Aoraciones

San Francisco de Paula para encontrar paz y serenidad

San Francisco de Paula: ejemplo de ayuno, humildad y paz interior

Fecha de publicación: 2025-07-13 | Autor: Claret Coromoto

San Francisco de Paula se retiró a la montaña donde pasó cinco años rezando, meditando y alimentándose solo de agua y hierbas silvestres, durmiendo sobre el suelo con una piedra como almohada. Este estilo de vida atrajo a muchos hombres que lo siguieron, motivándolo a fundar varias casas religiosas con la consigna de "Cuaresma perpetua", fomentando la mortificación voluntaria para fortalecer la voluntad.

Gracias a su ejemplo, muchos hombres abandonaron la vida mundana para unirse a su comunidad, llamada "Hermanos Mínimos", similar a los "Hermanos Menores" de San Francisco de Asís. Fue bendecido con dones de milagros, sanaciones y profecías, convirtiéndose en un intercesor poderoso ante Dios.

El Papa Pablo VI lo destacó en 1977 como un verdadero modelo para corregir a gobernantes injustos y opulentos, pues San Francisco de Paula recorrió ciudades y pueblos proclamando justicia y la palabra de Dios, reclamando un uso responsable de los recursos públicos en beneficio de los pobres.

San Francisco de Paula murió el 2 de abril de 1507, y fue canonizado doce años después por el Papa León X, convirtiéndose en un protector de los pescadores y enfermos, así como en guía espiritual para quienes buscan la paz y la serenidad interior.

Oración a San Francisco de Paula para encontrar paz interior

Oh San Francisco de Paula, humilde y justo, te acercamos nuestras súplicas en busca de paz y serenidad en nuestra vida. Tú, que fuiste ejemplo de constancia y resignación ante las adversidades, te pedimos que intercedas por nosotros ante el Altísimo.

Concédenos la fortaleza para superar los obstáculos diarios y la sabiduría para encontrar la paz interior en medio de las tribulaciones. Inspíranos a confiar plenamente en la voluntad de Dios y a enfrentar nuestras dificultades con paciencia y fe.

San Francisco de Paula, intercede por nosotros para experimentar la paz que tanto anhelamos en nuestras vidas. Amén.

¿Por qué rezar a San Francisco de Paula?

  • Para obtener fortaleza espiritual en momentos de prueba.
  • Para cultivar la virtud de la humildad y la paciencia.
  • Para pedir sanación física y espiritual.
  • Para lograr paz y serenidad interior ante el estrés y la ansiedad.

Si esta oración te ha sido de ayuda, compártela con quienes buscan serenidad y protección espiritual bajo la intercesión de San Francisco de Paula.

Santa Teresa de Jesús La Oración Mental: se ha de hacer oración

 

Santa Teresa de Jesús La Oración Mental y Se ha de Hacer Oración

Santa Teresa de Jesús La Oración Mental y Se ha de Hacer Oración

Es necesario hacer oración. Si se ama a Dios, se comunicará, se agradecerá, se pedirá al Señor: se acompañará a Dios. Dios manda orar y orar es amar. La necesidad humana obliga al hombre a pedir. Orar es también pedir. La petición es alabanza a Dios, pues reconoce nuestra impotencia y la misericordia divina.
La oración es una exigencia del corazón que ama y del que se encuentra necesitado. Jesucristo en el Evangelio expuso una parábola para hacer ver que conviene orar perseverantemente y no desfallecer (Luc., 18, i).

Jesús expresamente nos mandó: 

Velad orando en todo tiempo (Luc., 2 1, 36), y nos dio el ejemplo siendo nuestro modelo en esto como en todo, pues se encarnó para darnos ejemplo de vida humana santa. Dice el Evangelio: Estaba Jesús entre día enseñando en el templo, y saliendo de la ciudad a la noche, la pasaba en el monte llamado de los Olivos (Luc., 21, 37).

Jesús se retiró a orar en un monte y pasó toda la noche haciendo oración a Dios (Luc., 6, 12). Jesús se subió solo a orar en el monte, y entrada la noche se mantuvo allí solo (Mat., 14, 23). Jesús dijo a los Apóstoles: Velad y orad para que no caigáis en la tentación (Marc., 4, 38).
La Virgen María conservaba todas estas cosas dentro de Sí, ponderándolas en su corazón (Luc., 2, 19). La Virgen oraba. En oración estaba cuando el ángel la anunció el misterio de la Encarnación.
Jesús oraba y enseñaba y mandaba orar a sus Apóstoles.
Es del Evangelio esta sencillísima y preciosa lección: Un día, estando Jesús orando en cierto lugar, acabada la oración, díjole uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar como enseñó también Juan a sus discípulos.

