El Purgatorio: Camino de Amor y Purificación
Autor: Claret Coromoto
El purgatorio no es castigo, es amor en proceso. Es el fuego del amor de Dios que purifica, como un amanecer que derrite suavemente las sombras del alma. No es un infierno, sino la sala de espera para el abrazo definitivo con Dios.
Fundamento bíblico
- Mateo 12, 32: “Quien hable contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en este mundo ni en el otro”.
- 1 Corintios 3, 15: “Será salvo, pero como quien pasa por el fuego”.
- 2 Macabeos 12, 43: “Es bueno orar por los difuntos para que sean liberados del pecado”.
- Hebreos 12, 14: “Sin santidad, nadie verá al Señor”.
- Apocalipsis 21, 27: “Nada manchado entrará en el cielo”.
Reflexión espiritual
Imagina que tras la muerte aparece ante ti un ser radiante que te ama infinitamente. Pero tú, aún imperfecto, sientes que no puedes abrazarlo hasta purificarte. Ese anhelo, esa espera, ese amor que quema y transforma… eso es el purgatorio.
El alma quiere amar con plenitud, pero necesita sanar primero. Como un enfermo que anhela respirar profundamente, pero necesita curarse. Es aquí donde nuestras oraciones, misas y sacrificios pueden ayudar: como medicina espiritual, como bálsamo para sus heridas.
Testimonio de los santos
Santa Teresa de Jesús, después de la muerte de un hermano jesuita, dijo haber visto su alma ascendiendo al cielo, acompañada por el Señor mismo. Entendió que era un regalo especial de Dios. (Paráfrasis espiritual)
Cita destacada
“El purgatorio es un deseo loco de amar a Dios, que hace sufrir dulcemente al alma”.
Invitación final
Oremos por nuestros difuntos. Ofrezcamos misas, indulgencias, obras de caridad. El cielo los espera... y nuestras oraciones pueden ser el puente que los lleve más rápido hacia el abrazo eterno del Amor.