Aoraciones

Oración a San José

 


Oración a San José padre adoptivo de tu Hijo - Aoraciones

Oración a San José padre adoptivo de tu Hijo


Padre Eterno, en tu infinita sabiduría y bondad elegiste a San José como padre adoptivo de tu Hijo.

Te adoró y te sirvió en Jesús, a quien le confiaste el cuidado de su vida.

Dame la Gracia de imitar a San José, siguiendo los caminos de tu sabia providencia y confiando en tu conducción.

Concédeme el espíritu de oración y de silencio que admiramos en él.

San José, Padre de la Sagrada Familia de Nazaret, Protector de la Iglesia, Patrono de Adopción Espiritual, te imploro un gran amor a Jesús y a María, que pueda amarlos como tú los amas, que mi vida se desarrolle entre la oración y el trabajo, como la tuya. 

También te pido que intercedas por los papas del niño que adoptaré espiritualmente a partir del 25 de marzo, para que tengan la valentia de defender la vida de su hijo, como lo hiciste tú con Jesus, salvándolo de la matanza de Herodes.

Amén.

Oración a San José Patrono de la Adopción Espiritual

 Padre Eterno, en tu infinita sabiduría y bondad elegiste a San José como padre adoptivo de tu Hijo.

Te adoró y te sirvió en Jesús, a quien le confiaste el cuidado de su vida.

Dame la Gracia de imitar a San José, siguiendo los caminos de tu sabia providencia y confiando en tu conducción.

Concédeme el espíritu de oración y de silencio que admiramos en él.

San José, Padre de la Sagrada Familia de Nazaret, Protector de la Iglesia, Patrono de Adopción Espiritual, te imploro un gran amor a Jesús y a María, que pueda amarlos como tú los amas, que mi vida se desarrolle entre la oración y el trabajo, como la tuya. 

También te pido que intercedas por los papas del niño que adoptaré espiritualmente a partir de mañana para que tengan la valentia de defender la vida de su hijo, como lo hiciste tú con Jesus, salvándolo de la matanza de Herodes.

Amén.

Acto de consagración a San José

 


Acto de consagración a San José








Acto de consagración a buen San José

Me consagro a ti, buen San José, mi padre espiritual. Te elijo para gobernar mi alma y enseñarme la vida interior, la vida oculta con Jesús, con María y contigo. 

Sobre todo, quiero imitar el humilde silencio con el que envolviste a Jesús y a María. Para mi, todo se basa en eso, en la abnegación, como la de Nuestro Señor en su vida oculta, haciendo que el mundo me olvide, por mi silencio y mi práctica de la virtud. 

Me consagro a ti como mi guía y modelo en todos mis deberes, para que aprenda a cumplirlos con mansedumbre y humildad: con mansedumbre hacia mis hermanos, mi prójimo y todos aquellos con quienes tengo contacto; con humildad hacia mí mismo, y sencillez delante de Dios. 

Te elijo, buen santo, como mi consejero, confidente y protector en todas mis dificultades y pruebas. No pido ser liberado de cruces y sufrimientos, sino sólo del amor propio que podría quitarles su valor si me glorío de mis tribulaciones. 

Te elijo como mi protector. Sé mi padre como lo fuiste de la Sagrada Familia en Nazaret. Sé mi guía; sé mi protector. No pido bienes temporales, grandeza o poder, sólo pido servir con fidelidad y dedicación a mi Rey divino. 

Te honraré, amaré y serviré con María, mi Madre, y nunca separaré su nombre del tuyo. Oh Jesús, dame a José por padre, así como me diste a María por Madre. Lléname de devoción, confianza y amor filial. Escucha mi oración. Sé que lo harás. Ya me siento más devoto, más lleno de esperanza y confianza en el buen San José, tu padre adoptivo y mi padre espiritual. Amén.





Por: San Pedro Julián Eymard

Oraciones a Jesús de Nazareno

 

Oraciones a Jesús de Nazareno - Aoraciones



Oraciones a Jesús de Nazareno



Amadísimo Jesús Nazareno, señor y redentor tu que ayudas a los más urgidos, te amo, reconozco el gran sacrificio que hiciste por todos nosotros que hoy vivimos en esta tierra, oh gran amado Jesús de Nazareno eres bendito por los siglos, de los siglos, te envió desde lo más puro de mi alma esta oración, con ella te hago llegar este ruego a tu sagrado Corazón por favor dame la bendición de tu poderoso brazo.