Y Jesús les respondió: 

Cuando os pongáis a orar habéis de decir: Padre, sea santificado tu nombre (Luc., n , 1-2).
Entonces les enseñó la oración del Padrenuestro.
Jesús gustaba de orar solo y llevaba a los Apóstoles a orar en soledad cerca de El como en el monte Tabor o en el huerto de los Olivos.

Después de la Ascensión de Jesús al cielo, cuando vino el Espíritu Santo:

Estaban los Apóstoles en el cenáculo en compañía de la Virgen y de otros muchos discípulos reunidos en oración como habían estado los días anteriores a Pentecostés. Todos los cuales, animados de un mismo espíritu, perseveraban juntos en oración con las mujeres piadosas y con María, la madre de Jesús, y con los hermanos o parientes de Este (Luc., 1, 14).
Me parece es en este sentido de exhor les mandaba vivir también en el ejercicio de amor a Dios, o sea en la oración, que fue decirles: 
Vivid en oración siendo almas de oración y cultivando y creciendo en el amor a M í y tratando Conmigo.
Vivid en oración siendo almas de oración y cultivando y creciendo en el amor a M í y tratando Conmigo

 

Por la importancia que los Apóstoles daban a la oración, se desentendieron de la administración de los bienes y de los litigios para empleamos en­nom­teramente en la oración y en la predicación (Hechos, 6, 4).
Más adelante pondré algunos textos de varias Constituciones y Decretos del Concilio Vaticano II, en los cuales se manda insistentemente la oración a seglares, sacerdotes y religiosos.
La oración está expresamente mandada y es exigencia apremiante del amor y de la necesidad. El que no ora es de temer que no ame ni lo procure, pues no lo pide ni gusta de estar ante la presencia de Dios ni en su compañía.

Santa Teresa de Jesús La Oración Mental: Modo de hacer la oración

 

Santa Teresa de Jesús Modo de hacer  La Oración Mental



Santa Teresa de Jesús Modo de hacer  La Oración Mental

Como la oración es ejercicio de amor, se hace oración amando. El que ora ama. De cualquier modo que se ejercite el amor, se vivirá la oración y se hará oración. Pero llamamos oración mental ordinariamente el tiempo en que el alma, desentendida de todas las demás ocupaciones, está recogida con Dios a solas; está atenta, mirándole, conversando, tratando todas sus cosas, pidiéndole; está atenta a Dios en silencio, escuchándole, dándose cuenta de que está con El, de que Dios está con ella, dentro de ella o envolviéndola, y está con amor; o se mira con Jesús y junto a Jesús; o está el alma discurriendo o pensando sobre las verdades u obras de Dios con relación a Dios y a la misma alma, con pensamiento amoroso y cooperando en ello la imaginación.

O está mirando a Dios sencilla y amorosamente como Dios suyo y omnipotente, acompañando a Dios, viéndose envuelta y sumergida en Dios, luz, amor y bondad. Como la esponja empapada en Dios y llena de Dios (Reí., 49). Como el cristal iluminado lleno de luz y hecho luz con la luz.

Expresándolo más concretamente, digo que la oración mental es el acto en que el alma está sola con Dios a solas, atenta a Dios, alabándole, amándole y pidiéndole su amor, desentendida y retirada de toda otra ocupación. 

Santa Teresa dice: 

Pensar y entender qué hablamos y con quién hablamos, y quién somos los que osamos hablar con tan gran Señor; pensar esto y otras cosas semejantes de lo poco que le hemos servido y lo mucho que estamos obligados a servir, es oración mental, no penséis es otra algarabía, ni os espante el nombre (Camino, 25, 3). Parecíame estar metido y lleno de aquella majestad (Vida, 40, 1).

Para enseñar a hacer más fácilmente y mejor oración se ha explicado y aún se explica un método muy racional y muy lógico, que es dividir la oración en partes, como quien va a componer un discurso. En todos los autores desde hace varios siglos se exponían las partes sustanciales de la oración con pequeñas variantes, intentando facilitarlas conmás subdivisiones y aplicaciones. Llamaban y llaman a esas partes preparación, lección, meditación, contemplación, petición, acción de gracias y conclusión. No quiero ahora hacer ni mención de las subdivisiones ni de los preludios y ramilletes.

