Aoraciones: Virgen María
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Oración profunda y esperanzadora a la Virgen de la Encarnación

 

Oración a la Virgen de la Encarnación

Oh Virgen Santísima de la Encarnación, Madre del Verbo eterno, elegida por el Padre desde toda la eternidad y llena del Espíritu Santo, te alabamos y te bendecimos con todo nuestro corazón. En tu seno purísimo, el Hijo de Dios tomó carne humana para habitar entre nosotros y redimirnos del pecado. Tú eres el sagrario viviente del Amor divino, la puerta por la cual vino la salvación al mundo.

Madre admirable, que dijiste “sí” con humildad y fe, enséñanos a vivir con esa misma disponibilidad. Enséñanos a escuchar la Palabra, a meditarla en el corazón y a dejar que transforme nuestras vidas, como lo hiciste Tú en Nazaret. Que tu obediencia inspire la nuestra, y tu silencio orante nos guíe en medio del ruido del mundo.

Intercede, Virgen de la Encarnación, por todos los que dudan, por quienes sufren, por los que no encuentran sentido a sus días. Ruega por las madres que esperan a sus hijos, por los que comienzan un nuevo camino y por aquellos que necesitan renovar su fe.

Madre del Verbo encarnado, protégeme bajo tu manto maternal. Refúgiame en tu ternura y preséntame ante tu Hijo Jesús, para que Él me conceda la gracia que humildemente te pido (mencionar aquí la intención personal).

Oh María, llena de gracia, llena de Dios, ayúdanos a acoger el misterio de la Encarnación en nuestras propias vidas. Que cada día, con tu ayuda, sepamos encarnar el amor, la esperanza y la paz de Cristo en el mundo. Amén.

Claret Coromoto – Aoraciones

Oración a la Madre de Aparecida

 

Oración final a la Madre de Aparecida - Papa Francisco

Oración final a la Madre de Aparecida - Papa Francisco 

Madre Aparecida, tal como vos un día, así hoy me siento yo delante de ti y de mi Dios, que nos propone para la vida una misión cuyos contornos y límites desconocemos, cuyas exigencias apenas vislumbramos.

 Pero en nuestra fe de que para Dios nada es imposible, tú, Madre, no dudaste y yo tampoco puedo dudar.

 “He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”, 

de igual manera Madre, como tú, yo abrazo mi misión, coloco mi vida en vuestras manos, para que vayamos tú, Madre, y tu Hijo, a caminar juntos, creer juntos, luchar juntos, vencer como siempre juntos; caminantes, tú y tu Hijo. 

“Mujer he aquí a tu hijo, hijo he aquí a tu Madre”. 

Madre Aparecida, un día llevaste a tu Hijo al templo para consagrarlo al Padre, para que fuese completamente disponible para la misión. 

Llévame al mismo Padre, conságrame a Él con todo lo que soy y con todo lo que tengo. Aquí estoy, envíame. 

Madre de Aparecida, pongo en vuestras manos, para que la eleves ante el Padre, nuestra juventud, vuestra juventud, la Jornada Mundial de la Juventud. 

Cuánta fuerza, cuánta vida, cuánto dinamismo que brota y explota y que puede estar al servicio de la vida de la humanidad. 

Padre, acoge y santifica a tu juventud. 

Finalmente, Madre, te pedimos permanece aquí, siempre acogiendo a vuestros hijos y a vuestras hijas peregrinos, pero también ven con nosotros, estate siempre a nuestro lado y acompaña nuestra misión, la familia grande de los devotos, principalmente cuando más nos pesa la cruz. Sustenta nuestra esperanza y nuestra fe. 

“Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida”. Amén.

María Auxiliadora ayúdanos en nuestras dificultades

Imagen devocional de María Auxiliadora
María Auxiliadora, Auxilio de los Cristianos.

Hoy celebramos a María Auxiliadora, siempre dispuesta a ayudarnos en las dificultades

Cada 24 de mayo la Iglesia celebra a la Madre de Dios bajo la advocación de ‘Santa María, Auxilio de los cristianos’ [Maria Auxilium Christianorum], conocida popularmente como Santa María Auxiliadora.

“En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra”, solía decir San Juan Bosco, fundador de la familia salesiana y gran promotor de esta advocación mariana.

Devoción de raíces profundas

Desde los primeros siglos, los cristianos invocaban a la Virgen como “auxiliadora”. Inscripciones antiguas de iglesias orientales ya usaban los títulos Theotokos (Madre de Dios) y Boeteia (Auxiliadora).

Grandes santos como San Juan Crisóstomo la llamaban “Auxilio potentísimo… fuerte y eficaz”. San Juan Damasceno introdujo la jaculatoria: “María Auxiliadora, ruega por nosotros”.

“Oh María, tú eres poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe…”, escribió San Germán de Constantinopla hacia el año 733.

María, Auxilio de los cristianos

En el siglo XVI, tras la victoria de Lepanto, el Papa San Pío V incluyó en las letanías la invocación “María, Auxilio de los cristianos”.

Ya en el siglo XIX, el Papa Pío VII, prisionero de Napoleón, pidió el auxilio de María. Al ser liberado, decretó el 24 de mayo como día de esta fiesta mariana.

Don Bosco y los monumentos a María

Detalle devocional de María Auxiliadora
María Auxiliadora, consuelo y guía de los fieles.

Un año después de la liberación del Papa, nació Juan Bosco, quien construyó dos monumentos: la Basílica de María Auxiliadora en Turín y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

San Juan Bosco recomendaba el rezo de la novena y la jaculatoria para obtener gracias: “Confiad siempre en Jesús Sacramentado y María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”.

¡Acógete a la Madre que siempre nos auxilia!

Todo para la Mayor Gloria de Dios y por el Próximo Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Amén

Oración a María Auxiliadora para Casos Urgentes

Una súplica poderosa y confiada a María Auxiliadora en momentos de angustia, perfecta para quienes necesitan un milagro urgente.

Oh María Auxiliadora, Madre compasiva de todos los cristianos, me acerco a Ti con el corazón afligido, buscando tu auxilio poderoso en esta hora difícil.