Jesús de Nazareno tu corazón es dulce y misericordioso, tú que por nosotros cargaste esa pesada Cruz sobre tus hombros, siendo insultado, escupido y maltratado, caminaste hacia el Calvario y al llegar fuiste clavado en ella, reconozco ser un pobre pecador, te alabo y te doy gracias por todo el amor que nos has mostrado.

Llevaste sobre tus sagrados hombros la Cruz de tu martirio para pagar por nuestros pecados, pedimos tu perdón  postrados a tus pies, reconocemos cada uno de nuestros pecados. A ti imploramos misericordia porque te reconocemos como nuestro salvador  lleno de bondad y misericordia. Quita nuestras culpas con tu hermosa sangre.

Juro que con tu perdón seré una mejor persona, prometo amarte y ser fiel a ti, a tus palabras y a tu ejemplo por todos los días de mi vida y después de ella también, vengo hoy hasta ti amado Jesús de Nazaret para pedir tu ayuda, en esta urgente necesidad de ti de tu misericordia porque me encuentro desesperado y estoy sufriendo.

Amado Jesús de Nazareno ayúdame a (anunciar tu petición), te lo suplico hincado de rodillas, con mi corazón elevado a ti, en total rendición entrego a ti mi fe y esperanza, porque confío en que escucharas mi petición y obtendré respuesta.

Ayuda a este pobre hombre afligido y atormentado, tú que me conoces sabes que necesito de tu ayuda, desvía tu mirada hacia mí y aumenta tu gloria con tu compasión. Bendícenos, ampáranos, resguárdanos  amado  Jesús, de Nazareno, por los siglos de los siglos.

Amén.


Oración a 
Jesús de Nazareno de San Pablo por la sanación


Oración a Jesús de Nazareno por la sanación


Querido y adorado Nazareno de San Pablo hoy me dirijo a ti para solicitar de tu misericordia un gran favor, tú conoces de todas mis necesidades amado Señor, las conoces bien, pero hoy deseo acercarme a ti para que de mí las conozcas y de esta manera interceder ante tu corazón para obtener respuesta, mi Señor.

Me encuentro inclinada a tus pies con mi cabeza inclinada también Señor en señal de mi humildad y entrega, sé muy bien que tu bondad infinita notará mi presencia y escucharas mi solicitud de sanación. Sabes que padezco (menciona la enfermedad), y necesito que me ayudes a sanar, en ti confió mi Altísimo Nazareno de San Pablo.

Reconozco mis pecados ante ti y con mi corazón limpio y sano acudo a pedir por la sanación de mi cuerpo, respeto tu voluntad mi señor y repito tus palabras: “que sea tu voluntad y no la mía”, tú que conoces de sufrimiento el cual no es comparable con el mío y sabes lo que es bueno para mí, te pido escuches mi ruego Señor.

Amén.

Oración Milagrosa a Santísimo Jesús Nazareno

Oración Milagrosa a Santísimo Jesús Nazareno


Santísimo Jesús Nazareno, tú que eres ser de Luz, de Amor, de Clemencia, de Bondad, tú que con tu amor llenas todo lo que te rodea. Quiero que sepas que siempre estas presente en mis acciones, en mis decisiones y en cada uno de los pasos que doy.

Mi amor por ti es verdadero y puro amado Jesús de Nazaret, así que no dudaré en hacértelo saber todos los días de mi vida, porque tu amado Señor que entregaste tu vida en la Cruz y sufriste dolores y maltratos que ningún otro ser humano hubiera soportado, debes conocer por mis palabras por mis acciones  este deseo de amor que repetiré siempre.

Oh mi amado Jesús de Nazareno, tú que eres nuestro adorado redentor y en reconocimiento de tu gran pasión te pido con mi corazón elevado al cielo que me ayudes e intercedas por mí para recibir (menciona la petición). Si mi solicitud es conveniente para tu Gloria y Honra, también lo será para el bien de mi alma amado Señor.

Amén.

