Oración de la Mañana 🌞
Autor: Claret Coromoto
Oración
Señor mío y Dios mío, te alabo en esta mañana con todo mi corazón, porque sé que estás atento a mi oración, que escuchas cada palabra que brota de lo profundo de mi alma. Gracias porque puedo hablarte con sinceridad y abrir mi corazón sin temor. Hoy quiero pedirte, con humildad, que me regales el don de la paciencia, que me ayudes a confiar en tus tiempos y a no desesperarme cuando las cosas no suceden como yo las espero. Tú conoces bien mis luchas internas, mis ansias de resolver todo rápido, de controlar cada detalle de la vida. Pero sé que tu plan es mejor que el mío, y por eso me abandono en Ti.
Dame, Señor, la fuerza de tu Espíritu para aceptar con serenidad que cada persona que me rodea tiene su propio ritmo, su forma de comprender, de actuar, de crecer. Ayúdame a no exigir a los demás desde mis propias expectativas, sino a comprender, a acompañar, a esperar con amor. Hazme entender que no todo depende de mí y que muchas veces debo soltar el control y dejar que Tú actúes. Solo así podré vivir con más paz y menos ansiedad, con más confianza y menos orgullo.
También te pido que ilumines mi interior para reconocer con humildad mis errores, mis actitudes que han provocado situaciones difíciles. Quiero aprender de lo que vivo, crecer con lo que me duele y no repetir aquello que me aleja de tu voluntad. Gracias por no soltarme nunca, incluso cuando me equivoco. En tus manos pongo todo lo que voy a vivir hoy. Te amo, Señor, y confío plenamente en tu guía, tu misericordia y tu amor constante. Amén🙏🏼
📍Lunes, 16 de Junio de 2025
📖 “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.”
Mateo 6:19-20🕊
Comentario
En Mateo 6:19-20, Jesús nos llama a orientar nuestro corazón hacia lo eterno y no a lo pasajero. En lugar de afanarnos por acumular bienes y reconocimientos que se desgastan con el tiempo, nos invita a invertir en virtudes y obras de amor que permanecen ante Dios. La “polilla” y el “óxido” simbolizan todo aquello que corroe nuestra seguridad terrenal: el orgullo, la ansiedad, la avaricia. Por el contrario, los “tesoros en el cielo” son las actitudes de entrega, servicio y compasión, que edifican nuestra vida interior y florecen en la comunión con Dios y el prójimo.
Reflexión
Tu oración de esta mañana, pidiendo el don de la paciencia y la humildad para soltar el control, conecta profundamente con este pasaje evangélico. Cuando dejamos de aferrarnos a resultados inmediatos y aprendemos a confiar en el ritmo divino, estamos acumulando un tesoro espiritual: la paz interior, la fortaleza para perdonar, la capacidad de acompañar al otro con amor. Cada acto de comprensión —cuando damos tiempo a un amigo que sufre, cuando escuchamos con atención a un familiar— es una semilla celestial que crece en el corazón de Dios. Reconocer nuestras limitaciones y abrirnos a su Espíritu nos libera de la necesidad de controlar y nos acerca al verdadero valor de la confianza mutua.
Aplicación
- Práctica de la paciencia: Hoy, cuando sientas prisa o impaciencia, haz una pausa breve. Respira profundamente y repite en tu corazón: “Señor, en tus manos confío”.
- Acto concreto de entrega: Elige una tarea que normalmente harías a tu ritmo y propón delegar una parte a alguien más, confiando en su forma de hacer las cosas.
- Tesoro celestial diario: Antes de dormir, anota un gesto de amor o un momento de entrega que hayas vivido hoy. Atesora esa experiencia como un verdadero “tesoro en el cielo”.
- Oración de gratitud: A lo largo del día, da gracias por cada oportunidad de soltar el control y de servir. Reconoce en cada acto sencillo la presencia de Dios obrando a través de ti.