Tú que conoces mis penas y angustias, Tú que jamás desoyes al que clama con fe, escucha esta súplica que hoy elevo con lágrimas y esperanza.

Madre tierna, consuelo de los necesitados, intercede ante tu Hijo amado, y alcánzame la gracia que tanto anhelo: (haz aquí tu petición con fe).

No me dejes solo/a en esta necesidad urgente. Ven pronto en mi ayuda, Virgen fiel, y muéstrame que eres verdaderamente el Auxilio de los cristianos.

Confío en tu bondad maternal, y prometo difundir tu nombre bendito y dar testimonio de tu poderosa intercesión.

Amén.

María Auxiliadora, ruega por nosotros.
María Auxiliadora, alivia mi urgencia.
María Auxiliadora, no me abandones.

Historia de la Dormición y Asunción de María

La Virgen María en su Dormición rodeada de apóstoles, mientras es elevada al cielo en su Asunción

Un suspiro al cielo: la historia de la Dormición y Asunción de María

En un pequeño rincón del Líbano, a orillas del Mediterráneo, vive Sor Evelyne, una religiosa maronita de 84 años que durante décadas ha custodiado con amor un antiguo manuscrito. Según la tradición oral de su convento, dicho documento —escrito en siriaco— relata una historia preservada durante siglos por los primeros cristianos del Oriente Medio: el tránsito de la Virgen María y su gloriosa Asunción a los cielos.

La historia comienza en Jerusalén, en el Cenáculo, lugar donde María pasó sus últimos años en oración y contemplación. Se cuenta que, al aproximarse el final de sus días, fue visitada por el arcángel Gabriel, quien le anunció que pronto sería llevada al cielo, en cuerpo y alma. María, llena de serenidad, aceptó el designio divino con las mismas palabras que una vez dijera en Nazaret: “Hágase en mí según tu palabra”.

Durante los días siguientes, los apóstoles comenzaron a llegar misteriosamente desde todas las partes del mundo donde predicaban. La tradición dice que fueron transportados milagrosamente por el Espíritu Santo para despedirse de la Madre del Salvador. Tomás, sin embargo, no llegó a tiempo, como también ocurrió en la resurrección de Cristo.

En el momento de su Dormición, los apóstoles rodearon su lecho, y un perfume celestial llenó la estancia. El rostro de María resplandecía con una paz inexplicable. Cerró los ojos suavemente, como quien se entrega al sueño confiado en los brazos de Dios. Fue así como “durmió”, sin dolor, sin angustia, sin corrupción.

El cuerpo fue depositado en una tumba del valle del Cedrón, cerca del huerto de Getsemaní. Durante tres días, los discípulos velaron el sepulcro, entonando salmos y oraciones. Al llegar finalmente Tomás, lloró desconsolado por no haberla visto partir, y pidió que se abriera la tumba para despedirse de ella.

Al abrir la sepultura, encontraron únicamente flores blancas y una fragancia celestial más intensa aún que la anterior. El cuerpo de María no estaba. En ese momento, los cielos se abrieron y una visión gloriosa apareció ante ellos: María era elevada en cuerpo y alma, rodeada por ángeles que la entonaban como Reina del Cielo.

Este testimonio oral, conservado por comunidades cristianas de Oriente, coincide con múltiples visiones místicas registradas siglos después por santos como Santa Brígida de Suecia o la Beata Ana Catalina Emmerick, quienes describieron con detalles sobrenaturales la Dormición y Asunción de María.

Lo que hace aún más conmovedora esta historia es que Sor Evelyne afirma haber tenido, cuando joven, una visión que la marcó para siempre. En ella, vio a la Virgen dormida, envuelta en luz, mientras una voz decía: “La Mujer vestida de sol no conocerá la corrupción”.

Desde entonces, cada año, el 15 de agosto, el convento maronita celebra una vigilia en la que se cantan antiguos himnos en arameo y se renueva la fe en la resurrección prometida. Para ellas, la Asunción no es solo un dogma: es una esperanza viva, un llamado a creer que el amor de Dios transforma incluso la muerte.

Esta historia, aunque no está escrita en los evangelios canónicos, vive en la memoria de la Iglesia desde los primeros siglos. Fue confirmada como dogma en 1950 por el Papa Pío XII, pero mucho antes ya era celebrada por la liturgia, el arte y la devoción del pueblo cristiano.

En la basílica de la Dormición en Jerusalén, aún se pueden ver iconos que retratan el tránsito de María, rodeada de los apóstoles, con Cristo llevándose su alma como una niña vestida de blanco. Esta iconografía resume el misterio: María fue elevada porque vivió unida totalmente a Dios.

En el corazón del creyente, la Asunción de María se convierte en promesa. Así como ella fue llevada al cielo, también nosotros seremos glorificados si vivimos en gracia. Ella es la primera redimida, la anticipación de la gloria que Dios ha preparado para quienes lo aman.

Hoy, esta historia llega hasta ti no como una leyenda, sino como una llama de fe viva. María no está en un sepulcro. Está en el cielo, intercediendo por nosotros. Y cada vez que la invocamos con amor, su presencia se hace cercana, maternal, luminosa.

Recordemos con amor este misterio: María, que nos dio a Cristo, ha sido glorificada por Él. Su Dormición fue paz. Su Asunción, victoria. Y su historia, un puente entre el cielo y la tierra para todos los que confiamos en su ternura maternal.

Exaltación Mariana de Raquel Criado Allés

Exaltación Mariana de Raquel Criado Allés: Un Homenaje a la Virgen María

Exaltación Mariana de Raquel Criado Allés: Un Homenaje a la Virgen María

En la Exaltación Mariana de 2011, Raquel Criado Allés expresa su profunda devoción hacia la Virgen María, exaltando su figura central en la vida cristiana. El discurso, cargado de sentimiento religioso, destaca cómo la Virgen guía a los fieles, especialmente en la tradición cofrade de Almería. Criado Allés combina vivencias personales y teología, convirtiendo su homenaje en un acto de fe que resalta el impacto espiritual de María.

"A tus plantas me postro, Santísima Virgen, para pregonarte. Permíteme Madre, alabar en este día tu nombre, tu vida, tu gloria."