Los devotos de Jesús de Nazaret han sido tocados por el Espíritu Santo y por ello la oración al Nazareno es tan reconocida y le tienen mucha fe. Cuando se ora se debe hacer de corazón, con honestidad y pedir con la seguridad de que nuestras súplicas serán escuchadas y obtendremos respuestas. A continuación dejamos otras oraciones al Nazareno.


Oración a Amadísimo Jesús Nazareno

Amadísimo Jesús Nazareno, tú que como manso cordero recibiste y aceptaste llevar sobre tus hombros el madero de tu suplicio, para purificar en él nuestros pecados. Perdónanos, oh amado y buen Jesús. Ante ti con vergüenza reconocemos nuestras culpas, pero también admiramos con humildad tu inmensa bondad al borrar cada uno de ellos con tu preciosa Sangre.

Te amamos por sobre todas las cosas, prometemos serles fiel a tu palabra y designios hasta la muerte. Sostennos con tus sagradas manos y guíanos por el camino correcto para poder ser merecedores de tu reino celestial. Tu amado Dios Redentor que llevaste sobre tus sagrados hombros la cruz, que la llevaste hasta el Calvario para ser clavado en ella.  Nosotros fuimos la causa de tu Pasión dolorosísima, te alabamos y te damos Gracias por escuchar nuestras alabanzas y peticiones.

Amén.

Oración a Amadísimo Jesús Nazareth 

¡Oh Jesús Nazareno!, en honor de tu Pasión sacrosanta te pido (se realiza la petición), me sea concedida por ti Padre amado, solo si ella te honra, solo si ella bien vale tu Gloria. Te entrego mi alma que en ti confía y guarda mi esperanza.

Amén.


La Cuaresma es la Superación Victoriosa de las Pruebas y Dificultades

 

La Cuaresma es la Superación Victoriosa de las Pruebas y Dificultades


La Cuaresma es la Superación Victoriosa de las Pruebas y Dificultades: La cuaresma es CRUZ


Signo y presencia permanente durante toda la cuaresma. Prefigurada en el Antiguo Testamento y patentizada con el ejemplo de Jesucristo y como su llamada a cargar con ella como condición para el seguimiento.


¡En estos tiempos tan difíciles vivamos una cuaresma comprometida y en ofrecimiento por la conversión de todos los seres humanos!


La Semana Santa

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso del año, esta semana es un pequeño momento para dedicarse a la oración, la reflexión, los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, la grandeza y la gracia de Dios.



Aprovechar la semana santa es darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo. A la semana santa se le llamaba en un principio “la Gran Semana” pero ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les conoce como Días Santos.


Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua. Vivir la Semana Santa, es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. 


Debemos asistir al sacramento de la penitencia para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua. Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Jesús padeció, sino, entender por qué murió y resucitó; es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor al hombre y el poder de su resurrección que es primicia de la nuestra.


La Semana Santa, fue la última semana de Jesús en la tierra, su resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.


Rosario de Mar a Mar





Coronilla en Honor a San Miguel Arcángel o Rosario a los 9 Coros

Coronilla en Honor a San Miguel Arcángel o Rosario a los 9 Coros 


Coronilla en Honor a San Miguel Arcángel  (o Rosario a los Nueve Coros)

En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de los Santos Ángeles. Después de cada invocación  rezaremos un (1) Padre Nuestro y tres (3) Avemarías.

Coronilla en Honor a San Miguel Arcángel  - Aoraciones

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor Dios nuestro. †

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. †

Amén.

Acto de Contrición y Súplica a Coronilla en Honor a San Miguel Arcángel

Acto de Contrición y Súplica a Coronilla en Honor a San Miguel Arcángel


Dios mío, me arrepiento de haberte ofendido porque eres infinitamente bueno y amable; propongofirmemente, mediante tu santa gracia, no volver a ofenderte aún a costa de la vida. Señor, por tu infinito poder y virtud y por los méritos de la Pasión y Muerte de tu glorioso Hijo, te suplico tenga yo limpio el corazón, la lengua dominada y haga obras que te agraden. Amén.

V. Dios mío, ¡ven en mi auxilio!

R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al primer Coro Angélico.

Segunda Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de los Querubines, concédenos la gracia de abandonar el camino del pecado y de seguir el de la perfección

cristiana. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al segundo Coro Angélico.

