Aoraciones: Santo Rosario
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Relatos gozosos, luminosos y dolorosos del Evangelio

 

Relatos gozosos, luminosos y dolorosos del Evangelio

Relatos gozosos, luminosos y dolorosos del Evangelio

Introducción

Te invitamos a contemplar los relatos sobre la infancia y vida pública de Jesús. Estos misterios del Rosario nos acercan a los inicios de la familia de Nazaret, donde el proyecto de amor del Padre se manifestó plenamente. Así podemos aprender a unirnos a la misión de Jesús en nuestro trabajo, familia y estudios, sabiendo que el Señor está presente en las personas y situaciones concretas.

Al rezar estos misterios, trae al corazón todas las familias del mundo: diversidad de etnias, culturas y situaciones de vida, verdaderos tesoros que debemos proteger y honrar de manera tangible.

Relatos gozosos del Evangelio

Contemplamos los relatos sobre la infancia de Jesús. En cada decena de estos misterios, tráelo a la oración para que protejamos y acompañemos a todas las familias, como verdaderos tesoros de la humanidad.

1. La Anunciación – según San Lucas 1, 26-38

El Señor mira nuestras pobrezas, necesidades y flaquezas, y elige que el Hijo se haga hombre para enseñarnos a vivir en el amor. María es la elegida: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… vas a concebir y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús». Jesús nos invita a decir “sí” al Señor para llevarlo a los demás.

El Papa Francisco afirma: «nuestra alegría es Jesucristo, su amor fiel e inagotable». Nuestras vidas deben ser testimonio para quienes están alejados de la fe. Objetivo de la decena: reza por quienes se han alejado de la fe, para que mediante nuestra oración y testimonio redescubran la belleza de la vida cristiana.

2. La visita de María a Isabel – según San Lucas 1, 39-45

María, tras recibir la noticia de su misión, parte sin demora para ayudar a Isabel. El niño Juan salta de gozo en el vientre de Isabel ante la presencia de Jesús en María. «En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno».

María e Isabel representan dos madres colaboradoras de la salvación. Objetivo de la decena: ofrécele esta decena por las mujeres del mundo entero, especialmente por las que viven situaciones de marginación, para que sean honradas y su aporte social sea valorizado.

3. El nacimiento – según San Lucas 2, 1-20

María y José, fuera de su casa por el censo, encuentran un establo para el alumbramiento: «Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito». Quédate con ellos en el pesebre y ofrece ayuda imaginaria.

El Papa Francisco afirma: «Las familias son un tesoro; el ritmo de vida actual y la presión laboral las ponen en peligro. Es necesario promover medidas concretas que protejan a las familias».

Objetivo de la decena: reza para que las grandes opciones económicas y políticas reconozcan a la familia como tesoro de la humanidad y la protejan.

4. La presentación del niño en el Templo – según San Lucas 2, 21-26

La familia de Nazaret concurre al Templo para presentar a Jesús según la Ley de Moisés: «Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor».

Ana y Simeón reconocen en el Niño al Mesías: Simeón alza al Niño y alaba a Dios. Objetivo de la decena: reza por los niños obligados a empuñar armas, para que se respete su dignidad y termine esta forma de esclavitud.

5. El niño perdido y hallado en el Templo – según San Lucas 2, 41-50

Jesús, con doce años, se queda en Jerusalén tras la fiesta de la Pascua. Sus padres lo buscan ansiosos: «Y hallándolo, le dijeron: ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? He aquí tu padre y yo te buscábamos con angustia’» (Lc 2, 48).

El Papa Francisco dice: «La familia es uno de los bienes más preciosos y vulnerables de la humanidad». Objetivo de la decena: reza por las familias en dificultad económica, de salud o de cualquier tipo, para que reciban apoyo y los niños crezcan en ambientes sanos y serenos.

Relatos luminosos del Evangelio

Ahora contemplamos la Vida Pública de Jesús, del Bautismo a la Última Cena. En cada decena de estos misterios acompañamos a Jesús en su misión de compasión y generamos la cultura del encuentro.

1. El bautismo del Señor – según San Mateo 3, 13-17

Jesús se hace solidario al ser bautizado: «Entonces vino Jesús desde Galilea al Jordán, donde estaba Juan para ser bautizado por él. Juan se oponía, diciendo: 'Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?'» (Mt 3, 13-14). Jesús cumple toda justicia y el Padre lo reconoce: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt 3, 17).

Objetivo de la decena: reza por los jóvenes de África, para que tengan acceso a la educación y al trabajo en sus propios países.

2. Las bodas de Caná – según San Juan 2, 1-10

Jesús convierte el agua en vino en una boda en Caná: «Y el tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús… Hagan todo lo que él les diga» (Jn 2, 1-5). Jesús inicia su primer milagro, trayendo abundancia y gozo.

Objetivo de la decena: reza por los jóvenes, especialmente de América Latina, para que respondan al llamado del Señor y comuniquen la alegría del Evangelio al mundo.

3. El anuncio del Reino de Dios – según San Mateo 5, 1-12

Jesús proclama las Bienaventuranzas: «Bienaventurados los pobres en espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia…» (Mt 5, 3-10). Estas palabras hacen eco en el corazón de quienes predican el Reino de Dios.

Objetivo de la decena: reza por los laicos que están en primera línea, para que cumplan su misión bautismal y sean testigos del Reino con creatividad y esperanza.

4. La Transfiguración – según San Mateo 17, 1-13

Jesús lleva a Pedro, Santiago y Juan a un monte y se transfigura: «Se transfiguró delante de ellos… y vino una voz del cielo: 'Este es mi Hijo amado; a él oíd'» (Mt 17, 2-5). El Padre confirma la divinidad de Jesús.

Objetivo de la decena: reza para que fomentemos la cultura del encuentro en la sociedad y contribuyamos a la paz.

5. La institución de la Eucaristía – según San Mateo 26, 26-29

Jesús en la Última Cena entrega su Cuerpo y Sangre: «Mientras comían, tomó pan, bendijo, partió y dio a sus discípulos, diciendo: 'Tomad y comed; esto es mi cuerpo'» (Mt 26, 26). Con este gesto, Jesús nos deja la Eucaristía como memorial de su entrega.

