Evangelio de hoy: Mt 28, 8-15 A mis hermanos que vayan a Galilea;
allí me verán.
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos».
Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.
Jesús les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
«Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros».
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
Palabra del Señor 🙏🏻
Comentario de la palabra
Este pasaje del Evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre la fe y la misión que Jesús confía a todos sus discípulos. La Resurrección no es solo un hecho histórico, sino una realidad viva que debe ser anunciada a todos los pueblos. Jesús no solo vence la muerte, sino que nos invita a participar en su victoria.
Como las mujeres en el Evangelio, nosotros también somos llamados a ser mensajeros de la alegría y la esperanza que provienen de la Resurrección. Y, al igual que ellas, debemos vencer el miedo y ser valientes en nuestra fe, sabiendo que el Señor está con nosotros y nos envía a compartir el mensaje de salvación con el mundo entero.
Que este pasaje nos inspire a vivir nuestra fe con esperanza, sin temor, y con el ardor de ser testigos de la Resurrección, confiando siempre en el amor y la misericordia de Dios.