Tercera Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de los Tronos, infunde en nuestros corazones el espíritu de la verdadera y sincera humildad. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al tercer Coro Angélico.

Cuarta Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de las

Dominaciones, concédenos la gracia de domar nuestros sentidos y corregir nuestras pasiones. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al cuarto Coro Angélico.

Quinta Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al quinto Coro Angélico.

Sexta Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al sexto Coro Angélico.

Séptima Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de los Principados, llena nuestras almas del espíritu de verdadera y sincera obediencia. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al séptimo Coro Angélico.

Octava Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe, esperanza, caridad, piedad, oración y buenas obras, para poder llegar a poseer la gloria eterna. Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al octavo Coro Angélico.

Novena Salutación

Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del Coro Celestial de los Ángeles, dígnate concedernos que nos guarden en esta vida mortal y nos lleven luego a la gloria del Cielo. Así sea.

Amén.

Jaculatoria:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios.

Un Padre Nuestro y tres Avemarías al noveno Coro Angélico.

Continuamos rezando cuatro Padre Nuestros en honor a cada uno de los tres Santos Arcángeles y a nuestro

Ángel Custodio

Ángel Custodio - Aoraciones


En honor a San Miguel Arcángel, un Padre Nuestro.

En honor a San Gabriel Arcángel, un Padre Nuestro.

En honor a San Rafael Arcángel, un Padre Nuestro.

En honor a nuestro Ángel de la Guarda, un Padre Nuestro.

Antífona

Gloriosísimo Príncipe San Miguel, jefe y conductor de los ejércitos celestiales, custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, favorito en la casa de Dios; dígnate librar de todo mal a todos los que a ti recurrimos con confianza, y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.

V. Ruega por nosotros, ¡oh gloriosísimo protector nuestro, San Miguel!, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.

R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Oremos

Omnipotente y Sempiterno Dios, quien, con prodigio de bondad y misericordia, elegiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel para la salvación común de los hombres, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos, de modo que en la hora de nuestra muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial para contemplar eternamente tu augusta y Divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

LETANÍAS A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

LETANÍAS A SAN MIGUEL ARCÁNGEL


Del Santuario del Monte Gargano en Italia y del Mont-Saint-Michel en Francia.

Imprimatur: Obispo de Coutances y Avranches

Señor, ¡ten piedad de nosotros!

Jesucristo, ¡ten piedad de nosotros!

Señor, ¡ten piedad de nosotros!

Jesucristo, ¡óyenos!

Jesucristo, ¡escúchanos!

Dios Padre celestial, ¡ten piedad de nosotros!

Dios Hijo, Redentor del mundo, ¡ten piedad de nosotros!

Dios, Espíritu Santo, ¡ten piedad de nosotros!

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ¡ten piedad de nosotros!

Santa María, Reina de los Ángeles, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, Arcángel de Dios, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, lleno de la sabiduría de Dios, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, espejo de humildad, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, modelo de obediencia, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, excelso adorador del Verbo Divino, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, coronado de gloria y honor, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, príncipe poderoso del ejército de Dios, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, portaestandarte de la Santísima Trinidad, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, guardián del Paraíso, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, Ángel de paz, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, guía y consuelo del pueblo de Israel, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, esplendor y fortaleza de la Iglesia militante, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, honra y alegría de la Iglesia triunfante, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, baluarte de los cristianos, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, luz de los Ángeles, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, amparo de los cristianos verdaderos, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, sostén de los que combaten bajo el estandarte de la Cruz, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, vínculo de nuestra caridad, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, guerrero vencedor de los errores, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, luz y esperanza a la hora de la muerte, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, socorro seguro, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, auxilio en todas las adversidades, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, heraldo de la sentencia eterna, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, consolador de las almas del Purgatorio, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, encargado por Dios para recibir a las almas en la hora

 de la muerte, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, defensor de los derechos de Dios, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, grande y poderoso, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, cuyas oraciones conducen al Reino de los Cielos, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, príncipe de los primeros príncipes, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, siempre a favor de los hijos de Dios, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, patrono de los moribundos, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, nuestro abogado, ¡ruega por nosotros!

San Miguel, vencedor de lucifer, ¡ruega por nosotros!

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ¡perdónanos, Señor!

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ¡escúchanos, Señor!

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ¡ten piedad de nosotros!