Objetivo de la decena: reza por los sacerdotes, para que encuentren fortaleza en la amistad con el Señor y en la comunión fraterna.

Relatos dolorosos del Evangelio

Contemplamos la pasión y muerte de Jesús. Su entrega por todos nos invita a vencer la indiferencia y a instaurar la revolución de la ternura en nuestros ambientes.

1. La oración de Jesús en Getsemaní – según San Lucas 22, 39-46

Jesús, consciente de su pasión inminente, ora en el huerto: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42). En su entrega total, se hace solidario con todos los dolores humanos.

Objetivo de la decena: reza por quienes son perseguidos por su fe, para que experimenten el apoyo de la Iglesia en oración y ayuda material.

2. La flagelación – según San Juan 19, 1-3

Jesús es azotado injustamente por Pilato: «Pilato los mandó azotar a Jesús, y los soldados trenzaron una corona de espinas» (Jn 19, 1-2). El Maestro calla ante la injusticia, invitándonos a no ser cómplices del sufrimiento ajeno.

Objetivo de la decena: reza por las víctimas de la trata de personas y de la prostitución forzada, para que reciban acogida y libertad.

3. La coronación de espinas – según San Marcos 15, 16-20

Los soldados colocan una corona de espinas en la cabeza de Jesús: «Lo cubrieron de un manto púrpura, colocaron en su cabeza una corona de espinas» (Mc 15, 17). Jesús acepta este dolor por amor a la humanidad.

Objetivo de la decena: reza por los responsables de las naciones, para que se comprometan a poner fin al comercio de armas y así evitar muertes inocentes.

4. Jesús con la cruz a cuestas – según San Juan 19, 16-17

Jesús carga la cruz rumbo al Calvario: «Tomaron a Jesús, que cargando con su cruz salió hacia el lugar llamado Gólgota» (Jn 19, 17). Lo acompañan su Madre, las mujeres y algunos amigos.

Objetivo de la decena: reza por los emigrantes y refugiados, para que los países que los acogen obtengan fuerza y solidaridad para acompañarlos.

5. La crucifixión y muerte – según San Juan 19, 18

Jesús es crucificado junto a dos malhechores: «Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado suyo» (Jn 19, 18). Jesús muere por amor a todos, incluso a quienes lo rechazan.

Objetivo de la decena: reza para que cada persona, en su ambiente, contribuya al bien común y a la construcción de una sociedad centrada en la dignidad humana.

Relatos gloriosos del Evangelio

Introducción

La Resurrección del Señor es el centro de la contemplación de estos misterios. El Padre ha resucitado al Hijo y ha confirmado de este modo el estilo de vida de Jesús y su misión. La muerte ha sido vencida y no tiene la última palabra. La promesa y la esperanza se abren para quien cree en Jesús Vivo y Resucitado. La paz y el oficio de consolar es lo que Jesús Resucitado lleva a sus apóstoles y amigos. Y a todos ellos envía a una misión de compasión por el mundo. Lleva, a la contemplación de estos misterios, el mundo que el Señor tanto ama, para que a partir de una conversión que nos una a todos cuidemos nuestra tierra, herencia común, y a todos sus habitantes.

Relatos gloriosos del Evangelio

1. La Resurrección – según San Marcos 16, 9 ss

El Señor ha vencido a la muerte y sus amigos son los primeros en saberlo. A San Ignacio de Loyola le gustaba pensar que Jesús resucitado salió primero al encuentro de su Madre. El evangelista Marcos nos dice que «Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena…», y las mujeres que lo seguían. Y también «estando a la mesa los once discípulos, se les apareció…». Los apóstoles lo reconocen en esos encuentros y Jesús resucitado los envía en misión a continuar lo que habían comenzado juntos: «Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación… en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, tomarán serpientes en sus manos». Hoy también eres enviado como discípulo misionero, como apóstol, a colaborar en la misión de compasión por el mundo haciendo presente a Jesucristo en tus ambientes. El Papa Francisco nos dice que vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios… pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias. Masas de personas sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Reza esta decena por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades.

2. La Ascensión – según San Mateo 28, 19-20

Jesús Resucitado volvió con el Padre, y los apóstoles y las mujeres fueron testigos. El evangelista Mateo nos cuenta que antes de partir les dijo: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y estad seguros de que yo estaré con vosotros día tras día, hasta el fin del mundo». El Señor te dice a ti estas cosas y te invita a ser su apóstol en tus ambientes, para que estés dispuesto a embarcarte en una misión de compasión abierta al mundo, a las muchas necesidades de tantas personas. Necesitamos «leer desde dentro» lo que el Señor nos pide, para vivir en el amor y ser continuadores de esta su misión de amor. El tiempo en el que vivimos nos exige desarrollar una profunda capacidad para discernir, de entre todas las voces, cuál es la voz del Señor que nos conduce a la Vida y la voz que nos libra de caer en la «cultura de la muerte». Reza esta decena para que toda la Iglesia reconozca la urgencia de la formación en el discernimiento espiritual, en el plano personal y comunitario.

3. La venida del Espíritu Santo – Hechos de los Apóstoles 2, 1-13

El Señor Resucitado envía a sus apóstoles en misión y, para fortalecerlos y confirmarlos, les da el Espíritu Santo que los renueva, los conforta y les da luz. Este don les permitirá a los apóstoles continuar la misión de Jesucristo con fidelidad y perseverancia, adaptándose a las circunstancias a su paso. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, San Lucas nos narra que «entonces quedaron todos llenos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse». Imagina la escena de gozo ante la visita del Espíritu consolador que ayuda a mirar la realidad y trabajar en ella con el estilo de Jesús. Pide su venida y su luz en el mundo actual. Reza esta decena pidiendo por el mundo digital y el uso de las redes sociales para que sirvan a la misión de Jesús. El Papa nos dice que Internet es un don de Dios y una gran responsabilidad que abre posibilidades de encuentro y solidaridad. Reza para que las redes sociales no anulen la propia personalidad, sino que favorezcan la solidaridad y el respeto del otro en sus diferencias.

