
Las Apariciones de la Virgen de Fátima y sus Mensajes
| Por Claret Coromoto
La Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, se apareció a tres humildes pastorcitos en 1917 en Cova de Iría, cerca de Fátima, Portugal. Esta serie de apariciones celestiales fue acompañada de mensajes urgentes, visiones profundas y una invitación universal a la conversión, el rezo del Rosario y la reparación por los pecados del mundo.
Primera aparición – 13 de mayo de 1917
Lucía dos Santos, de 10 años, y sus primos Francisco y Jacinta Marto, de 9 y 7 años, pastoreaban ovejas en la Cova da Iría cuando, al mediodía, una luz brillante les atrajo la atención. En medio de esa luz, vieron a una señora vestida de blanco, más resplandeciente que el sol, con un Rosario en las manos.
Lucía preguntó: “¿De dónde viene usted?”
Ella respondió: “Vengo del Cielo.”
La Virgen pidió a los niños que regresaran al mismo lugar durante seis meses consecutivos, el día 13, a la misma hora, y que rezaran el Rosario todos los días para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra.
Saben que en esta fecha no hubo encuentro de los pastores con la Virgen, a pesar de que hacia el mediodía ya se habían congregado entre 15.000 y 18.000 personas, que se encontraban rezando y cantando con gran fervor para acompañar de ese modo la aparición, a la vez que se acercaban a los videntes para encargarles pedidos.
Los pastores no pudieron llegar a Cova de Iría porque lo impidió el alcalde del distrito, un masón que se opuso a la Iglesia en todo lo que pudo y que, junto con otros anticlericales, habían dirigido anteriormente varias persecuciones contra la Iglesia en Portugal.
El alcalde metió presos a los pastores en una cárcel común y les hizo decir que los iban a matar, que los “quemarían vivos”; a su vez el párroco, malamente influido por el alcalde, los atemorizó diciéndoles que habían mentido, que la mentira los llevaría el infierno, que en la parroquia ya se rezaba el rosario y que no era creíble una aparición para instalar algo que ya se hacía. Por estos motivos, la Aparición se produjo recién el 18 de agosto.
La Virgen les pidió que siguieran yendo los días 13 y que en octubre haría un milagro para que todos creyeran en sus apariciones.
Es muy importante retener este milagro anunciado. Es aquí donde les dice:
“Recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores, ya que son muchas almas las que van al infierno porque no hay quien se sacrifique y rece por ellas”.
Las siguientes apariciones
13 de junio de 1917
La Virgen reafirmó la importancia del Rosario y anunció que pronto llevaría al Cielo a Jacinta y Francisco. Reveló también una visión del Inmaculado Corazón de María rodeado de espinas, pidiendo reparación por los pecados del mundo.
Se celebra la fiesta de san Antonio, patrono principal de Fátima y muy venerado en todo Portugal. Los Pastores fueron al encuentro de la Virgen luego de la Misa, que fue solemnísima en esa ocasión.
María en esta segunda Aparición les dice que a Francisco y a Jacinta se los llevará pronto pero que Lucía ha de quedarse “un tiempo más”, porque a través de ella quiere establecer la devoción a su Inmaculado Corazón.
Los pastores durante el transcurso del encuentro con María se sentían “sumergidos en Dios”.

13 de julio de 1917 – El Secreto de Fátima
Durante esta aparición, la Virgen compartió el conocido “Secreto de Fátima”, dividido en tres partes:
- Una visión del infierno.
- El anuncio de una nueva guerra mundial si no se atendían sus pedidos.
- Una revelación simbólica sobre la persecución de la Iglesia y el Santo Padre.
También pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón.
Una visión del infierno
Ésto se trataba de una “visión profética comparable a la de la Sagrada Escritura”; por su parte Benedicto XVI, al visitar Fátima, afirmó que “se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada”. Este “tercer secreto” sintetiza muy bien todo el mensaje de Fátima con la insistencia en la penitencia proclamado por el Ángel con una espada en la mano, la intercesión efectiva de la Virgen en favor de los hombres, y también, misteriosamente, se refiere a la persecución y martirio de muchos, todo ello vivido en un clima de plegaria y ofrenda intensísimas. El obispo vestido de blanco aparece no sólo herido sino muerto.