Cristo, ¡óyenos!

Cristo, ¡escúchanos!

Señor, ¡ten piedad de nosotros!

Cristo, ¡ten piedad de nosotros!

Señor, ¡ten piedad de nosotros!

PADRE NUESTRO

Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre; venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el tremendo juicio de Dios. V. Ruega por nosotros, ¡oh gloriosísimo protector nuestro, San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo!

R. Para que seamos dignos de alcanzar Sus promesas.

OREMOS

Señor Nuestro, Jesucristo, dignaos santificarnos con una bendición siempre nueva y concédenos, por la intercesión de San Miguel, la sabiduría que nos enseñe a procurarnos tesoros para el Cielo y a cambiar los bienes de la tierra por los de la eternidad. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL DEL PAPA LEÓN XIII

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh, Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

ORACIÓN A MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES

¡Oh, Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles!

Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad las santas legiones para que, bajo vuestras órdenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.

¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios! Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos. ¡Oh, buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh, divina Madre! Enviad a los Santos Ángeles para defendernos y echar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén.



Las Lágrimas de María

 

Las Lágrimas de María - Aoraciones - Oraciones a la Virgen María

Las lágrimas de María se dan en las apariciones con las que María acompaña a la Iglesia en su camino por el mundo

Vemos a María llorando en las apariciones donde nos muestra que camina con la Iglesia, por todo el mundo. María llora en La Salette, a mediados del siglo pasado, antes de las apariciones de Lourdes, en un momento en que la cristiandad en Francia se enfrentaba a una creciente hostilidad. 


Ella llora de nuevo, en Siracusa, al final de la Segunda Guerra Mundial. Es posible comprender estas lágrimas en el contexto de aquellos trágicos acontecimientos provocados por el conflicto, el exterminio de los hijos e hijas de Israel y la amenaza a Europa del Este por parte del comunismo abiertamente ateo.



Las lágrimas de María son signos: dan testimonio de la presencia de la Madre en la Iglesia y en el mundo. Una madre llora cuando ve a sus hijos amenazados por el mal, ya sea este espiritual o físico.



Vivamos la cuaresma en profundidad junto a La Virgen Maria, “consolemos a Los dos Corazones” y reparemos tantos dolores y ofensas que como humanidad les hemos causado a Jesús y Maria


Recordemos lo que dijo La Virgen en Medjugorje: “Con la oración y ayuno, hasta las guerras pueden ser detenidas” hagamos ayuno los miércoles y viernes como nos pide la Virgen.


Fuente: Rosario de Mar a Mar


Con María en el Momento de la Cuaresma

 

Con María en el Momento de la Cuaresma



¡Con María en el Momento de la Cuaresma!


¡María, Madre, cuánto tengo que aprender de Ti, que junto a la Cruz alcanzaste la máxima expresión de tu Amor por Jesús, tu fidelidad a la voluntad del Padre! 


¡María, tu me enseñas la importancia de confiar y de creer, de ser firme en la fe, para entregarme en mi vida cristiana! ¡De tu mano me es más fácil aceptarlo todo y estar de acuerdo con todo lo que sucede en mi vida! ¡En este tiempo, Madre, ayúdame a profundizar como hiciste Tú en la Palabra de Dios, a ser más constante y fiel en la oración, a retener y meditar en lo más profundo de mi corazón todo lo que el Padre quiere transmitirme! 


¡Concédeme, María, la fuerza para responder cada día a la llamada de Dios con autenticidad y responsabilidad! ¡Ayúdame, Madre, a seguir los pasos de Jesús, a ser como Él, a crecer en las cosas de Dios, a aumentar mi fe, a esperar en la esperanza y a vivir en el amor! ¡Gracias, María, por caminar junto a mi en el camino de la Cruz!


Rosario de Mar a Mar

Novena a Nuestra Señora del Carmen

La Virgen del Carmen intercediendo por las almas del purgatorio, rodeada de luz celestial
La Virgen del Carmen intercede con amor por las almas del purgatorio, guiándolas hacia la luz eterna.