4. La Asunción de la Virgen María – según San Juan 19, 25-27

Nuestra Madre ha sido preservada y llevada al Cielo. Ha pasado a disfrutar de la vida plena de Dios y desde allí nos cuida y nos ayuda en el camino de la vida. Ella ha sido la elegida del Padre para ser Madre de su Hijo y Madre de todos los hombres y mujeres. Toma unos minutos para pensar que nuestra Madre está con Cristo inseparablemente unida a Él. Contempla la escena del Evangelio de Juan y deja que las palabras resuenen en tu corazón: «Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa». Aprovecha esta decena para pedir a María, que es Madre, por toda la Iglesia para que la proteja de las acechanzas del mal. En tiempos de tormenta y de crisis, el Papa nos pide rezar un Rosario diario para que la Virgen María proteja a la Iglesia.

5. La coronación de María – Apocalipsis 12, 1

Es bonito pensar en esta afirmación: María, una mujer, una de las nuestras, además de ser nuestra Madre y Madre del Señor, es Reina. El libro del Apocalipsis nos trae una descripción de esta visión: «Apareció en el cielo un signo sorprendente: una Mujer vestida de sol, con la luna bajos sus pies y tocada con una corona de doce estrellas». Contempla una imagen de María que te despierte amor y devoción y tenla cerca al rezar esta decena. María quiere reinar en tu vida y llevarte cerca del corazón de su Hijo. Reza esta decena por Asia, un enorme continente con una variedad de culturas, tradiciones, religiones y etnias, para que María se muestre Madre y Reina allí entre poblaciones tan numerosas. Reza especialmente por los cristianos de Asia para que favorezcan el diálogo, la paz y la comprensión mutua, especialmente con aquellos que pertenecen a otras religiones.

Cómo Entrar en el Rosario contemplativo

 

Cómo Entrar en el Rosario contemplativo

Entra en el Rosario contemplativo: ora con el Evangelio paso a paso

¿Te animas a entrar en la profundidad del Evangelio con esta oración?

Te invitamos a descubrir el Rosario contemplativo, una forma de oración que te sumerge en la vida de Jesús y te permite caminar junto a Él, de la mano de la Virgen María. Esta guía paso a paso te ayudará a vivir cada misterio del Rosario con mayor atención, amor y recogimiento.

Guía para orar el Rosario contemplativo

  • Busca un momento de calma y decide cuánto tiempo deseas dedicar a la oración.
  • Elige un lugar tranquilo y una postura corporal que favorezca tu recogimiento.
  • Respira con serenidad, aquieta el corazón y reconoce la presencia del Señor.
  • Contempla la imagen del pasaje evangélico correspondiente al misterio.
  • Lee o escucha el Evangelio lentamente, dejando que cada palabra toque tu corazón.
  • Haz silencio interior, permitiendo que la Palabra resuene en lo profundo de ti.
  • Mientras rezas el Padrenuestro, diez Avemarías y el Gloria, permanece en contemplación del misterio, reviviendo esa escena con la imaginación.

Orar con el corazón y la mirada en Jesús

Cuando inicies cada decena, trae a tu interior la palabra o imagen que más te haya tocado. Mira el rostro de Jesús, escucha su voz, siente lo que sucede. Permanece en el misterio mientras repites las oraciones del Rosario.

La clave del Rosario meditado con el Evangelio es mantener viva la atención en el relato evangélico mientras repites las oraciones. No se trata solo de rezar, sino de contemplar, amar y acompañar a Cristo.

“Mientras repetimos ‘Ave María’, meditamos los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de la vida de Cristo, pero también de nuestra vida, porque nosotros caminamos con el Señor”.

— Papa Francisco

Al finalizar cada misterio, descansa en el Gloria. Deja que tu alma se llene de gozo por haber estado con Jesús y María. Así, el Rosario se convierte en una verdadera experiencia de encuentro espiritual.

¿Por qué orar el Rosario contemplativo?

  • Te ayuda a vivir el Evangelio desde el corazón.
  • Profundiza tu relación personal con Jesús y María.
  • Fortalece la fe y da paz al alma.
  • Es una forma poderosa de intercesión por ti y por el mundo.

Ora con fe, con amor y en silencio interior. Jesús te espera en cada misterio, y María te guía en el camino de la contemplación.

¿Te animas a comenzar hoy mismo?

Descubre una oración del corazón

 

Descubre una oración del corazón mientras rezas el rosario

Descubre una oración del corazón mientras rezas el rosario

 «Señor, enséñanos a orar».
 ¿Cómo acercarnos al corazón del Señor? 
Contemplando sus palabras y gestos, toda su vida. 
María es quien conoce mejor su corazón. 
Te proponemos entrar en esta oración con la Virgen María, y dejarte conducir por el Espíritu del Señor.

 El Rosario es una oración sencilla que nace de la boca y del corazón del niño a su Madre. 

En el Rosario se «aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a sentir la profundidad de su amor» (San Juan Pablo II). 

A través del rezo del Rosario aprendemos a mirar a Jesús como María lo hizo. Ella es la primera discípula de Jesús.

 Ella nos ayuda a contemplar a su hijo, a escucharle, a estar con Él y a seguirle. Te invitamos a que «prepares tu rosario» para que esta oración te transforme el corazón.

 Con el rezo del Rosario puedes contemplar la vida de Jesús y aprender de su estilo y de sus gestos. Rezando el rosario, estás invitado a unir tu oración a otros hermanos y hermanas en todo el mundo que oran en sus hogares, sus trabajos, sus ambientes, colaborando en una misión de compasión por el mundo. 

El Papa Francisco invita a rezar el Rosario por la paz en el mundo: 

«Por intercesión de la VirgenMaría, el Señor nos conceda ser artesanos de paz y esto comienza en casa, en la familia, en nuestras comunidades». 

A través de esta oración estás llamado a ser apóstol de la misión de Jesús por la oración y la ofrenda de tu vida. 

Mientras rezas el Rosario, deja que el Espíritu Santo te transforme. Contemplando los misterios de la vida de Jesús, tu corazón sintoniza con sus actitudes de compasión y misericordia.