En este fragmento, la autora refleja el amor filial y la devoción profunda hacia la Virgen, pidiendo su permiso para alabar su nombre y gloria. Este tipo de oraciones se repiten a lo largo de la exaltación, mostrando la cercanía espiritual entre la autora y la Virgen María.

"Que tu manto maternal nos cobije, Virgen María, y nos guíe hacia la paz y la esperanza que solo tú puedes brindarnos."

Raquel Criado Allés destaca, además, el papel protector de la Virgen María, quien bajo su manto es capaz de ofrecer consuelo y guía en tiempos de necesidad.

Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería

Oración a la Virgen María, Madre Dolorosa y Esperanza Nuestra

Oración a la Virgen María, Madre Dolorosa y Esperanza Nuestra

Oración a la Virgen María, Madre Dolorosa y Esperanza Nuestra



Oh María, Madre Santísima

que en silencio sufriste al pie de la cruz,

 con el corazón traspasado por el dolor de

 tu Hijo, te miramos con amor y esperanza.


Tú conociste el abismo del sufrimiento

y, sin embargo, nunca dejaste de confiar.

Tu sí en medio del dolor

es luz en nuestras noches más oscuras.


Madre de los que lloran,

consuelo de los que sufren,

guíanos en este valle de lágrimas

hacia la esperanza que no defrauda.


Así como ofreciste tu dolor junto al de Cristo

para la salvación del mundo,

enséñanos a ofrecer nuestras penas con fe,

y a creer que del dolor puede brotar la vida.

Aoraciones

Virgen de la Esperanza,

sé refugio en nuestras tribulaciones,

fortaleza en nuestras pruebas,

y estrella que nos conduzca a la paz.

Amén.



¿Quieres que adapte esta oración a una situación específica, como una pérdida personal o una intención particular?

No dudes en escribirme. Visita mis redes sociales.

La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel

 

La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel

La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel

“Vuelve tus ojos a la Virgen y contempla cómo vive la virtud de la lealtad. Cuando la necesita Isabel, dice el Evangelio que acude cum festinatione —con prisa alegre.”

Acompaña a María

Acompaña con gozo a José y a Santa María... y escucharás tradiciones de la Casa de David. Oirás hablar de Isabel y de Zacarías, te enternecerás ante el amor purísimo de José, y latirá fuertemente tu corazón cada vez que nombren al Niño que nacerá en Belén.

Caminamos apresuradamente hacia las montañas, hasta un pueblo de la tribu de Judá. (Lucas 1, 39)

Llegamos. Es la casa donde va a nacer Juan, el Bautista.

Isabel aclama, agradecida, a la Madre de su Redentor: “¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme?” (Lucas 1, 42-43)

El Bautista nonato se estremece... (Lucas 1, 41) La humildad de María se vierte en el Magníficat.

Segundo Misterio Gozoso del Santo Rosario

“Bienaventurada eres porque has creído”, dice Isabel a nuestra Madre. La unión con Dios, la vida sobrenatural, comporta siempre la práctica atractiva de las virtudes humanas: María lleva la alegría al hogar de su prima, porque “lleva” a Cristo.

María, Maestra de Fe

¡Bienaventurada tú, que has creído!, así la saluda Isabel, su prima, cuando Nuestra Señora sube a la montaña para visitarla. Había sido maravilloso aquel acto de fe de Santa María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.”

La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos.

Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se perciba un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida.

Reflexión inspirada en “Es Cristo que pasa”.

Virgen María trono de sabiduría

 

La Virgen María: Trono de la Sabiduría Divina

Nuestra Señora de la Aurora

La palabra Sabiduría tiene en la Sagrada Escritura varios significados: en primer lugar la Sabiduría personal o subsistente, esto es, el Verbo Divino, y Jesucristo como Hombre, ya que en Él la Humanidad creada estaba unida a la Divinidad en unidad de persona; en segundo lugar, la Sabiduría impersonal, hábito o cualidad de los seres inteligentes, y por último, la Sabiduría, Don del Espíritu Santo.

Bajo estos tres significados la Virgen María es llamada y es verdaderamente Trono o Sede de la Sabiduría. El Evangelista Lucas concluye su Evangelio de la Infancia recordándonos que “Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2, 52). Cuando la contemplación nos brinda la posibilidad de adentrarnos en este pasaje podríamos formular en estos o en semejantes términos la misma pregunta que San John Henry Newman se hacía comentando este título de las Letanías:

“[…] si una intimidad con su Hijo tan cercana y continua produjo en ella una santidad inconcebiblemente grande, ¿no debió haber sido también grande, profundo, diversificado y completo, el conocimiento que obtuvo durante esos años al conversar con Él del presente, del pasado y del futuro, de modo que, aunque era una pobre mujer sin ventajas humanas, tuviese un conocimiento de la creación, del universo y de la historia que excediera al de los más grandes filósofos, un conocimiento teológico que superase al de los más grandes teólogos, y un discernimiento profético que aventajara al más favorecido de los profetas?”.

Y, sin embargo, puede que el ser Trono de la Sabiduría condujese a María no tanto a obtener la sabiduría de este mundo cuanto aquella otra sabiduría que “se justifica con sus hijos”; aquella Sabiduría divina que habla... “no al mundo, sino a sus hijos, o sea, los que ya están bajo su instrucción y que, conociendo su voz, comprenden sus palabras, y son jueces conforme a ellas” (J. H. Newman, Sermón Universitario IV, 1).

A las pruebas tendríamos que remitirnos. Si no, cómo cabría responder a un planteamiento como el que sigue: “¿Por qué nos sucede a menudo que no nos hallamos preparados para tomar parte en estas festividades, sino porque no somos lo bastante buenos, porque el dogma es en nosotros una mera noción teológica y no una imagen viviente dentro de nosotros?” (J. H. Newman, Gramática del Asentimiento). O entender este argumento:

“El hecho de la revelación es en sí mismo algo cuya verdad puede demostrarse; pero no por ello es irresistiblemente verdadero. Si no, ¿cómo es que hay quien, de hecho, se resiste? Existe una gran distancia entre lo que la revelación es en sí misma y lo que es para cada uno de nosotros. La luz es una cualidad de la materia, como la verdad lo es del cristianismo. Pero la luz no puede ser vista por los ciegos, y hay quienes no pueden ver la verdad, no porque la verdad tenga algún defecto, sino porque el defecto está en ellos mismos. No puedo convertir a nadie partiendo de presupuestos que ellos no me quieren conceder, y sin presupuestos nadie puede probar nada sobre nada” (J. H. Newman, Gramática del Asentimiento).