Estamos en la tercera aparición, la del 13 de julio, y ya quedan transcritas las tres partes del célebre secreto. Al término del mismo la Virgen les enseña aquella oración tan conocida, para ser rezada entre misterio y misterio:
Después de las dos partes que ya he expuesto, vimos del lado izquierdo de Nuestra Señora, y un poco más arriba, un Ángel con una espada de fuego centelleante en la mano izquierda, la que emitía llamas que parecía que iban a incendiar al mundo; pero que se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora emanaba de su mano derecha hacia él: el Ángel, indicando la tierra con la mano derecha, con voz fuerte dijo:
¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!.
Y vimos en una luz inmensa que es Dios: “algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan delante” un Obispo vestido de blanco, “tuvimos el presentimiento que fuera el Santo Padre”.
Otros Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña en la cima de la cual había una gran Cruz de troncos toscos como si fueran de alcornoque con su corteza; el Santo Padre, antes de llegar, atravesó una gran ciudad en ruinas, y medio trémulo, con paso vacilante, afligido de dolor y de pena, rogaba por las almas de los cadáveres que encontraba en su camino; en la cima del monte, mientras estaba postrado de hinojos a los pies de la gran Cruz, un grupo de soldados le matan disparándole tiros y flechas, del mismo modo murieron los unos después de los otros, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y varios seglares, hombres y mujeres de varias clases y posiciones.
Debajo de los dos brazos de la Cruz estaban dos ángeles cada uno con una regadera de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y con ellas irrigaban las almas que se acercaban a Dios.
La Virgen les pide que recen el Rosario todos los días en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra. De aquí son los famosos secretos de Fátima. En realidad es uno solo que contiene tres partes. La primera parte es la visión del infierno, como hemos visto al principio:
La Virgen nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar bajo la tierra. Inmersos en aquel fuego, los demonios y las ánimas, como si fueran brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana, y que fluctuaban en el incendio; tenían llamas que salían de ellos mismos junto a nubes de humo, cayendo de todas partes cosas parecidas a las chispas de los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación que daban horror y hacían temblar de miedo. Los demonios se reconocían por las formas horribles y repugnantes de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros.
Esta visión duró un momento. Y gracias a nuestra buena Madre del Cielo que ya nos había prevenido con la promesa de llevarnos al cielo (en la primera aparición), porque de lo contrario creo que hubiéramos muerto de espanto y de terror.
El anuncio de una nueva guerra mundial si no se atendían sus pedidos
Luego viene la segunda parte del secreto, que si bien encierra mucho contenido, se suele denominar como el Secreto del Inmaculado Corazón de María. Ellos luego de ver el infierno en esa tremenda visión acuden conmovidos a la Virgen, quien les dice:
Habéis visto el infierno donde caen las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Corazón Inmaculado.
Si hacen aquello que os diré, muchas almas se salvarán y tendrán paz. La guerra está por finalizar; pero si no dejan de ofender a Dios, comenzará otra aún peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es un gran signo que Dios os da, que está por castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
Para impedirlo, pediré la Consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la Comunión reparadora en los primeros sábados. Si aceptaran mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz, sino, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia.
Los buenos serán martirizados, el Santo Padre, tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán destruidas. Finalmente, Mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá y será concedido al mundo un período de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe, entre otros.
Como vemos, son muchos los temas contenidos en esta segunda parte, incluso advertimos la presencia de varias profecías, de las cuales la más importante es la del triunfo de su Inmaculado Corazón.
Una revelación simbólica sobre la persecución de la Iglesia y el Santo Padre
La tercera parte del secreto o “Tercer Secreto de Fátima” fue revelado recién en el gran Jubileo del año 2000. Así cuenta Lucía la visión.