 De esta manera, dejas que tu corazón se transforme en un corazón de discípulo, y te vas transformando en apóstol de una misión de compasión en tus ambientes y en el mundo.

Santo Rosario: Días de rezarlo

 

Santo Rosario

Días de rezar Santo Rosario

V./ Por la señal † de la Santa Cruz, de nuestros † enemigos líbranos Señor †, Dios nuestro. En el nombre del Padre † y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.

Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

V./ Abre, Señor, mis labios. R./ Y mi boca proclamará tus alabanzas.

V./ Ven, oh Dios, en mi ayuda. R./ Apresúrate, Señor, a socorrerme.

V./ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

R./Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Modo de rezar los Misterios: 

Se enuncia el misterio y se reza Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria. Después del Gloria se añade:

María, Madre de Gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Misterios Gozosos (lunes y sábados)

1º. La Encarnación del Hijo de Dios.

2º. La Visitación de nuestra Señora a su prima santa Isabel.

3º. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.

4º. La Purificación de nuestra Señora.

5º. El Niño perdido y hallado en el Templo.

Misterios Dolorosos (martes y viernes)

1º. La Oración del Huerto.

2º. La Flagelación del Señor.

3º. La Coronación de espinas.

4º. La Cruz a cuestas.

5º. Jesús muere en la Cruz.

Misterios Luminosos (jueves)

1º. El Bautismo de Nuestro Señor en el Jordán.

2º. La autorrevelación en las bodas de Caná.

3º. El Anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.

4º. La Transfiguración.

5º. La institución de la Eucaristía.

Misterios Gloriosos (miércoles y domingos)

1º. La Resurrección del Señor.

2º. La Ascensión del Señor.

3º. La Venida del Espíritu Santo.

4º. La Asunción de nuestra Señora.

5º. La Coronación de María santísima.

Al terminar los cinco misterios, se reza:

Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia…

Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia…

Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia…

Letanías

V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad

V./ Cristo, ten piedad. R./ Cristo, ten piedad.

V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad.

V./ Cristo, óyenos. R./ Cristo, óyenos

V./ Cristo, escúchanos. R./ Cristo, escúchanos

V./ Dios Padre celestial. R./ Ten misericordia de nosotros

V./ Dios Hijo, Redentor del mundo R./ Ten misericordia de nosotros

V./ Dios Espíritu Santo. R./ Ten misericordia de nosotros

V./ Trinidad Santa, un solo Dios. R./ Ten misericordia de nosotros

SV./ Santa María. R./ Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios

Santa Virgen de las vírgenes

Madre de Cristo

Madre de la Iglesia

Madre de la divina gracia

Madre purísima

Madre castísima

Madre virginal

Madre sin mancha de pecado

Madre inmaculada

Madre amable

Madre admirable

Madre del buen consejo

Madre del Creador

Madre del Salvador

Virgen prudentísima

Virgen digna de veneración

Virgen digna de alabanza

Virgen poderosa

Virgen clemente

Virgen fiel

Espejo de justicia

Trono de sabiduría

Causa de nuestra alegría

Vaso espiritual

Vaso digno de honor

Vaso insigne de devoción

Rosa mística

Torre de David

Torre de marfil

Casa de oro

Arca de la alianza

Puerta del cielo

Estrella de la mañana

Salud de los enfermos

Refugio de los pecadores

Consuelo de los afligidos

Auxilio de los cristianos

Reina de los Ángeles

Reina de los Patriarcas

Reina de los Profetas

Reina de los Apóstoles

Reina de los Mártires

Reina de los Confesores

Reina de las Vírgenes

Reina de todos los Santos

Reina concebida sin pecado original

Reina elevada al Cielo

Reina del Santísimo Rosario

Reina de la familia

Reina de la paz

V./ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. R./ Perdónanos, Señor.

V./ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. R./ Escúchanos, Señor.

V./ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. R./ Ten misericordia de nosotros.

Sub tuum praesidium

Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desoigas nuestras súplicas en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita. 

V./ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R./ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración:

 Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que por el anuncio del Ángel hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y su Cruz, seamos llevados a la gloria de la resurrección. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

Oración a San Miguel Arcángel 

San Miguel, defiéndenos en la batalla: sé nuestro amparo contra la maldad y asechanzas del demonio. Pedimos suplicantes que Dios lo mantenga bajo su imperio; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan por el mundo tratando de perder a las almas. Amén 

Por las necesidades de la Iglesia y del Estado

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria. 

Por la persona e intenciones del Señor Obispo de esta diócesis: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.

 Por las benditas ánimas del Purgatorio: Padre Nuestro, Avemaría. Descansen en paz. Amén.





Rosario por los Sacerdotes

 

Rosario por los Sacerdotes - Oraciones a la Virgen del Carmen

Rosario por los Sacerdotes

El Rosario se compone de 20 misterios correspondientes a los momentos más importantes de las vidas de Jesús y María. Están divididos en cuatro partes de 5 misterios cada uno. Gozosos, Luminosos, Dolorosos y  Gloriosos.

En cada misterio rezamos un Padre Nuestro, diez Ave Marías y un Gloria

Oraciones previas (antes del rezo de los Misterios)

• Hacemos la Señal de la Santa Cruz

• Rezamos el Pésame

• Rezamos el Credo

• Invocamos al Espíritu Santo

• Pedimos por nuestras intenciones

• Damos gracias al Señor por todo lo que nos das

Oraciones del Santo Rosario

Señal de la Cruz

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,

líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre,

del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Credo

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de
la tierra.
Creo en Jesucristo, Su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió
a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Pésame

Pésame, Dios mío, me arrepiento de todo corazón de
haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y
por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque
pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como
Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido y
propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Invocación al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión
del Inmaculado Corazón de María, Tu amadísima Esposa. Ven.
JACULATORIA (después del Gloria)
Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego
del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia, Amén.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

Dios te salve, María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora Abogada
Nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y,
después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh
dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de
Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo. Amén


Divino Pastor, unidos en tu amor, abandonamos en tu Corazón nuestras almas y con ellas nuestro cariño por Ti y por María, Bendita Madre de Dios. Queremos ofrecerte este Santo Rosario por tus hijos sacerdotes para que, escogidos con predilección por Ti, sean para todos los corazones, Rebaño preciado en tu Redil. Con tu Vara de Amor, guíalos, ilumínalos, sosténlos, acompáñalos, defiéndelos, asístelos, líbralos de todo mal y endereza sus pasos por el Camino de la Verdad y del Amor que eres Tú, Dulce Jesús. 