En mi concepto eran muy útiles esas instrucciones. Eran fruto de la experiencia y un método muy pedagógico, aun cuando el amor de Dios y el modo de avivar ese amor no pueda encerrarse ni en métodos, ni en reglas, ni aun en razonamientos.

Sólo Dios le da, pero nos manda pongamos lo que está de nuestra parte en prepararnos a recibirlo. Confío en que estas divisiones y reglas continuarán siendo muy útiles para muchos en los tiempos venideros. Hoy se dice que ya no es oportuno ese método y no tienen aceptación esas enseñanzas un tanto complicadas, y por no ser el método agradable se desestima y hasta se rehúye la oración misma.

Aun cuando no participe de esta opinión, es cierto que muchos no se sirven de ese método para hacer oración ni aun en los principios. Los métodos para aprender cualquier arte o cualquier ciencia siempre se hacen enojosos, pero son muy convenientes. 

Pensando cómo hacían oración los santos y las almas de oración veo en ellos otro modo de hacer­ la aun desde los principios, modo mucho más sencillo, y como no tiene complicación ninguna, facilita en gran manera la oración a cuantos deseen empezar a hacerla o continuar haciéndola; pero aunque exige menos ejercicio de memoria, es imprescindible mayor atención interior, más recogimiento y más limpieza de conciencia.

No es invención mía ni es novedad de hoy. Es modo muy antiguo que no envejece. Lo usaron los santos de siglos pasados y será siempre el mejor medio y el más rápido para llegar a la oración perfecta con virtudes; es atajo muy deleitoso para llegar a la unión de amor con Dios.

Yo pretendo exponer este modo como lo usó y enseñó Santa Teresa de Jesús y frecuentemente con sus mismas palabras. No cabe dudar de la eficacia de este modo de hacer oración estudiando a la Santa, sus virtudes, el encanto de su trato con las personas y mirando a aquellas primeras Carmelitas hijas y discípulas suyas, formadas por ella. Fueron almas santas y de muy alta y continua oración.

No creo que Santa Teresa practicase el método de las partes de la oración y sus divisiones para aprender a hacer oración ni que enseñase ese modo a las primeras Carmelitas Descalzas. No lo menciona ni en su Vida ni en el Camino de perfección, que escribió a petición de ellas para enseñarlas a hacer oración mental desde los principios hasta la contemplación. De estos dos libros principalmente tomaré yo la doctrina y el método que voy a exponer.







Alma de Cristo

 

Alma de Cristo Alma de Cristo, santifícame.

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del Costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

Oh buen Jesús, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparta de Tí.

Del enemigo malo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Tí.  

Para que con tus Santos te alabe. 

Por los siglos de los siglos.  Amén.


Miradme, ¡oh mi amado y buen Jesús!,

postrado en tu presencia; te ruego con 

el mayor fervor imprimas en mi corazón 

vivos sentimientos de fe, esperanza y 

caridad, verdadero dolor de mis pecados 

y propósito de jamás ofenderte, mientras 

que yo, con el mayor afecto y compasión 

de que soy capaz, voy considerando tus cinco

llagas, teniendo presente lo que de Tí dijo 

el Santo Profeta David:  «Han taladrado mis 

manos y mis pies y se pueden contar todos 

mis huesos. »







1 Padre Nuestro 1 Ave María y 1 Gloria al Padre.

Santa Teresa de Jesús La Oración Mental


Santa Teresa de Jesús La Oración Mental
Qué es la oración mental según Santa Teresa de Jesús
Quería que el alma se mantuviese sin cesar unida a Dios
la oración es la elevación de la mente a Dios y la petición de todas las cosas convenientes (De Fidc Ort., lib. III, cap. 24).
la oración es el afecto con que el hombre se une a Dios en una conversación familiar y piadosa con El, y la atención que espera la luz para gozar de Dios cuanto sea posible.
No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tra­tando a solas con quien sabemos nos ama (Vida, 8, 5)
 esté con amorosa atención a Dios escuchando y mirando.
 que lo que principalmente se ha de pedir a Dios en la oración es que nos una con El (Suma, II, II, q. 83, a. 1 al 2). 
Para que Dios transforme el alma en amor divino. 
La oración es lo más grande
La oración mental es ejercicio de amor divino
Dios exige al alma correspondencia de amor a su llamada de amor. Si el alma corresponde con fidelidad, no dejará Dios de inundarla de su amor y de envolverla en su luz. Dios la transformará y la hará amor y luz. Dios con su amor endiosará al alma.