También son muchos los temas o imágenes presentes. El Cardenal Sodano dijo que se rezara:
¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre principalmente a las más necesitadas!
19 de agosto de 1917
Debido al arresto de los niños por las autoridades locales, la Virgen se apareció el 19 de agosto en un lugar llamado Valinhos. Allí reiteró su llamado a la oración y al sacrificio.
13 de septiembre de 1917
La Virgen prometió que en octubre haría un gran milagro. Los niños vieron una luz que descendía del cielo y se posaba sobre los árboles.
La gran señal – 13 de octubre de 1917
Ante más de 70.000 personas, ocurrió el Milagro del Sol, donde el astro pareció bailar en el cielo, emitiendo luces de colores y descendiendo velozmente antes de regresar a su lugar. El suelo mojado por la lluvia se secó repentinamente.
La Virgen se identificó como “Nuestra Señora del Rosario” y pidió que se construyera una capilla en su honor.
“Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz en el mundo y el fin de la guerra.”
Es la última Aparición de 1917 y es donde se registra el milagro que había sido preanunciado por la Virgen, que es llamado el Milagro del Sol, el cual aconteció ante unas 70.000 personas que habían venido a pie desde 30 y 40 km de distancia con sus hijos a cuestas para acompañar con sus oraciones a los Pastores.
Muchos de ellos sabían del milagro prometido. Un testigo afirma que “la lluvia cesa y el sol por tres veces gira sobre sí mismo, lanzando a todos lados haces de luz de variados colores, amarillo, lila, anaranjado, y rojo.
Parece a cierta altura desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre. Al cabo de diez minutos toma su estado normal”. La gente ante el fenómeno portentoso cayó de rodillas sobrecogida y en actitud de plegaria y veían que “la luz se transformó en un hermoso azul, como cuando se filtra a través de los vitrales de una hermosa Catedral”.
Paradojalmente, la prensa liberal y masónica se hizo eco y difundió el milagro, lo cual sería de gran ayuda para que Fátima se hiciera conocida en todo el mundo.
La madre de Lucía temía que su hija resultara muerta si no se realizaba el milagro esperado y las turbas creyeran que era todo un gran engaño. Por eso había ido a la Aparición dispuesta a morir si es que no se registraba el milagro y los fieles se transformaban en una masa enfurecida por el fraude.
Luego de tantas dudas que rodearon a los pastores, además de las feroces persecuciones que tuvieron que sufrir pese a su edad, todo resultó cierto y el milagro del sol fue la rúbrica, la confirmación del cielo ante los hombres de que estas Apariciones eran verdaderas. La Virgen les dijo:
“Soy la Señora del Rosario”.
Lucía le había pedido que anunciara a todos quién era. Los conminó a que “continúen rezando el Rosario todos los días”, anticipó que “la guerra va a terminar y los soldados regresarán a sus casas” y también advirtió que “no ofendan más a Dios Nuestro señor que está ya muy ofendido”.
El Milagro del Sol
Tales Apariciones, confirmadas por el Milagro del Sol, constituyen a Fátima, ya en 1917, como un gran acontecimiento católico.El mensaje central de Fátima
Las apariciones de Fátima nos invitan a:
- La conversión del corazón.
- La oración diaria, especialmente del Rosario.
- La penitencia y reparación por los pecados.
- La devoción al Inmaculado Corazón de María.
Los pastorcitos y su legado
Francisco y Jacinta murieron jóvenes, como había anunciado la Virgen, y fueron canonizados por el Papa Francisco en 2017. Lucía vivió hasta 2005 como carmelita descalza y su proceso de beatificación está en curso.
Aparición del 13 de junio de 1929
La Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón
Habíamos visto que el 13 de julio María había dicho que pediría la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón. Pues bien, las características de la misma le fueron reveladas a Lucía en una visión que ella tuvo en Tuy, ciudad española en la que vivía y donde había sido trasladada por su congregación Dorotea. En la visión la Virgen le dice:
Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los Obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón; prometiendo salvarla por este medio.