 Santa María, Madre de las Almas Consagradas, Madre de la Iglesia y de las Vocaciones Sacerdotales, intercede ante tu Hijito Santo, el Eterno y Sumo Sacerdote, por tus fieles y santos Sacerdotes. Amén. Amados hijos, oren hoy por sus pastores y por mi Iglesia también; sea ella siempre respetada y amada por lo que es: verdadera Roca, Baluarte y Sostén. Mi Iglesia permanecerá, no zozobrará; mi Iglesia es Legado de Amor para la humanidad. 

PRIMER MISTERIO

Divino Maestro, Tú que eres Rostro que ama y Eucaristía que sana, sostén a tus hijos predilectos a fin de que, contemplando tu Divina Faz de Dolor, nos recuerden con amor tu Pasión. Miren este, mi Semblante desfigurado y conmuévanse sus corazones; consuelen por favor, almas mías, mi Corazón. Oren hoy por mis hijitos predilectos y acompáñenlos con disposición. No los juzguen, hijitos míos, sientan que en ellos se halla Presente el Señor con su Gracia y con su Amor. Tienen ellos manos bendecidas, manos que sanan, que consagran; transforman el pan y el vino en Alimento, en Manjar del Cielo, en Amor. Caminen junto a ellos; son ellos, hijos de mi predilección. Yo los he escogido con amor, los he llamado a servirme en el necesitado, en el enfermo, en el que necesita un gesto de amor. Muchos de ellos han padecido también mucha tribulación, han dudado de su vocación, se han sentido abatidos, solos y hasta abandonados, marginados de amor por amor. 


SEGUNDO MISTERIO

 Divino Maestro, Tú que eres Amigo fiel en la alegría, en la tristeza y en la aflicción, anima a tus hijos predilectos para que permanezcan fieles a tu Amor en toda prueba , en toda adversidad y dolor. ¡No se echen atrás! Tibios e infieles, perezosos a muchos de ustedes encuentro y no comprendo. ¿Acaso Yo los he abandonado, los he dejado a un lado? ¿Acaso, hijos míos, los he ofendido, maltratado o humillado; de sus asuntos y menesteres me he olvidado preocupándome sólo de los Míos? ¡Cuánta indiferencia, hijitos míos, cuánto egoísmo y deslealtad! Muchos de ustedes se llaman fieles, mas sólo se bastan a sí mismos; hieren así mi Corazón de Bondad. ¡Cuánto pesar, cuánto dolor y aflicción siento Yo, el Resucitado, sin embargo los amo y junto a ustedes camino, sano, amo y bendigo; Soy Yo fiel Amigo y Compañero en el diario caminar. Almas mías, las necesito Conmigo, Soy y seré siempre Abrigo, acompáñenme con amor, con disposición y sean para Mí también cayado, sean alimento y agua fresca para saciar mi Sed de amor. Mendigo Soy de corazones, de amores, Soy Buen Pastor de almas, Soy Rey de reyes, Soy Bondad y en sus corazones deseo morar. Amén. Aleluya. Amén. Aleluya. Aleluya. 

TERCER MISTERIO

Divino Maestro, Tú que eres Lámpara encendida de Amor, ilumina los corazones de tus hijos predilectos para que conduzcan a todos tus hijos por Senderos de Paz y de Unión. Ruego y pido a mis hijitos predilectos convoquen a las almas a hacer reparación, a dejarse amar por el Redentor, a ser lámparas encendidas iluminando la oscuridad que hoy prevalece en esta humanidad que no ama al Señor, que no lo conoce, no sabe de su amor.


Deberán mis hijitos predilectos cambiar sus miradas, renovarlas en mi amor. Deberán ellos contemplarme con compasión y ponerse de pie como hijos del Amor que son, pues Yo, el que Soy, los he escogido con amor, con predilección, con Pasión. ¡Amados hijos, hijos del Señor, les hablo con firmeza Yo, el Redentor! Sientan en sus corazones que ha llegado el tiempo de hacer en este mundo de hoy. Ha llegado el tiempo de acercar almas al Amado, de darse al necesitado y al hermano en cada rostro, en todo corazón. Amados hijos, hijos de mi predilección, pronto llegaré; sean pues lámparas encendidas y lleven luz, mi Luz a la humanidad. ¡Ilumínenla! ¡Sean levadura, sean sal! 

CUARTO MISTERIO

Divino Maestro, Tú que eres Cayado y Bastón de Bondad, defiende a tus hijos predilectos de toda tentación y mal a fin de conducir a todas las almas a la Patria Celestial. Necesito hijos predilectos fijando sus miradas en la Mía, contemplando mi Faz de Hermosura, aliviando mi Corazón con amor. ¡Qué sería de esta humanidad si no hubieran almas reparando en el Señor, llevando su amor a los demás, predicando mi Evangelio, compartiendo mi Pan, Exquisito Manjar! ¡Cuánto dolor me causan aquellos hijitos míos que tibios y perezosos son, solo atienden sus asuntos, dejan a un lado los asuntos del Señor! Y Yo, ¿Quién Soy? ¿Acaso no recuerdan al Salvador? ¿No reparan en su Amor, en tanta Bondad derramada por cada corazón? ¿No recuerdan al Amado suspendido en un madero, ultrajado, herido y maltratado? ¿No les mueve esa Escena a la compasión? Pues, hijitos míos, mírenme; ¡Quien les habla es el Amor, Aquel que Vida les consiguió, los redimió, los amó, los salvó! Vuelvan entonces sus corazones al Mío, hagan en Él nido y apiádense de este Hombre Vivo, Verdad y Camino que Soy Yo. ¡No me dejen solo, los necesito Conmigo! En la Casa de mi Padre hay lugar para todas las almas; no se pierdan, no se aparten del Sendero recto que los conducirá al Cielo tan ansiado, a la Patria Celestial. Hijitos míos, Soy Yo, Yo Soy y los aguardo en mi Corazón de Paz. Amén. Aleluya. Amén. Aleluya. Aleluya. 