María es Trono de una Sabiduría que no tiene nada que ver con “una gran memoria” o con haber visto “mucho mundo”. La Sabiduría de la que es Trono María tiene más que ver con aquella otra Sabiduría con la que estaba adornada la Teología de los Santos Padres por la que los que la conocen a menudo experimentan “una viva sensación de crecimiento mental” (J. H. Newman, Sermón Universitario XIV, 17).

Dicho de un modo más directo pero inspirado en los Padres: Esa sabiduría pastoral que responda a la pluralidad de situaciones con la que podemos encontrarnos a diario (cf. Directorio para la Catequesis, 65). Para comprender bien las cosas conviene partir de un dato esencial: “La sabiduría es el último don del Espíritu, y la fe el primero” (J. H. Newman, Sermón Universitario XIV, 30). Y en ambas se da un elemento común especialmente necesario para el hombre: ambas se distinguen perfectamente de todo tipo de “estrechez de miras”. Fe y sabiduría tienen un alcance tan amplio que “no hay ningún tema que la fe activada por la caridad no pueda incluir en su ámbito, sobre el cual no pueda formar un juicio y al cual no pueda hacerse justicia” (J. H. Newman, Sermón Universitario XIV, 40).

No en vano “[…] la verdadera catolicidad, es decir, la plenitud del cristianismo, responde a todas las dimensiones de la indigencia de la naturaleza humana” (J. H. Newman, Sermón Universitario XIV, 45). De este modo se entiende con no poca claridad: “El hombre, al encontrar el amor de Dios en Cristo, no sólo experimenta lo que es realmente el amor, sino que igualmente experimenta de forma irrefutable que él, pecador y egoísta, no tiene el verdadero amor. Ambas cosas las experimenta en una: la finitud creatural del amor y su culpable entumecimiento” (H. Urs Von Balthasar, Sólo el amor es digno de fe).

Ya quisiéramos haber podido auscultar los pensamientos de la oración de Aquella que es el Trono de la Sabiduría y, sin embargo, con sus mismas palabras a buen seguro que en sus oraciones irían siempre entremezclados estos y otros pensamientos: “Sea siempre objeto de nuestra plegaria y de nuestros esfuerzos la apertura para captar el conjunto de los designios de Dios, y el crecimiento ‘hasta que alcancemos la talla de la plenitud de Cristo’ (Ef 4, 13). Que todo prejuicio, seguridad en nosotros mismos, doblez interior, falta de realismo, absolutismo y sectarismo queden lejos de nosotros, gracias a la luz de la sabiduría y al fuego de la fe y el amor. Hasta que veamos las cosas como Dios las ve, con el juicio de su Espíritu y conformes al sentir de Cristo” (J. H. Newman, Sermón Universitario XIV, 48).

© 2023 Nuestra Señora de la Aurora

Los 5 Minutos de María

 

Los 5 Minutos de María - Oraciones a la Virgen del carmen

Los 5 Minutos de María


Madre de Dios y señora mía, María.

Como se presenta a una gran reina

Un pobre andrajoso y llagado,

Así me presento a ti, reina de cielo y tierra.


Desde tu trono elevado dígnate

Volver los ojos a mí, pobre pecador.

Dios te ha hecho tan rica

Para que puedas socorrer a los pobres,

Y te ha constituido reina de misericordia

Para que puedas aliviar a los miserables.

Mírame y ten compasión de mí.

Mírame y no me dejes;

Cámbiame de pecador en santo.


Veo que nada merezco y por mi ingratitud

Debiera verme privado de todas las gracias

Que por tu medio he recibido del Señor.

Pero tú, que eres reina de misericordia,

No andas buscando méritos,

Sino miserias y necesidades que socorrer.

¿Y quién más pobre y necesitado que yo?


Virgen excelsa, ya sé que tú,

Siendo la reina del universo,

Eres también la reina mía.

Por eso, de manera muy especial,

Me quiero dedicar a tu servicio,

Para que dispongas de mí como te agrade.

Te diré con san Buenaventura: Señora,

Me pongo bajo tu servicio

Para que del todo me moldees y dirijas.

No me abandones a mí mismo;

Gobiérname tú, reina mía. Mándame a tu arbitrio

Y corrígeme si no te obedeciera,

Porque serán para mí muy saludables

Los avisos que vengan de tu mano.


Estimo en más ser tu siervo

Que ser el dueño de toda la tierra.

Soy todo tuyo, sálvame” (Sal 118, 94).

Acéptame por tuyo y líbrame.

No quiero ser mío; a ti me entrego.

Y si en lo pasado te serví mal,

Perdiendo tan bellas ocasiones de honrarte,

En adelante quiero unirme a tus siervos

Los más amantes y más fieles.

No quiero que nadie me aventaje

En honrarte y amarte, mi amable reina.

Así lo prometo y, con tu ayuda,

Así espero cumplirlo. Amén.

Santa María, Madre de la Iglesia

 

Santa María, Madre de la Iglesia, Madre de Dios

Santa María, Madre de la Iglesia, Madre de Dios 

La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia, no podía olvidar la figura de aquella Mujer (cf. Gál 4,4), la Virgen María, que es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia.


Esto estaba ya de alguna manera presente en el sentir eclesial a partir de las palabras premonitorias de san Agustín y de san León Magno. El primero dice que María es madre de los miembros de Cristo, porque ha cooperado con su caridad a la regeneración de los fieles en la Iglesia; el otro, al decir que el nacimiento de la Cabeza es también el nacimiento del Cuerpo, indica que María es, al mismo tiempo, madre de Cristo, Hijo de Dios, y madre de los miembros de su cuerpo místico, es decir, la Iglesia. Estas consideraciones derivan de la maternidad divina de María y de su íntima unión a la obra del Redentor, culminada en la hora de la cruz.


