo que desagrada a Dios y plantar y levantar

y producir todo lo que os guste.


La luz de tu fe disipe las tinieblas de mi

espíritu; tu humildad profunda ocupe el lugar 

de mi orgullo; tu contemplación sublime

detenga las distracciones de mi fantasía

vagabunda; tu continua vista de Dios llene

de su presencia mi memoria, el incendio de

caridad de tu corazón abrase la tibieza y

frialdad del mío; cedan el sitio a tus virtudes

mis pecados; tus méritos sean delante de

Dios mi adorno y suplemento. En fin,

queridísima y amadísima Madre, haz, si es

posible, que no tenga yo más espíritu que el

tuyo para conocer a Jesucristo y entender

sus divinas voluntades; que no tenga más

alma que la tuya para alabar y glorificar al

Señor; que no tenga más corazón que el

tuyo para amar a Dios con amor puro y con

amor ardiente como Tú.


No pido visiones, ni revelaciones, ni gustos,

ni contentos, ni aun espirituales. Para Ti el

ver claro, sin tinieblas; para Ti el gustar por

entero sin amargura; para Ti el triunfar

gloriosa a la diestra de tu Hijo, sin

humillación; para Ti el mandar a los ángeles,

hombres y demonios, con poder absoluto,

sin resistencia, y el disponer, en fin, sin

reserva alguna de todos los bienes de Dios.


Ésta es, divina María, la mejor parte que se

te ha concedido, y que jamás se te quitará,

que es para mí grandísimo gozo. Para mí y

mientras viva, no quiero otro sino el experimentar 

el que Tú tuviste: creer a secas, sin nada ver y gustar; sufrir con

alegría, sin consuelo de las criaturas; morir

a mí mismo, continuamente y sin descanso;

trabajar mucho hasta la muerte por Ti, sin

interés, como el más vil de los esclavos.


La sola gracia, que por pura misericordia te

pido, es que en todos los días y en todos los

momentos de mi vida diga tres amén: 

amén: - así sea -, a todo lo que hiciste en la tierra cuando vivías; 

amén, a todo lo que haces en el presente en el cielo; 

amén, a todo lo que obras en mi alma, para que en ella no haya nada más que Tú, para glorificar plenamente a Jesús en mí, ahora y en la eternidad.

Amén.

Agrega el REZO DEL SANTO ROSARIO a tus oraciones a la hora que puedas

Magnificat 🎶

 

Magnificat: Proclama mi alma la grandeza del Señor

Magnificat: Proclama mi alma la grandeza del Señor


Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su

esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las

generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras

grandes por mí, su nombre es Santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de

generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a

los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos y enaltece

a los humildes;

a los hambrientos los colma de bienes y a

los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de

la misericordia,

como lo había prometido a nuestros

padres,

en favor de Abraham y su descendencia

por siempre. Amén

Agrega el REZO DEL SANTO ROSARIO a tus oraciones a la hora que puedas.

Rezo de las Tres Avemarías a Nuestra Señora y Ofrecimiento de Obras

 

Rezo de las Tres Avemarías a Nuestra Señora y Ofrecimiento de Obras - Aoraciones

Rezo de las Tres Avemarías a Nuestra Señora y Ofrecimiento de Obras

¿En qué consiste la devoción de las tres Avemarías?

En rezar tres veces el Avemaría a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Señora nuestra, bien para honrarla o bien para alcanzar algún favor por su mediación.

¿Cuál es el fin de esta devoción?

Honrar los tres principales atributos de María Santísima, que son:

1.- El poder que le otorgó Dios Padre por ser su Hija predilecta.

2.- La sabiduría con que la adornó Dios Hijo, al elegirla como su Madre.

3.- La misericordia con que la llenó Dios Espíritu Santo, al escogerla por su inmaculada Esposa.

De ahí viene que sean tres las Avemarías a rezar y no otro número diferente.

¿Cuál es la forma de rezar las tres Avemarías?

María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal.

1. Por el poder que te concedió el Padre Eterno

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2. Por la sabiduría que te concedió el Hijo.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén!

¿Cuál es el origen de la devoción de las tres Avemarías?

Santa Matilde, religiosa benedictina, suplicó a la Santísima Virgen que la asistiera en la hora de la muerte. La Virgen María le dijo lo siguiente: 

"Sí que lo haré; pero quiero que por tu parte me reces diariamente tres Avemarías. La primera, pidiendo que así como Dios Padre me encumbró a un trono de gloria sin igual, haciéndome la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también yo te asista en la tierra para fortificarte y apartar de ti toda potestad enemiga. Por la segunda Avemaría me pedirás que así como el Hijo de Dios me llenó de sabiduría, en tal extremo que tengo más conocimiento de la Santísima Trinidad que todos los Santos, así te asista yo en el trance de la muerte para llenar tu alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error e ignorancia. Por la tercera, pedirás que así como el Espíritu Santo me ha llenado de las dulzuras de su amor, y me ha hecho tan amable que después de Dios soy la más dulce y misericordiosa, así yo te asista en la muerte llenando tu alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para ti en delicias."

Y esta promesa se extendió en beneficio de todos cuantos ponen en práctica ese rezo diario de las tres Avemarías.

¿Cuáles son las promesas de la Virgen a quienes recen diariamente las tres avemarías?

Nuestra Señora prometió a Santa Matilde y a otras almas piadosas que quien rezara diariamente tres avemarías, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte, presentándose en esa hora final con el brillo de una belleza tal que con sólo verla la consolaría y le transmitiría las alegrías del Cielo.

¿De qué fecha data el primer texto del Avemaría?

El 23 de octubre de 1498 apareció impreso en Brescia-Italia, el primer texto completo del Avemaría, tal como se le reza en la actualidad. Fue incluida en una obra dedicada a la Virgen, compuesta por el padre servita Gasparino Borro.

En 1568, el Papa Pío V, al promulgar la nueva Liturgia de las Horas, introdujo y prescribió la fórmula completa del Avemaría y dispuso que todos los sacerdotes, al iniciar en cada hora el rezo del Oficio Divino, recen el Avemaría después del Padre Nuestro.

¿Cuál es el fundamento de esta devoción?

La afirmación católica de que la Santísima Virgen poseyó, en el más alto grado posible a una criatura, los atributos de poder, sabiduría y misericordia.

Esto es lo que enseña la Iglesia al invocar a María como Virgen Poderosa, Madre de Misericordia y Trono de Sabiduría.

















Fuentes:

Web católico de Javier