QUINTO MISTERIO 

Divino Maestro, Tú que has entregado tu Vida en el Madero por amor a la humanidad, conmueve los corazones de tus hijos predilectos a fin de darse por entero a Ti en los demás. Deberán ser mis hijos predilectos verdaderos pastores conduciendo el rebaño, uniéndolo, aquietándolo. Deberán ellos, mis hijos amados, predicar mi Evangelio, ser testimonio de vida, ser lámparas encendidas, ser almas de bien, fieles al que Es, a su amor. Deberán pues ser misericordiosos, bondadosos, prudentes y sencillos, deponiendo los propios intereses; ser luz en la oscuridad, amparo en la adversidad, alegría en la tristeza, esperanza en la angustia, bálsamo de paz en el dolor y en la aflicción. Muchos hijos míos no están en la Verdad que Soy Yo; me hieren, entristecen mi Corazón de Amor.

EN LAS ÚLTIMAS CUENTAS DEL ROSARIO

Rezar un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria por las Intenciones del Santo Padre y por el aumento de las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas. Sean mis hijos Pastores de bien, de paz, de unión. Sean mis hijitos predilectos, almas desinteresadas, fervorosas, almas fieles al Amado que con tanta Entrega se ha dado por ellas también. Sean mis hijos predilectos, Luz en la oscuridad, Refugio en la tempestad, Amparo y Sostén en la adversidad. Sean ellos Focos de amor brillando en las noches oscuras de las almas, conduciéndolas en paz a Mí, pues Yo Soy Verdad, Camino y Vida; Yo Soy Eternidad. Amén. Aleluya. Amén. Aleluya. Aleluya. 

ORACIÓN FINAL

Dulce Jesús, Mendigo de corazones, recibe hoy en tu Corazón nuestras oraciones por tus hijos predilectos; sea Él siempre para ellos Refugio de Amor, Nido de Esperanza en la tribulación. Buen Pastor de almas, sé para sus corazones Cayado y Bastón, Vara de Amor que los sostenga en la prueba, los aleje de toda tentación. Sé Abrazo en la duda y Camino cierto, Templanza y Calma en el desasosiego y en las tormentas de sus almas, Ancla de Paz. Sea tu Santísima Faz y Semblante Motivo de Encuentro para seguir adelante, para no rendirse jamás. Divino Maestro, junto a María, Madre del Buen Consejo, sean por siempre Timón de los corazones de sus hijitos predilectos preservándolos de todo mal, abrazándolos con ternura, animándolos a conducir con Entrega a todas las almas a la Patria Celestial. Amén 















Fuente:

Declaración La publicación de la presente obra se apoya en el decreto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (en AAS N˚ 58/16 del 29-12-1966) ya aprobado por S.S. Pablo VI el 14-10-1966, en virtud del cual ya no está prohibido publicar sin “imprimatur” escritos referentes a apariciones, revelaciones, milagros o profecías. Se declara que en nada se pretende prevenir el juicio de la Autoridad Eclesiástica. Imágenes y diseño: Silvia Mihanovich Meditaciones: Marinés Irigoy









Misterios dolorosos

 

martes contemplamos los misterios dolorosos

Dulce Madre 𝗲𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗵𝗼𝗿𝗮 𝘁𝗲 𝗼𝗳𝗿𝗲𝗰𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁e Santo Rosario

Por los integrantes de cada miembro que conforma este grupo , sus necesidades corporales , materiales y espirituales. Por el fin de la guerra, la conversión de todos, por los lideres de las naciones, por la Iglesia Católica, por los  Sacerdotes, las Familias, Enfermos, por los niños que han sido abortados y los que seran hoy abortados, por las Almas del Purgatorio, y las intenciones de tu Inmaculado Corazón de y las del Castisimo Corazón de San José.


Oh María, Sin Pecado Concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti

Rosario del Sagrado Corazón de Jesús

Rosario del Sagrado Corazón de Jesús - Aoraciones

Rosario del Sagrado Corazón de Jesús

Oración Inicial

(Seguir la señal de la cruz)

Oh Jesús, Redentor del género humano,
te consagramos nuestro corazón y te lo ofrecemos con amor.
Inflama nuestros corazones con el fuego de tu amor divino
y haz que vivamos siempre en tu gracia.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!

En la cuenta grande (Padrenuestro):

Sagrado Corazón de Jesús,
en ti confío y te adoro profundamente.
Haz mi corazón semejante al tuyo.

En cada cuenta pequeña (Ave María):

Sagrado Corazón de Jesús,
ardiente de amor por nosotros,
enciende mi corazón en tu amor.

(Se repite 10 veces por cada misterio)

Después de cada decena:

Jesús, manso y humilde de Corazón,
haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Sagrado Corazón de Jesús,
en Vos confío.

Al finalizar el Rosario:

Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Corazón amantísimo de Jesús,
deseo consagrarme enteramente a Ti.
Acepta mi corazón, mi alma, mi vida,
todo lo que soy y tengo.
Hazme instrumento de tu amor y misericordia.
Que yo siempre viva unido a Ti y jamás me aparte de Tu Corazón.

Amén.

Misterios Luminosos Meditados (jueves)

Misterios Luinosos Meditados (jueves) - aoraciones


MISTERIOS LUMINOSOS Meditados: dia jueves

El Rosario está compuesto por veinte "misterios" (acontecimientos, momentos significativos) de la vida de Jesús y de María, divididos desde la publicación de la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, en cuatro "rosarios".

El primer "rosario" comprende los misterios gozosos (lunes y sábado), el segundo los luminosos (jueves), el tercero los dolorosos (martes y viernes) y el cuarto los gloriosos (miércoles y domingo).

«Esta indicación no pretende limitar una conveniente libertad en la meditación personal y comunitaria, según las exigencias espirituales y pastorales y, sobre todo, las coincidencias litúrgicas que pueden sugerir oportunas adaptaciones» (Rosarium Virginis Mariae, n. 38).