El pedido implicaba:
- Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María.
- Por el Papa.
- Por todos los obispos junto con el Papa.
- En un acto público y solemne.
En 1929 se lo pide el obispo de Leiría al papa Pío XI y en 1930 se lo pide todo el episcopado portugués al mismo papa.
Pío XI fue el primer papa que recibe el pedido de hacer la Consagración y no la hizo. Es el mismo que en la Divinis Redemptoris calificó al comunismo de “intrínsecamente perverso”.
En 1942 Pío XII consagra el mundo al Corazón Inmaculado de María con mención implícita de Rusia; Lucía dirá que faltó la unión de todos los obispos y que la mención debía ser explícita.
En 1952 Pío XII consagra “todos los pueblos de Rusia al mismo Corazón Inmaculado”, pero Lucía advirtió que faltó el mismo requisito anterior de los obispos. Durante el Concilio Vaticano II, el obispo de Leiría y 700 obispos le hicieron llegar un pedido a Pablo VI para que hiciera tal consagración y no la hizo.
Juan Pablo II
Juan Pablo II hizo una en 1982 cuando visitó Fátima y luego Lucía con pena le diría que esa no era la que quería la Virgen, ya que faltaba la mención expresa de Rusia y la unión de todos los obispos. En alguna ocasión, Lucía le dijo al Señor por qué no hacía directamente la consagración de Rusia sin pasar por el Papa y obtuvo como respuesta:
Porque quiero que toda mi Iglesia reconozca esta Consagración como un triunfo del Inmaculado Corazón de María, para extender su culto y poner al lado de la devoción de mi Corazón divino, la devoción a este Corazón Inmaculado.
Finalmente, el 25 de marzo de 1984, Juan Pablo II hizo llevar a Roma la Imagen de la Capelinha de Fátima y allí hizo una consagración del mundo al corazón inmaculado junto con todos los obispos del mundo.
En el texto de la Consagración dijo:
“De modo especial te confiamos y consagramos aquellos hombres y aquellas naciones que tienen especial necesidad de esta entrega y de esta consagración [...] ilumina especialmente a los pueblos de los que tú esperas nuestra consagración y nuestro ofrecimiento”,
y en tales palabras aludía a Rusia. Con posterioridad Lucía afirmaría que ésta era la consagración querida por la Virgen. La Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, entonces, ya ha sido realizada por Juan Pablo II.
Como hemos visto, los papas desde Pío XI hicieron más de una, y nada impide que en el futuro se haga otra que incluya incluso más expresamente a Rusia.
Ciertamente, la Revelación Pública encuentra con Cristo su plenitud y queda concluida con la muerte del último apóstol, San Juan Evangelista, hacia el fin del siglo I. La Revelación Privada es válida ante todo si confirma y coincide con la Revelación Pública.
Fátima es, esencialmente, un mensaje del cielo para que los hombres se conviertan, recen y vivan religiosamente, y coincide plenamente con la palabra de Jesús que nos invita a la conversión.
Las apariciones de la Virgen en Fátima están aprobadas por la Iglesia, y si bien ella nunca nos “obliga” a creer en tales mariofanías, sin embargo de mi parte no puedo de ninguna manera descalificarlas o despreciarlas, a causa de la aprobación que poseen.
El Tercer Secreto y la consagración de Rusia
El Tercer Secreto fue divulgado por el Vaticano en el año 2000, y se refiere a una visión simbólica de martirio, sufrimiento y esperanza para la Iglesia. En 1984, San Juan Pablo II consagró el mundo y Rusia al Inmaculado Corazón de María en unión con los obispos del mundo.
Conclusión
Fátima sigue siendo una luz para nuestros tiempos. La Virgen María nos muestra el camino del amor, la fe y la esperanza. Su llamado resuena con fuerza en cada Rosario, en cada acto de penitencia, en cada corazón abierto a la conversión.
¡Oh Virgen de Fátima, intercede por el mundo y condúcenos hacia el Corazón de tu Hijo Jesús!