Novena a Nuestra Señora del Carmen

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita que los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora delos que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

Rezar tres Avemarías

DÍA PRIMERO

Novena a Nuestra Señora del Carmen


Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran profeta de Dios, Elías, vio levantarse del mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de Su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA SEGUNDO 



Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber cómo debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce y siempre Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Meditar y rezar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA TERCERO 



Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde Él habite siempre amado, adorado y alabado por mí, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce y siempre Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen Santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA CUARTO 



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ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA QUINTO



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ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase  su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA SEXTO



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ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del Santo Escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones procuran vivir de manera que, imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del Santo Escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA SÉPTIMO 

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ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu Santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.


ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA OCTAVO 



Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran profeta de Dios, Elías, vio levantarse del mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de Su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA NOVENO



Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu Santo Escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...

Pedir la gracia particular y meditar la oración final.

ORACIÓN FINAL

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu Santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh, hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

¿Deseas acercarte a la Virgen del Carmen con una oración poderosa? Te compartimos una hermosa novena de 9 días, llena de fe, consuelo y esperanza.

Cada día de la novena está pensado para ayudarte a presentar tus peticiones con amor y confianza. Puedes rezarla desde casa, en familia o en comunidad.

Accede aquí a la novena completa: Rezar la Novena a la Virgen del Carmen

Que la Madre del Carmelo te cubra con su manto y escuche tus oraciones.

Con devoción,
Claret Coromoto – Aoraciones

Dios gracias - Aoraciones


Devocionario a la Virgen del Carmen

 Devocionario a la Virgen del Carmen

Devocionario a la Virgen del Carmen: Origen

El Carmelo era, sin duda, el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo.
En el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, les pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se concretó gracias a los Papas Honorio III e Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina.
Posteriormente, en el siglo XVI, Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo descalzo reimpulsando la fuerza de su regla original, de oración y clausura. Y es así como se difunde hacia América.

Santa Teresa de Jesús - Aoraciones

Origen del mensaje de la Virgen del Carmen

Respecto del origen del mensaje de la Virgen del Carmen, este se da en Inglaterra. El domingo 16 de julio de 1251, San Simón Stock, Superior General de los Padres Carmelitas del convento de Cambridge, estaba rezando por el destino de su orden, cuando se le apareció la Virgen María. Ella iba vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que le entrega diciendo: 

Escapulario de la Virgen del Carmen - Aoraciones

“Recibe, hijo mío, este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno.”

Devotos al escapulario carmelita

En la época de los Cruzados, el patriarca latino de Jerusalén, San Alberto, dio a los ermitaños del Monte Carmelo una regla religiosa en el año 1212. Se cuenta que el carmelita San Simón Stock pasó por este monte antes de su célebre visión del escapulario carmelita.

También subió en peregrinación a esta santa montaña el rey San Luis de Francia en el año 1254, en acción de gracias por haberse salvado de un naufragio. Con la caída de la ciudad de San Juan de Acre en 1291 vino la persecución árabe que causó el martirio de no pocos religiosos. Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. 

Estrella del Mar

Una antigua tradición dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina, y ella prometió ser
para ellos su Estrella del Mar


Estrella del Mar Santísima Virgen - Aoraciones


Por ese bello nombre también se conoce a la Santísima Virgen. 

Después de una larga interrupción de la vida monacal en la montaña, que dio ocasión para la expansión del ideal carmelitano por el Occidente, regresaron los religiosos del Carmen al Monte Carmelo, entre los siglos XVI y XVII.

Desde el siglo XVI -que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen- casi todos los papas lo han vestido y propagado. El Papa Juan Pablo II, que era terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que vestía con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.

En un mensaje radiofónico del Papa Pío XII, con ocasión de la clausura del Congreso Mariano nacional de Colombia, el 16 de julio de 1946, su Santidad manifestaba: 

“¡La Virgen del Carmen, patrona de la gente de mar, que confía su vida todos los días a la inestabilidad de las olas y del viento!

Desde nuestro puesto de timonel de la barca de Pedro, cuando sentimos rugir la tormenta y vemos saltar ante nuestros ojos el furor de la marejada, que querría dar al traste con nuestro batel, alzamos la mirada, serenos y confiados, a la Virgen del Carmen y le pedimos que no nos abandone. Y aunque el infierno no cese en sus asaltos y la violencia, la audacia y el furor de las fuerzas del mal aumenten siempre, mientras contemos con su poderoso patrocinio jamás dudaremos de la victoria.”