En efecto, la Madre, que estaba junto a la cruz (cf. Jn 19, 25), aceptó el testamento de amor de su Hijo y acogió a todos los hombres, personificados en el discípulo amado, como hijos para regenerar a la vida divina, convirtiéndose en amorosa nodriza de la Iglesia que Cristo ha engendrado en la cruz, entregando el Espíritu. A su vez, en el discípulo amado, Cristo elige a todos los discípulos como herederos de su amor hacia la Madre, confiándosela para que la recibieran con afecto filial.


María, solícita guía de la Iglesia naciente, inició la propia misión materna ya en el cenáculo, orando con los Apóstoles en espera de la venida del Espíritu Santo (cf. Hch 1,14). Con este sentimiento, la piedad cristiana ha honrado a María, en el curso de los siglos, con los títulos, de alguna manera equivalentes, de Madre de los discípulos, de los fieles, de los creyentes, de todos los que renacen en Cristo y también «Madre de la Iglesia», como aparece en textos de algunos autores espirituales e incluso en el magisterio de Benedicto XIV y León XIII.


Esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos.








Fuente:

Robert Card. Sarah

Prefecto


Rosario de Mar a Mar


Oración Ofrecimiento a la Santísima Virgen María


Oración de Ofrecimiento a la Santísima Virgen María en el mes de las madres

Oración de Ofrecimiento a la Santísima Virgen María en el mes de las madres

Oración de Ofrecimiento a la Santísima Virgen María en el mes de las madres

Oh Virgen Santísima, Madre de Dios, Reina del cielo y de la tierra, hoy vengo a postrarme ante ti con humildad y amor profundo, reconociendo tu grandeza y tu inmenso amor maternal. A ti, Señora mía, consagro plenamente mi vida, todo lo que soy y todo lo que tengo: mi alma y mi cuerpo, mi mente y mi corazón, mis pensamientos, palabras y obras, mis alegrías y sufrimientos, mis deseos y esperanzas.


Te entrego, oh Madre bendita, mis debilidades y miserias, para que tú las transformes con la gracia de Dios. Te ofrezco mi pasado, mi presente y mi futuro, todo lo deposito en tu Corazón Inmaculado, segura esperanza de salvación y refugio de los pecadores.


Guíame, oh Virgen fiel, por el camino de la santidad; enséñame a vivir en perfecta obediencia a la voluntad divina y a imitar tus virtudes de humildad, pureza y caridad. Ampárame bajo tu manto en cada momento de mi vida, especialmente en la hora de la prueba y la tentación. No permitas que me aparte jamás de tu protección amorosa.


Madre mía, intercede por mí ante tu Hijo Jesús, para que en su misericordia infinita me conceda la gracia de serle fiel hasta el último aliento, y de alcanzar la vida eterna.

Oración Ofrecimiento a la Santísima Virgen María









Oración Ofrecimiento a la Santísima Virgen María Madre de Dios y Madre Nuestra

Oh, Señora mía
yo me ofrezco toda a ti
y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día
mis ojos,
mis oídos,
mi lengua,
mi corazón,
en una palabra todo mi ser
y ya que soy toda tuya
oh Madre de bondad
guárdame, defiéndeme y utilízame
como instrumento y posesión tuya.
Amén.

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Oraciones para cada día del mes de María

Oraciones para cada día del mes de Santa María

Oraciones para cada día del mes de Santa María

Flor del 1 de mayo: Santa María

Oraciones para cada día del mes de María

Fiesta de San José Obrero, su castisimo esposo.

Meditación: “El nombre de la Virgen era María” (Lucas 1,27). Según la tradición cristiana a la Santísima Virgen le impusieron ese nombre por especial designio de Dios, significando en arameo Señora, en hebreo Hermosa y en egipcio Amada de Dios.

Oración: ¡Oh hermosa Señora, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo!. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Hacer un especial examen de conciencia por la noche, antes de ir a dormir.

Flor del 2 de mayo: Lirio Perfecto de Dios

Lirio Perfecto de Dios

Meditación: “Hágase en mi según Tu Palabra”. “El que haga la Voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3,35). María cumplió como nadie la Voluntad de Dios. Esto vale más que todos los demás dones suyos, sean cualidades humanas o gracias espirituales. Del mismo modo, por cumplir la Voluntad del Padre, Jesús sufre Su Pasión y Muerte, alcanzándonos la Redención.

Oración: ¡Oh María, Preciosísima, Cáliz de Amor!. Te ofrecemos nuestro corazón para que lo guardes junto a vos, uniéndolo al de tu Hijo Dios, como entrega de amor. Amén. 

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Prontitud y alegría para el trabajo, sin pereza y agradeciendo a Dios por un nuevo día.

Flor del 3 de mayo: Madre de Dios

Madre de Dios


Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.

Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.


Flor del 4 de mayo: Madre de Cristo

Madre de Cristo


Meditación: “De Ella nació Jesús, llamado el Cristo” (Mateo 1,16). Jesús significa Salvador, y es el Cristo, es decir el Ungido, el Mesías enviado por Dios para la Salvación de Su pueblo. Y Su Madre, Madre de Cristo, del Ungido, ha sido asociada a Su Empresa Redentora. Ella es Corredentora con su amor y su dolor. También Cristo nos llama a cada uno a participar en Su grandiosa Empresa de salvar a todos los hombres.

Oración: ¡Oh Madre de Dios, oh Madre del dolor!. Como intercesora que eres, imprime en nuestro corazón las Llagas del Señor, para participar de la Fiesta de la Salvación, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Flor del 5 de mayo: Madre de la Divina Gracia

Flor de 5 de mayo - Aoraciones


Fiesta de Nuestra Señora de la Gracia

Meditación: “Mujer, ahí tienes a tu hijo, después dijo al discípulo, he ahí a tu Madre” (Juan 19,26-27). Madre no sólo adoptiva sino que nos da la Vida, nos da a Cristo, más exactamente nos da la gracia santificante, la vida sobrenatural, algo físico y real que consiste en la unión con Cristo.

Oración: ¡Oh Madre de la Divina Gracia, que nos llevas a la Vida!. Muéstranos como Manantial de Gracia el camino hacia la verdadera Patria. Tu, llena de Gracia, sed la Salvación de nuestras pobres almas. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Poner los medios para estar en gracia de Dios.