  • El amor es entrega y donación, y en proporción del amor es la donación y es la entrega.
  • El amor es unión o ansia de unión hasta que se obtiene y realiza.
  • El amor desea la presencia y la posesión de Dios. 
  • El amor es mirar, atender, andar y tratar con Dios presente.
Orar es amar y desear estar con Dios a solas amándole como si sólo Dios y el alma es tuviesen en la tierra para amarse (Santa Teresa, Vida, 13, 9).


Toda oración, de suyo, es ejercicio de amor a Dios y trato de amor con Dios presente, porque ya se le ama y porque se le desea amar más. Desde los primeros siglos del cristianismo se han dado muchas y buenas definiciones de la oración por santos y sabios. En todas las definiciones predomina la idea de unión del alma con Dios en amor, elevación del alma hacia Dios, trato de amor con Dios, presente.

En el siglo iv Evagrio el Póntico fue el primero que nos dejó escrito que la oración es la elevación del alma hacia Dios (Apotegmas).

Casiano, en el siglo v, escribe con esta misma idea que el monje ha huido del contacto con los hombres para ejercitarse en la conversación con Dios, ya que el fin del monje y toda la vida perfecta consiste en la perfección de la oración.

Más claro y terminante San Juan Clímaco, en el siglo vi, escribe: La oración según su condición y naturaleza es unión del hombre con Dios (Escala, capí. XXIX).

Pero la definición que ha predominado sobre todas, aceptada por Santo Tomás, citada y divulgada por los autores espirituales, es la que dio San Juan Damasceno en el siglo vm . Dice el Santo que:

En la Carta a los Religiosos del Monte de Dios, atribuida siempre a San Bernardo y escrita por el Abad Guillermo de Saint-Thierry, se escribe que:

Santa Teresa, que había leído sobre la oración cuantos libros estuvieron a su alcance, y cuando escribió había hecho ya mucha oración y muy íntima, dio una definición más libre, sin atender a las leyes de la lógica, pero muy expresiva, diciendo : 

San Juan de la Cruz, animando al alma a tener oración íntima y de fe y confianza, dice que:

Pero en la oración se piden las cosas convenientes. Se pide y se pide con insistencia a Dios su amor. Santo Tomás dice:

Se ha de pedir la unión de amor con Dios, pues para esta unión nos ha criado y la desea hacer con todas las almas y ciertamente la haría si todas las almas se preparasen y se dejasen preparar.

Resalta claro que la oración es ejercicio de amor a Dios presente; mutuo trato de amor; Dios con el alma y el alma con Dios; trato directo, confidencial e íntimo.

Que la oración es atender a Dios, escucharle, acompañarle, saber que está el alma acompañada de Dios, hablarle, pedirle, alabarle y agradecerle.

Que la oración es para encender y avivar el amor de Dios en el alma; para entregarse el alma a Dios juntando su entendimiento y su voluntad con el entendimiento y voluntad de Dios por la atención, por la mirada, escuchándole amorosamente, esperándole.

Para que Dios una al alma en amor con El e infundiendo con el amor las virtudes, santifique al alma, endiose al alma.

Grande, porque lleva a la posesión de lo más grande, que es la gracia de Dios, el amor de Dios y el mismo Dios. Endiosa al alma.

Mal sobrelleva el demonio que el alma haga mortificaciones y austeridades por amor de Dios, pero lo que no puede sufrir es que haga oración y se sumerja y empape en el amor de Dios.

El alma se santifica en la oración con mortificación y con ellas, pidiendo y expiando, alcanza de Dios para todos la gracia de la conversión y de la perseverancia en fe viva

Sólo Dios puede dar su amor a las almas. Dios es el propietario de su amor y sólo El puede disponer de su amor para darlo. Quiere darlo a las almas y las ha criado para comunicarlas su amor.

Dios llama al alma para comunicarla su amor y la guía a la soledad (Oseas, 2, 14), donde el alma ha de disponerse y prepararse vaciándose de lo que no es Dios: de lo mundano y de sí misma en su amor propio y en sus apetitos. Dios llenará el vacío. Dios la hablará al corazón.

Es Dios quien primero ama al alma. Porque la ama la crió para el cielo y porque la ama la da su amor y la llama para amar y amando poder recibir más amor.

Dios ha criado las almas para unirlas en amor con El mismo, para comunicarlas su misma vida y hacerlas felices con su misma felicidad. Este amor es real y divino ya en la tierra por la gracia y será glorioso en el cielo cuando con la luz de la gloria vea el alma a Dios en su esencia directamente y participe de sus perfecciones gloriosas y eternas.

Jesús a todos mandó que cumpliéramos el precepto de amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas (Mat., 22, 37).