¿Cómo se reza el Rosario?

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Se enuncia en cada decena el "misterio", por ejemplo, en el primer misterio: 
"La Encarnación del Hijo de Dios".
Después de una breve pausa de reflexión, se rezan:
 un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria.
A cada decena del "rosario" se puede añadir una invocación.
Al final del Rosario se recita la Letanía Lauretana, u otras oraciones marianas.
 
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Letanías de la Virgen


Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

 

1er Misterio Luminoso: El Bautismo de Jesús en el Río Jordan

El Bautismo de Jesús en el Río Jordan


Evangelio de San Mateo 3, 13-17: 

Entonces llegó Jesús desde Galilea al Jordán y se dirigió a Juan para que le bautizara. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesito que tú me bautices, y ¿eres tú el que viene a mí? Jesús le respondió: Deja eso ahora; porque conviene que de este modo cumplamos lo que Dios ha dispuesto. Entonces Juan accedió. Nada más ser bautizado, Jesús salió del agua y, mientras salía, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre él. Y una voz del cielo decía: Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido. Palabra de Dios.

Podríamos imaginar a Jesús despidiéndose de su Madre para iniciar la misión que le fue encomendada, la cual duraría aproximadamente tres años. Llega al Río Jordán donde sabía que estaría Juan el Bautista preparándole el camino. Juan hacia confesar a la gente sus pecados y los bautizaba con agua para llamar al arrepentimiento y a la conversión. Jesús se presenta en medio de quienes también esperaban su turno para ser bautizados y pide públicamente el ser bautizado. Juan al verlo le dice asombrado “yo soy el que necesito que tu me bautices!”,  reconociendo a Jesús como nuestro salvador delante de todos,  quien viene a bautizarnos con el Espíritu Santo para liberarnos del pecado original y hacernos hijos amados de Dios Padre; pero Jesús lo invita a unirse a El para cumplir la Voluntad de Dios.

Jesús nos muestra su humildad porque aun siendo el Hijo de Dios, se hace bautizar delante de tanta gente, permitiéndonos entender con este hecho la importancia que ha de tener el Sacramento del Bautismo en nuestras vidas. Juan Bautista nos deja el testimonio de haber visto el Espíritu de Dios en forma de paloma posarse sobre Jesús y haber escuchado la voz de un Padre complacido.

En este Evangelio se nos enseña que uniéndonos a Jesús nos unimos al Padre a través del Espíritu Santo, un misterio inexplicable de fe.

Divina Unión, Santa Unión, Misteriosa Unión que nos bendice en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ayúdanos a imitar la humildad de Cristo, a crecer como verdaderos hijos de Dios, a obedecer sus mandamientos y a unirnos a El para que se cumpla siempre la Voluntad de Dios. Amen
 

2do Misterio Luminoso: El primer milagro de Jesús en las Bodas de Cana

El primer milagro de Jesús en las Bodas de Cana


Evangelio de San Juan 2, 1-5: 

Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» Jesús le respondió: «Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora.» Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.». Palabra de Dios.

Podemos imaginar a Jesus, María y a los discípulos de Jesus, entre muchos familiares y amigos cercanos disfrutando de una boda bendecida con la presencia de Jesus. El Señor nos muestra en este Evangelio su complacencia en la santa unión de un hombre y una mujer, porque alli en esa Boda instituye el sacramento del Matrimonio al realizar su primer milagro.

El Evangelio nos dice claramente que “la Madre de Jesus estaba allí”. Si,  la Madre de Jesus siempre esta alli, donde esta Jesus. Ella esta velando por las necesidades de los demas y se preocupa por el bienestar de sus hijos. Nuestra Virgen Maria,  esta junto a Jesus para decirle, “no tienen vino”, no tienen salud, no tienen trabajo, no tienen vida, no tienen esperanza, no tiene fe, si, allí esta nuestra Madre procurando colaborar en los asuntos de Jesus, y con sus palabras humildes nos pide simplemente “Hagan, lo que El les diga”, nos dice claramente confíen, no pierdan la esperanza, entreguense a El y escuchenlo!

Santa Madre de Dios, dulce Virgen María, sabemos que siempre vigilas nuestras necesidades y te adelantas a abogar por nuestras carencias. Y Tu Señor, nos dejas ver claramente en este Evangelio el amor tan grande que sientes por tu Madre y que eres debil a sus peticiones. Así como Tu Señor, deseamos amar a María, y complacerla como Tu lo haces, porque Ella tan solo quiere que hagamos, lo que Tu nos digas. Amen

3er Misterio Luminoso: El Anuncio del Reino de Dios

El Anuncio del Reino de Dios


 Evangelio de San Marcos 1,14-15: 

Después de ser Juan encarcelado, Jesús fue a Galilea a predicar el evangelio de Dios; y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse y crean en el evangelio”.  Palabra de Dios.

En este Evangelio Jesús nos invita a la conversión. Convertirse significa dejarlo todo para seguir a Jesús. Convertirse significa actuar por Cristo y en Cristo. Convertirse significa descubrir y agradecer las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad. Convertirse significa cruzar las fronteras de nuestro egoísmo y ver a Jesús en nuestros hermanos. Convertirse requiere abandonarse a la voluntad de Dios y estar agradecidos incluso en las desavenencias, enfermedades, humillaciones, falsos testimonios y descubrir en ellos que aceptándolos nos permiten demostrarle al Señor cuan inmenso es nuestro amor, porque amamos también lo que El dispone para nosotros y para nuestra salvación.

Convertirse es amar con sinceridad. Convertirse es colocar a Dios en el centro de nuestras vidas y amarlo con todas las fuerzas. Para convertirse es necesario dejar en manos de Dios todo nuestro ser en cuerpo y alma.

Convertirse muchas veces es saber callar para escuchar y saber hablar cuando necesitan de nuestro consuelo. Convertirse es colocar al Señor siempre en primer lugar, convertirse es olvidarse de nuestros intereses y comodidades. Convertirse es ser obedientes, es apartarnos nosotros para que sea el Señor quien protagonice. Convertirse es hablar con Dios primero y luego hablar de El con nuestros hermanos. Convertirse es no temer a ser criticados por dar testimonio de cuanto Jesús nos ama y como ha transformado nuestras vidas.