Florecilla para este día: Examinar y renovar mi consagración a Cristo y a Su Sagrado Corazón

Madre amable - Aoraciones

Flor del 6 de mayo: Madre Inmaculada

Meditación: “Alégrate, la llena de Gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1,28). Gracia plena, es María; siempre estuvo llena de Gracia, por lo que no tiene mancha de pecado. Nunca se halló privada de la Gracia sobrenatural y santificante de Dios, pues Ella sería el Vaso Puro que llevaría al mismo Dios. Así se presentó en Lourdes como la Inmaculada Concepción, título que por Dogma la misma Iglesia le había reconocido.

Oración: ¡Oh María, Gracia plena!. Permítenos que nos alegremos con vos ya que el Señor te eligió y nos regaló tu Corazón, para que pongamos en El el nuestro como ofrenda al Dios Eterno. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Cómo debo guardar la pureza de pensamientos y de obras

Flor del 7 de mayo: Madre amable

Meditación: “Cómo se me concede que venga a mí la Madre de Mi Señor” (Lucas 1,43). María es diligente y amorosa, consuela, ayuda, fortalece, sirve…igual que su Hijo. “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. A cada uno pedirá Dios cuenta de nuestros prójimos; nadie está tan aislado que pueda labrarse, abstrayéndose de toda otra alma, su propia salvación. Busquemos dar amor, consolando afligidos, visitando enfermos, corrigiendo con dulzura a los que se equivocan, siendo a semejanza de María con humildad y amor testimonios del Amor. “Ora y labora”.

Oración: ¡Oh tierno Corazón de María!. Haz que tus hijos demuestren a todos lo que es el Amor, lo que es el Señor en nosotros, para servir y siempre decirte si. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Flor del 8 de mayo: Virgen prudentísima

Virgen prudentísima - Aoraciones

Meditación: “Se turbó, preguntándose qué podría ser éste saludo” (Lucas 1,29). Prudentísima porque turbada calló, porque obedeció, porque creyó y supo entregarse como esclava de Dios. ¡Qué modelo para nuestra locuacidad, nuestra poca fe y nuestro orgullo!. “Las vírgenes prudentes llenaron sus lámparas de aceite” (Mateo 25,4). María la llenó con fe. “Feliz porque haz creído”. La llenó con amor. “Mi Amado es mío y yo soy suya” (Cantar de los cantares 2,16). La llenó de esperanza. “Guardaba todas las Palabras de Jesús en su Corazón” (Lucas 2,51).

Oración: ¡Oh Virgen Prudentísima que señalas el camino de nuestro peregrinar!. Haz que la prudencia de tu Corazón la cultivemos también hoy, para que nuestras lámparas se aviven con una ardiente llama de fe, el pabilo de la esperanza y el aceite del Amor, como verdaderos templos de Dios. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria)

Florecilla para este día: Reflexionar sobre si cumplo lo que Dios quiere de mi, si hago Su Voluntad, o la mía.

Fiesta de Nuestra Señora de los Milagros

Flor del 9 de mayo: Madre del buen consejo

Fiesta de Nuestra Señora de los Milagros

Meditación: María nos aconsejó en las bodas de Caná, “Haced lo que El os diga” (Juan 2,5), y nos lo vuelve a dictar. ¿Qué quiere Cristo de mi?. ¿Lo podemos seguir cuando nos dice “deja todo y sígueme?”.

“Hijo, ¿por qué nos haz hecho esto?” (Lucas 2,48). Cristo tenía que mostrarnos ante todo más el amor a Dios que el de la familia. ¡Pero cuántas veces abandonamos a nuestra Madre por amores, caprichos, vanidades y miedos!.

Oración: ¡Oh dulce consejera del alma, oh hermosa Esclava!. Entrega a Dios nuestra alma para que se haga santa, que abramos nuestros oídos y seamos hijos solícitos. Amén.

Flor del 10 de mayo: Virgen digna de alabanza

Meditación: “Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1,42). “Mi alma engrandece al Señor” (Lucas 1,46). Cuando cumplimos la profecía de llamarla Bienaventurada, hablamos de las maravillas que hizo en Ella el Todopoderoso. Unimos nuestra voz a la suya, alabando perpetuamente al Señor. Imitemos a María agradecida, a María serena, a María llena de sacrificio, a María alegre, a María confiada, a María llena de Gracia y fortaleza para cumplir así nuestra misión en la tierra.

Oración: ¡Oh Madre!, que te hiciste la más pequeña, siendo realmente excelsa, enséñame a amarte, a alabarte y a agradarte del mismo modo en que vos lo hiciste con el Señor, para que también nosotros lleguemos a El. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser pequeños y humildes como María nos pide, para crecer en la Gracia

Virgen digna de alabanza - Aoraciones


Flor del 11 de mayo: Virgen clemente

Meditación: María camino a Belén…fatigada y esperanzada, pues llevaba en sus entrañas al Dios que amaba; María en Belén…frío y pobreza para cobijar al Rey, pero Ella era Palacio de Pureza y Cristal para que se pudiera acurrucar. María junto a la Cruz…, “estaba junto a la Cruz de Jesús Su Madre” (Juan 19,25). ¡Cuanta soledad y miseria!. Si, la miseria de todos los hombres de todos los siglos. Mis miserias también…

María es Madre de pobreza y sacrificio, debemos imitarla si queremos ser sus verdaderos hijos.

Oración: ¡Oh Virgen clemente, oh Madre de misericordia!. Llévanos a la santidad por el camino de la Verdad, y no toleres nuestros pecados, sino que enséñanos a ser santos. Que sepamos ver lo que no hacemos bien, teniendo la clemencia del Corazón de Tu Hijo para con nuestros hermanos, porque así como perdonamos seremos perdonados. Amén.