Nunca el alma puede llegar a amar a Dios tanto como Dios ama al alma, ni jamás el alma se entrega a Dios tan generosamente como Dios se entrega al alma.

En la oración el hombre mira, atiende y escu­cha a Dios presente y trata con El a solas, pidiéndole su amor y ofreciéndole el propio.

La mirada y atención a Dios, el trato amoroso con Dios y la petición a Dios de amor y de cuanto se necesita o se desea, obtienen de Dios nuevo amor y acrecientan en el alma el amor y la gracia.

Todo hemos de pedírselo a Dios y gusta el Señor se lo pidamos, como gusta el padre oír la petición del hijo; pero la principal petición que hemos de hacer a Dios es que una mi alma en amor con El, y mi más ardiente deseo, que venga su reino a mi alma. Esto agrada a Dios, como agrada al padre que su niño le pida una caricia, y es lo más provechoso para el alma.

Quien está atento a Dios y en su compañía, hace magnífica oración. Quien está con más amor en compañía de Dios, hace mejor oración, y cuando anhela estar con más silencio, con más atención, con mayor soledad y recogimiento, y vive íntimamente la humildad, hace oración muy grata al Señor.

A solas con Dios, pero con Dios están todos los ángeles y todos los bienaventurados. Con Dios está

Jesús y está la Virgen. Nunca más ni mejor acompañada que cuando el alma se pone en oración recogida sola con Dios a solas. Delicioso trato con Dios en amor íntimo; nobilísima y encantadora compañía de los ángeles y santos que la presencian y se gozan en ella alabando a Dios y al alma.

Santa Teresa escribe: Estando una vez en oración con mucho recogimiento, parecíame estar rodeada de ángeles y muy cerca de Dios (Vida, 40, 12).


Fuente:

@RosarioDeMarAMar

#RosarioDeMarAMar

Santo Rosario Misterios Gloriosos

 Santo Rosario Misterios Gloriosos - oraciones a la virgen del carmen



Santo Rosario Misterios Gloriosos







Santo Rosario Misterios Gloriosos


Resucitar

 

Resucitar - Oraciones a la Virgen del Carmen


¡RESUCITAR! 

Qué felicidad trae esta palabra hoy nuestra alma debe llenarse de gozo. La resurrección es un concepto poderoso que trasciende el tiempo y el espacio, simbolizando la esperanza y la renovación.

 Es una invitación a dejar atrás lo viejo y abrazar un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para crecer y florecer en la luz de una fe renovada. La idea de renacer, de empezar de cero, es una promesa de redención y de un futuro lleno de posibilidades. 

En cada amanecer, en cada gesto de bondad, en cada acto de perdón, se refleja esta hermosa verdad: la vida es un ciclo constante de muerte y renacimiento, y en cada final hay un nuevo comienzo esperando ser descubierto. 

Con cada paso que damos hacia la luz, con cada oración que elevamos, reafirmamos nuestra fe en la vida, en el amor y en la eterna presencia de lo divino en cada uno de nosotros. 

Hoy tenemos la plena certeza que más allá de nuestros fracasos, nuestras tristezas, nuestros temores, nuestras dolencias, Jesús siempre resucitará y Dios siempre estará con nosotros, incluso en los escombros de nuestro corazón, esos corazones lastimados, llenos de heridas, de piedra, que les falta el perdón y anidan sentimientos de mundo. 

Dios puede construir algo nuevo. Él vive, Él está en ti, está en tu hermano. está en la persona que no quieres. estás en quién odias, pero debes morir a ese que fuiste antes. HOY debes resucitar con Jesús. 

GRITA ALELUYA y dale paso a ese ser nuevo. ¡CON JESÚS, LA VIDA SIEMPRE COMIENZA DE NUEVO! 💝

Resucitar





FUENTE:

Redacción: @JuanitaMensajesOficial

#JuanitaMensajes #JuanitaMensajesOficial

Aleluya El Señor Ha Resucitado

 

Aleluya El Señor Ha Resucitado - Oraciones a la Virgen del Carmen

!Aleluya El Señor Ha Resucitado!

El Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la Iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios

En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado.

Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: 

 ¡Ha resucitado!

Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con El Señor.

Desde entonces, todos los cristianos celebramos que está Vivo. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.

Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y lo amen!

¡Comparte La Buena noticia! Rosario de Mar a Mar.