Convertirse es darse y servir a los demás, es buscar tiempo donde no lo hay y disfrutar de emplearlo para servir a un solo Dios. Convertirse es emplearse como obrero del Señor, declararse peón, servidor, el menos útil de todos. Convertirse es sentirse nada, es vaciarse de uno mismo y llenarse de Dios. Convertirse es reconocer que nuestra conversión y las conversiones de nuestros hermanos son méritos solamente de Dios.

Señor, convierte nuestras almas en la tuya, para predicar tu Palabra con humildad, para ser solo instrumentos inútiles en la construcción de Tu Reino. Amen

4to Misterio Luminoso: La Transfiguración

La Transfiguración - Aoraciones


Evangelio de San Mateo 17, 1-2: 

Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz. Palabra de Dios.

Jesús tomo a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan. Pedro, quien lo negaría tres veces, pecador arrepentido y perdonado por Cristo, encomendado para recibir la llave de la Iglesia. Pedro quien iría a Roma a testimoniar el amor y las enseñanzas de Jesús.

Santiago quien se traslado a España, seria el primer mártir de los discípulos y fue a su vez a quien la Virgen María le apareciese aun en vida y le animara a construir una Iglesia para su Hijo. Según la tradición, antes de su muerte, Santiago fue a Jerusalén para despedirse de María y del apóstol Juan, allí la Virgen le profetizo su martirio.

El Apóstol  Juan, el discípulo amado de Jesús, fue el único de los apóstoles que permaneció a los pies de la Cruz y por orden de Jesús tomo a María para llevarla a su casa y cuidar de ella. Estos tres apóstoles vieron a Jesús transfigurarse, fueron testigos de la gloria divina del Señor y recibieron la gracia de ver el Cielo. Eran tanta la felicidad que sentían que los tres deseaban quedarse allí.

En este Evangelio Jesus nos enseña que existe un lugar mucho mejor que este lugar donde vivimos; donde muchas veces el sufrimiento nos confunde, las desaveniencias nos llenan de desesperanza y nuestros pobres sentimientos de envidia y egoismo nos hacen debiles a las malas tentaciones. Las tribulaciones y el ruido humano disturba nuestros sentidos. Y muchas veces las necesidades materiales vacian nuestro espiritu y endurecen nuestro corazon.

Asi como los apostoles, Jesus desea que nos apartemos y en el silencio encontremos al Padre porque asi lo hacia El. Nos invita a valorar la oracion y a vivir el mandamiento que nos dejó: “Amense los unos a los otros como Yo los he amado”, para que? Para que cuando nos encontremos cara a cara con el Padre podamos decirle cuanto hemos amado a nuestros hermanos.

Señor, el ruido de este mundo nos atrapa y nos aleja de Ti, deseamos buscarte en el silencio y encontrarnos alli contigo. Sabemos que el camino al Cielo lo vamos construyendo diariamente con nuestras acciones. Te pedimos que podamos transfigurar nuestros sentimientos en los tuyos para amar a nuestros hermanos de la misma manera que tu nos amas. Amen

5to Misterio Luminoso: La Institución de la Eucaristía y el Sacerdocio

La Institución de la Eucaristía y el Sacerdocio


Evangelio de San Mateo 17, 1-2: 

Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo”. Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de él todos. Y les dijo: “Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos”. Palabra de Dios.

Podríamos imaginar a los discipulos alrededor de Jesus, escuchando palabras que quizas no comprendían, puesto que para ellos y para cualquiera de nosotros sería dificil entender que un pedazo de pan y una porción de vino puedan convertirse en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Para esto se requiere de una gracia especial que solamente viene de Dios y que es recibida solo por aquellos de corazon humilde “que creen sin haber visto”. Como diría Jesus a Santo Tomas en el momento de la Resurreccion.

Los misterios luminosos nos alumbran un camino que inicia desde el momento en que somos bautizados, luego nos conduce a entender la debilidad de Jesus ante el amor de su Madre; mostrandonos el poder de intercesión de María como abogada nuestra. Mas adelante nos invita a convertirnos con sinceridad y a creer en el Evangelio para llevarlo precisamente allí donde los sacerdotes no pueden llegar. Pero para esto Jesus nos pide tener un corazon humilde, un espiritu transfigurado en el Suyo y nos llama aparte para imitarlo en la oración. Luego, los apostoles nos ilustran a Jesus en su gloria divina, nos describen un lugar mas bello que este mundo y nos alientan a comprender que el sufrimiento es la esperanza de nuestra salvación. Y en este ultimo misterio Jesus nos revela que se queda con nosotros en el Pan Eucarístico y nos pide “coman y beban de el porque este es mi Cuerpo”. Jesus nos dice claramente “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día”.

En este Evangelio Jesus tambien instituye la Orden Sacerdotal, puesto que pide a sus Apostoles “Hagan esto en memoria mia”, que repitan lo que El hizo en la Ultima Cena. Los Apostoles de Jesus no han dejado de cumplir este mandato, porque sus sucesores han dejado todo para seguirlo y esos son nuestros santos sacerdotes.

Pidamos al Señor que nos regale la virtud de la fe, para que creer firmemente en la Santa Eucaristia, para disponer de un tiempo para acompañar a Jesus en el Sagrario fuente de gracia que sacia nuestro espiritu y lo fortalece. Para asistir a la celebracion de la Santa Eucaristia, la Santa Misa. Para que con nuestras buenas acciones podamos día a día construir el camino de nuestra salvación, para ser dignos de entrar en su Reino y vivir junto a El por toda la eternidad.

Pedimos al Señor santidad para nuestros sacerdotes, fortaleza para todos los seminaristas y religiosos que se encuentran en momentos de dicernimiento. Le pedimos tambien por abundancia de vocaciones en el mundo que puedan apoyar a Jesus en la misión de su Iglesia. Amen

Santo Rosario Misterios Gloriosos

 Santo Rosario Misterios Gloriosos - oraciones a la virgen del carmen



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