Florecilla para este día: Ser un Jesús y una María para los que nos rodean, como testimonio de cristiandad

Virgen clemente - Aoraciones


Flor del 12 de mayo: Madre del buen ejemplo

Meditación: “Sigue fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2,10). María la más fiel… “hágase en mí según Tu Palabra”. Grande fue la fe de María, quien cumplió a la perfección la Santa Voluntad de Dios, ya que a El todo entregó. En el Calvario a su Hijo dio y confiada con llagas en su Corazón esperó la Resurrección. ¿Somos realmente “fieles” a Dios y a Su Iglesia, cuando no cumplimos nuestro deber, cuando no nos comprometemos con el Señor y tenemos un tibio corazón lleno de vanidad y sin amor?. ¿Somos ejemplo como María, o somos un alma sin vida que no cumple con lo que Dios dicta?. Pregúntate en éste día: ¿he favorecido con mis obras y palabras al Señor, o al maligno?. Sigamos a María con un corazón pequeño y recto.

Oración: ¡Oh Madre que nos guiaste, que todo entregaste!. Dígnate Madre a enseñarnos y a llevarnos siempre de tu mano, para que seamos realmente cristianos, perteneciendo a Cristo, tu Hijo Amado. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Causa de nuestra alegría

Causa de nuestra alegría


Flor del 15 de mayo

Meditación: “Los justos se alegran, se regocijan y saltan de júbilo pensando en la Providencia y Bondad de Dios” (Salmos 32,33). Cómo no estar felices si agradamos al Señor cumpliendo Su Voluntad y viendo todo lo que Él nos da. Seamos hijos dignos pues el Señor es nuestro amigo. Todo nos da, y si caminamos junto a Él, todo compartiremos: Su Amor, Su Dolor y Su Crucifixión, pero felices sabiéndonos herederos del Reino de Dios.

Oración: Madre de la alegría, sé nuestra guía y haznos llevar una vida realmente digna. Haz que ésta vasija rebose de amor, fe y esperanza, pues el Señor nos acompaña. Amén.

Florecilla para este día: Valorar todo lo que Dios nos da, porque nada es mérito nuestro, todo lo bueno viene del Señor.

Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros!!

Florecilla para este día: Caminar es evangelizar

Florecilla para este día: Caminar es evangelizar


Flor del 16 de mayo: María peregrina

Meditación: María inició su camino desde Nazaret a Jerusalén, visitó Ein Karem, viajó a Belén y huyó a Egipto siguiendo con sus pasos un camino escarpado, un camino difícil pero siempre cumpliendo la misión que el Padre le había encomendado. Hoy María sigue caminando entre nosotros como Coromoto, Betania, Divina Pastora, Vallita, La Chinita por tantos sitios Santos. Va de casa en casa llamando a las almas. Caminemos con Ella y tengámosla como modelo de Santidad; Ella no se fatiga, camina de prisa y mendiga una caricia de amor a cada corazón que se aferra al mundo, habiendo olvidado lo dicho por Su Hijo Santo…”estad en el mundo sin ser del mundo”. Vivamos librados de esta tierra que no es la verdadera, pongamos nuestros ojos en el Cielo para que un día sea nuestro.

Oración: ¡Oh María peregrina, oh María Purísima!. Haz que te imitemos llevando la luz de Dios a cada corazón, y siendo como vos, testimonio de evangelización. Amén

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Caminar es evangelizar: llevemos nuestra fe cristiana a alguien cercano al que nunca dimos testimonio del amor por Cristo y Su Madre.

Florecilla para este día: Ayuno de algo que sea muy personal y apetecible, ofreciendo a Dios esta pequeña mortificación

Ayuno de algo que sea muy personal y apetecible, ofreciendo a Dios esta pequeña mortificación.


Flor del 17 de mayo: Modelo de entrega a Dios

Meditación: “He aquí la Esclava del Señor” (Lucas 1,38). “Después de esto salió y vio un publicano…y le dijo: sígueme, él, dejándolo todo se levantó y lo siguió” (Lucas 5,27). Todos somos sus discípulos, ¿pero realmente lo somos?. ¿Dejamos todo y lo seguimos?. ¿O hipócritamente queremos llamarnos cristianos de acuerdo a nuestras comodidades y conveniencias, siguiendo con las pompas y obras de este mundo, y no con un corazón verdadero y único?. No se puede servir a dos señores, somos legítimos apóstoles y no falsos profetas que repetimos con la boca la Santa Palabra y hacemos con las obras lo que a nosotros nos apetece y no el Querer de Dios.

Oración: ¡Oh María la elegida, la prometida de Dios!. Pon en nuestro corazón el ser servidores de Dios como lo fuiste tu, con humildad y dejando todo acá para caminar hacia la Verdad. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Meditar sobre nuestra tendencia a hacer obras buenas buscando el reconocimiento y halago de los demás, en lugar de sólo pretender ser contemplados por los Ojos de Dios

Florecilla para este día - Aoraciones


Flor del 18 de mayo: María, para Dios toda la gloria

Meditación: Cuando Jesús comenzó su predicación la gente lo aclamó Profeta, Varón de Dios y aún lo quisieron hacer rey. María se conservaba oculta, en su soledad Ella no atraía sobre sí la fama ni la gloria como Madre de tal Hijo. Así debemos ser nosotros, sólo dispuestos a procurarle Gloria a Dios, porque todo lo bueno, aunque provenga a través nuestro, viene de Dios. Por ello no son nuestras victorias, sino sólo victorias del Señor. Demos Gloria a Dios con nuestros trabajos y obras, permanezcamos ignorados frente a los hombres. Recordemos “…vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés 1,2-3). Estemos presentes como María en el Calvario, donde no hay palmas ni laureles, sino injurias y vilipendios para compartirlos con Jesús.

Oración: ¡Oh María Madre de la modestia!. Haz que nuestra alma no permanezca ciega por nuestras vanidades y miserias, que rinda sólo alabanza al Buen Dios que todo lo alcanza y que seamos a Su semejanza. Amén 

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Flor del 19 de mayo: Estrella de la mañana

Flor del 19 de mayo


Meditación: María, como el lucero del alba, nos anuncia el Nacimiento de Jesús, Sol de Justicia. Ella, la puerta del Cielo, nos sube peldaño a peldaño hacia su Hijo Amado, pidiéndonos con amor que tengamos humildad de corazón, viviendo las virtudes que en Ella destellan, como verdaderos discípulos y dignos hijos. Seamos sinceros y de corazón recto para subir de su mano al Cielo.