Vigilia Pascual



 

 

 

 

La paz no se construye con las armas, sino abriendo los corazones

 

La paz no se construye con las armas, sino abriendo los corazones


La paz no se construye con las armas, sino abriendo los corazones

En su Mensaje de Pascua el Papa recordó que el Resucitado es el único que puede hacer rodar la piedra de la guerra y de las crisis humanitarias y abrir el camino de la vida. También rezó por las víctimas y los niños de Israel, Palestina y Ucrania, y pidió el intercambio de rehenes y el alto el fuego en la Franja. Asimismo oró por Siria, el Líbano, Haití, el pueblo Rohingyá y los países africanos en dificultades. Y subrayó que con frecuencia el don de la vida es despreciado por el hombre.

En el día en que resuena en todo el mundo el anuncio de que Cristo ha resucitado, tantas pesadas piedras cierran las esperanzas de la humanidad como la gran piedra cerró el sepulcro. Son las piedras de las guerras, como las de Israel, Palestina, Ucrania y Siria; las de las crisis humanitarias, como la de Gaza en Haití y la de los Rohingyá en Myanmar; las de las violaciones de los derechos humanos y de la trata de seres humanos que afectan a migrantes y niños.

En el día en que la Iglesia revive el asombro de las mujeres ante la tumba abierta y vacía de Jesús, el Papa Francisco, en su mensaje Urbi et Orbi desde la logia central de la Basílica de San Pedro ante sesenta mil fieles, recordó que sólo Él ha resucitado y es "capaz de hacer rodar las piedras que cierran el camino a la vida", abriendo las puertas de la vida, "que cerramos continuamente con las guerras que campan a sus anchas por el mundo".

Porque sólo Dios podía abrir el camino nuevo a través de la tumba vacía, el camino de la vida en medio de la muerte, de la paz, la reconciliación y la fraternidad en medio de la guerra, el odio y la enemistad. Sólo Él quita el pecado del mundo y perdona nuestros pecados, y "sin el perdón de Dios esa piedra no puede ser removida".

El sufrimiento en los ojos de los niños

Con la mirada puesta en Jerusalén y en todas las comunidades cristianas de Tierra Santa, el pensamiento del Papa se dirigió a las víctimas de los numerosos conflictos del mundo, para que Cristo Resucitado abra un camino de paz a las poblaciones atormentadas de Israel y Palestina y también de Ucrania.

De acuerdo con el derecho internacional, Francisco pidió un intercambio general "todos por todos" de prisioneros entre Rusia y Ucrania, e hizo un nuevo llamamiento para que "se garantice el acceso a la ayuda humanitaria en Gaza, instando a una pronta liberación de los rehenes secuestrados el 7 de octubre y a un alto el fuego inmediato en la Franja".

No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos. Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme. La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón.

No olvidar el mundo en dificultad

La invitación del Papa fue a no olvidar los numerosos lugares del mundo en dificultad, empezando por Siria, "que sufre desde hace trece años las consecuencias de una guerra larga y devastadora":

Muchísimos muertos, personas desaparecidas, tanta pobreza y destrucción esperan respuestas por parte de todos, también de la Comunidad internacional.

“Mi mirada se dirige hoy de modo especial al Líbano, afectado desde hace tiempo por un bloqueo institucional y por una profunda crisis económica y social, agravados ahora por las hostilidades en la frontera con Israel”

Que el Resucitado consuele al amado pueblo libanés y sostenga a todo el país en su vocación a ser una tierra de encuentro, convivencia y pluralismo.

Asimismo, aliento las conversaciones entre Armenia y Azerbaiyán para que, con el apoyo de la Comunidad internacional, puedan proseguir el diálogo, ayudar a las personas desplazadas, respetar los lugares de culto de las diversas confesiones religiosas y llegar cuanto antes a un acuerdo de paz definitivo.

El pensamiento del Papa se dirigió también a los Balcanes Occidentales, donde se están dando pasos significativos hacia la integración europea:

Que las diferencias étnicas, culturales y confesionales no sean causa de división, sino fuente de riqueza para toda Europa y para el mundo entero.

Oración por las víctimas de toda forma de terrorismo

Francisco pidió que Cristo resucitado abra un camino de esperanza para quienes, además de sufrir la violencia y los conflictos, padecen los efectos de la inseguridad alimentaria y del cambio climático – incluida la sequía que provoca hambruna y hambre en vastas zonas de África – así como que traiga consuelo a las víctimas de todas las formas de terrorismo.

Recemos por los que han perdido la vida e imploremos el arrepentimiento y la conversión de los autores de estos crímenes.

“Que el Resucitado asista al pueblo haitiano, para que cese cuanto antes la violencia que lacera y ensangrienta el país, y pueda progresar en el camino de la democracia y la fraternidad”

Que el Señor Resucitado asista también – prosiguió diciendo el Papa – al pueblo haitiano, "para que cese cuanto antes la violencia que lacera y ensangrienta el país y progrese por el camino de la democracia y la fraternidad", dando también consuelo al pueblo Rohingyá, afligido por una grave crisis humanitaria, y abra el camino de la reconciliación en Myanmar, desgarrado desde hace años por conflictos internos, para que se abandone definitivamente toda lógica de violencia".

Que se abran caminos de paz también en Sudán, en el Sahel, en el Cuerno de África, en la República Democrática del Congo y en la provincia de Cabo Delgado en Mozambique. Que la luz de Cristo, desea el Pontífice, ilumine también a los emigrantes y a quienes atraviesan un período de dificultades económicas, guiando a todos los hombres de buena voluntad a la solidaridad para ayudar a las familias en la búsqueda de una vida mejor y de la felicidad.

El hombre desprecia a menudo el don de la vida

En el día de Pascua, afirmó Francisco, celebramos la vida que nos ha dado la Resurrección del Hijo y su amor por cada uno de nosotros. Un don, la vida, que, sin embargo, "tantas veces es despreciado por el hombre".

“¿Cuántos niños ni siquiera pueden ver la luz? ¿Cuántos mueren de hambre o carecen de cuidados esenciales o son víctimas de abusos y violencia? ¿Cuántas vidas se compran y se venden por el creciente comercio de seres humanos?”

Por último, en el día en que "Cristo nos ha liberado de la esclavitud de la muerte", el Pontífice exhortó a "quienes tienen responsabilidades políticas" a no escatimar esfuerzos en la lucha contra la plaga de la trata de seres humanos, trabajando sin descanso para desmantelar sus redes de explotación y llevar la libertad a quienes son sus víctimas".

Que el Señor, concluyó Francisco antes de desear una Feliz Pascua a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y concederles la indulgencia plenaria, "consuele a sus familias, especialmente a las que esperan ansiosamente noticias de sus seres queridos, asegurándoles consuelo y esperanza".







Fuente:

Michele Raviart – Ciudad del Vaticano

https://www.vaticannews.va/

Resucitó mí amor y esperanza

 

Resucitó mí amor y esperanza - oraciones a la virgen del carmen


Resucitó mí amor y esperanza: breve silencio


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Breve silencio para ponernos en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

✝️ORACIÓN INICIAL

Señor Dios, que por medio de tu Hijo Jesucristo, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección de Jesús, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Gracias por el regalo de estos cuarenta días de cuaresma, por haberte seguido de cerca en la Semana Santa y por haber perseverado hasta el final.

📖CITA

Dícenle los ángeles: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -.

Juan 20, 13-16

🕊️REFLEXIÓN

María Magdalena no pudo esperar. Apenas se había cumplido el plazo legal, salió muy de madrugada, todavía de noche, de ese tercer día desde tu muerte, para poder terminar lo que hicieron muy deprisa el viernes. No iba en busca de ti Jesús como resucitado. Iba en busca de un muerto para hacer una obra de caridad terminando de preparar tu cuerpo.

Todavía no había calado en lo más profundo la profecía tuya de que al tercer día resucitarías. Tu muerte había sido tan brutal que borró toda huella de ese mensaje en su corazón. En la cruz habían acabado todas sus esperanzas pero lo que sí había en su corazón era un amor tierno por ti, vivo y ahora muerto.

Vio dos ángeles brillantes y éstos le preguntaron: ¿por qué estás llorando mujer? Y ella respondió: porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto.

Su amor por ti era tan grande que perseveraba en la búsqueda, pero su fe era pequeña, se había casi apagado por el dolor de tu muerte. Pero ella perseveró, preguntó, buscó, lloró… Su corazón era el de una mujer enamorada de ti. No en vano habías perdonado todos sus pecados, que fueron muchos, porque había amado mucho. Ahora amaba igual, con la misma pasión y por eso te buscaba sin cesar.

Ahora tú mismo le preguntas por qué llora y a quién busca, pero ella no te reconoce porque tu cuerpo de resucitado es glorioso. Te confunde con el jardinero hasta que tú, pronuncias su nombre: “María”. ¿Qué habrá sentido ese corazón enamorado al escuchar pronunciar su nombre nuevamente por el Maestro? Ya no tuvo dudas, ni siquiera te preguntó cómo habías resucitado, por qué no estabas muerto. Ella ya tenía a su amado y eso le bastaba.