Oración: ¡Estrella de la mañana, nuestra soberana!, marca nuestro camino que es el mismo Cristo, para que no caigamos en ningún desvío y estemos siempre contigo. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria). 

Florecilla para este día: Dar testimonio a alguien cercano sobre las virtudes de María, y su importancia como el más fácil y corto camino a Cristo. Recomendar también la lectura del libro de San Luis Grignon de Montfort: “Tratado sobre la verdadera devoción a María”.


Flor del 22 de mayo: María esperando el Espíritu Santo

Borrar el propio ego, vaciarse interiormente y preparar nuestra alma para que sea un refugio en el que pueda anidar el Espíritu Santo


Meditación: Reunida en Jerusalén, María aguardaba junto a los apóstoles la venida del Espíritu Santo, y lo hacia orando. Ella, que tenía en sí la plenitud de todos los Dones, se refugió en el apostolado, en piadoso retiro para unir su oración a la de los apóstoles. “A cada cual ha dado Dios cargo de su prójimo” dice el apóstol. La oración y el amor nos señalan a Dios como signo de vida interior y santificación, darse por los demás y orar, por los vimos y muertos, por los justos y pecadores, por los conocidos y los que nunca hemos visto, por los que te quieren bien y te quieren mal. ¡Ora y a Dios escucharás!.

Oración: ¡Oh María, la que en Dios siempre confía, oh María, Reina mía!, alcánzame el don de la piedad y enséñame a todo dar, para así con Dios hablar. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Borrar el propio ego, vaciarse interiormente y preparar nuestra alma para que sea un refugio en el que pueda anidar el Espíritu Santo.

María, la alegría del Pentecostés

María, la alegría del Pentecostés


Flor del 23 de mayo

Meditación: El gran día del Pentecostés llegó y el Espíritu Divino descendió cubriendo a todos con el Fuego del Amor y la Purificación, de Dones los llenó y María llena de alegría vio a los discípulos de su Divino Hijo así bendecidos. Espiritual alegría debe tener toda alma, cuando vea descender Gracias del Cielo sobre sus hermanos, anticipando para Gloria de Dios y bien de la Iglesia, la gran Fiesta.

Oración: ¡Oh Virgen Santa, Madre de alabanza, que descienda sobre todos tus hijos el Espíritu Divino, para que seamos guiados por El y veamos al Rey!. Amén.

Repetir tres veces: Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa, ven.

Florecilla para este día: Invocar a través del Inmaculado Corazón de María, Esposa del Espíritu Divino, la venida del Santo Espíritu sobre nosotros.*

María, esposa del Espíritu Santo, ruega por nosotros!!

Florecilla para este día: Orar a María por la salud de un enfermo, pidiendo su poderosa intercesión para su sanación física y espiritual

Flor del 26 de mayo


Flor del 26 de mayo: María, salud de los enfermos

Meditación: María ama, María consuela y cubre con su manto de amor, otorgando la curación del alma y del cuerpo a sus hijos enfermos. Intercede ante el Señor para nuestra sanación. Sino siempre se cura el cuerpo, es porque no nos conviene, pero María nos ayuda y conforta aliviando el dolor y sanándonos el alma con sus bellas lágrimas.

Oración: María salud de los enfermos, no sólo del cuerpo, sino de todos los que no tenemos un corazón bueno. Madre de todos los dolores, de los más atroces, sánanos en cuerpo y alma para que prestemos a Dios alabanza. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Flor del 28 de mayo: María, Reina de los apóstoles

Florecilla

Flor del 28 de mayo


Meditación: “Pondré enemistad entre ti (satanás) y la Mujer (María), entre tu linaje y el suyo; y Ella te aplastará la cabeza” (Génesis 13,15). El apostolado ha de hacerse en lucha contra el diablo y los suyos, lo que origina persecuciones a toda la Iglesia, tanto en su cuerpo como en cada familia o individualmente. Somos los apóstoles que San Luis de Montfort señaló para este tiempo, que sólo dispone el Eterno. Sin embargo, la Reina y Capitana del pueblo de Dios dará la victoria a sus seguidores leales que la obedezcan y perseveren en el combate.

Oración: ¡Oh María Reina de los apóstoles!. Tú que haz enseñado, protegido y alentado a los apóstoles de todos los siglos, haz que seamos soldados leales y valientes de tu ejército, siendo apóstoles de tu Divino Hijo y propagando los mensajes del Reino, para que todos lleguemos al Cielo, con el Triunfo de tu Corazón Inmaculado y la vuelta de Cristo Resucitado. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Comprometerse a ser un fiel soldado de María, Capitana del ejercito de Jesús. Colocar los deseos de Dios por encima de las necesidades propias, con María como puente seguro y firme frente a las preocupaciones de cada día.

Flor del 29 de mayo: María, Reina del Santísimo Rosario

Flor del 29 de mayo


Meditación: “Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo” (Lucas 1,28). El Arcángel San Gabriel fue quien comenzó el Rosario, pero el Espíritu Santo nos ha manifestado a través de los místicos que todo lo que proviene de la boca de los enviados celestiales (ángeles, santos y la misma Virgen) viene de la Voz de Dios, de tal modo que el mismo Dios fue quien lo inició. A María, la Reina de nuestro corazón, la Reina de las rosas, presentémosle como regalo un ramo de Avemarías. La oración a María, Medianera e Intercesora, va dirigida por su medio a Dios; le pedimos “ruega por nosotros pecadores” para que su oración se una a la nuestra y le de valor. Ella siempre responde ”ruego por vosotros pecadores”, ya que la oración es el diálogo sublime de la pobre criatura con su Señor.Nuestra oración, en manos de María, es presentada ante el Trono de Dios como un delicado perfume, entregado por la criatura más perfecta que existió, ¿y qué no puede obtener ése Purísimo Corazón del Corazón del Amor…?.

Oración: ¡Oh María, Reina del Santo Rosario!. Enséñanos a rezar de corazón como lo hiciste vos, y a prestar eterna alabanza a nuestro Señor. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Rezar un Rosario pidiendo que se derrame sobre nosotros el Espíritu Santo, y por las intenciones de la Virgen.