Y a mí Jesús esta narración me dice tanto. Primero me cuestiono sobre mi amor por ti, si realmente estoy enamorado y si estaría dispuesto a buscarte – aunque estuvieras muerto- con la misma pasión y delicadeza que María Magdalena. Sé que estás vivo, que te escondes, pero mi amor es cansado y rutinario. Ayúdame a buscarte con ese amor tierno y perseverante de María. Quizás no te busco así porque se me olvida con frecuencia de dónde me has sacado, cuáles son mis pecados y cuántas veces me has perdonado. Quizás no he sabido amar mucho…

Y también aprendo de María Magdalena que muchas veces no escucho en mi oración y que por eso tantas veces no siento nada porque es como si estuviera hablando con el jardinero y no contigo. Pronuncia mi nombre Señor y esa será la señal de que estás conmigo, de que has resucitado en mi vida. Resucita mi fe pronunciando mi nombre con ternura. Enséñame a escuchar y no a llorar. Enséñame a escuchar y no a preguntar. Enséñame a escuchar y no a reclamar.

🛐ORACIÓN

🌻Y EN MI NOMBRE TE DESCUBRÍ

Caminaba perdida en la noche tan temida de tu partida

El amor me impulsaba a no esperar para cerca de ti de nuevo estar El sepulcro no era obstáculo para mi alma tan necesitada

Salí muy temprano para volverte a ver y quizás soñar            

¿Qué sientes María en lo profundo de tu alma? ¿Qué buscas?

Busco a mi Señor, varón de dolores, manso cordero, don de Dios

A sus pies quiero volver para sentir su perdón y su cariño

Me siento sola y triste ¿dónde está mi Maestro?

La roca del sepulcro abierta está, dejando a una suave luz limpiar tanta oscuridad

¿No ves María que algo especial te aguarda, si con fe te atreves a entrar?

No veo a mi Salvador, nada más su cuerpo quiero adorar

¿Dónde está mi Redentor? No seáis crueles y dejad mi amor llorar

Quiero cuidarlo, velarlo y limpiarlo; ungirlo sin prisa como acto de compasión

¿Si tú lo tienes, oh jardinero, dime dónde está? No aguanto ya tan tremenda desolación

Y en mi nombre te descubrí….

💕Jesús a mi alma

¡María! Aquí estoy, no busques a quien ya no está entre los muertos

Vivo estoy y nueva vida quiero dar

Soy el mismo ya glorioso

Mírame, tócame y alégrate en la fe

La razón de mi Pasión sigue viva en mi corazón

En ti María, pronuncio cada nombre por la eternidad

En ti María, perdono los pecados a quien me ofrezca su amistad

En ti María, alma humilde, y en otros como tú, edificaré mi morada terrenal

En ti María, y en cada hombre y mujer que me busque sin cesar

llevaré mi resurrección, hasta juntos de la mano alcanzar la patria celestial

Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra, L.C.

🌹PROPÓSITO

Reflejar durante este domingo y toda esta primera semana de Pascua el rostro alegre por la resurrección. Buscar mencionar a Jesús resucitado a una persona cada día y dar así el anuncio más grande: Jesús ha resucitado, aleluya, aleluya.

❤️DESPEDIDA

Les hago llegar a cada uno de un modo personal mi felicitación pascual: Cristo ha resucitado, Aleluya, Aleluya. Lo que inició como una aventura tímida y llena de esperanza se ha convertido en un camino fructífero. Hemos acompañado a Jesús por cuarenta días meditando en profundidad para preparar nuestro corazón. En la Semana Santa hemos caminado para ir encendiendo nuestro interior y vivir esta Pasión muy cerca de Jesús. Hoy hemos llegado, ha llegado el día de su resurrección. Ahora empieza la vida, ahora todo cobra sentido.

No dejes en el recuerdo lo que has vivido, experimentado y rezado en estos caminos de Cuaresma y Semana Santa. Son para toda la vida. Vuelve sobre ellos. Los desiertos siempre existirán pero recuerda que en ellos te encontrarás más profundamente con Cristo y contigo mismo.

Camina, avanza y confía. Gracias por acompañarme en este proyecto que ha sido fruto de la acción del Espíritu Santo. Llegarán más, no sé cuáles, pero llegarán. Te pido tus oraciones para seguir compartiendo caminos, sembrando esperanzas y levantando corazones hacia Dios.

Gracias, muchas gracias Jesús por las cosas grandes que has hecho en mis hermanos.


P. Guillermo Serra, L.C