Aoraciones

Lectio Divina: martes, 22 de julio de 2025

Cruz devocional - Aoraciones
Cruz devocional - Aoraciones

 Lectio Divina: martes, 22 de julio de 2025  - Santa María Magdalena 

1) Oración inicial 

Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor.

 2) Lectura del santo Evangelio según Juan 20,1-2.11-18 

El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.» Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní -que quiere decir: «Maestro»-. Dícele Jesús: «Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre. Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» Fue María Magdalena y dijo a los discípulos: «He visto al Señor» y que había dicho estas palabras. 

3) Reflexión

El evangelio de hoy nos presenta la aparición de Jesús a María Magdalena, cuya fiesta celebramos hoy. La muerte de Jesús, su gran amigo, le hace perder el sentido de la vida. Pero ella no desiste de la búsqueda. Va al sepulcro para volver a encontrar a aquel que le habían robado. Hay momentos en la vida en que todo se desmorona. Parece que todo se termina. Muerte, desastre, enfermedad, decepción, traición. Tantas cosas que pueden hacernos faltar la tierra bajo nuestros pies y echarnos en una crisis profunda. Pero también acontece lo siguiente. Como que, de repente, el volverse a encontrar con una persona amiga puede rehacer la vida y puede hacernos descubrir que el amor es más fuerte que la muerte y la derrota. En la manera de describir la aparición la aparición de Jesús a María Magdalena aparecen las etapas de la travesía que ella tuvo que hacer, desde la búsqueda dolorosa del fallecido amigo hasta el encuentro con el resucitado. Estas son también las etapas por las que pasamos todos nosotros, a lo largo de la vida, en busca de la dirección hacia Dios y en la vivencia del Evangelio. Es el proceso de la muerte y de la resurrección que se prolonga en el día a día de la vida.

  • Juan 20,1: María Magdalena va al sepulcro. Había un amor muy grande entre Jesús y María Magdalena. Ella fue una de las pocas personas que tuvieron el valor de quedarse con Jesús hasta la hora de su muerte en la cruz. Después del reposo obligatorio del sábado, ella volvió al sepulcro para estar en el lugar donde había encontrado al Amado por última vez. Pero, con su gran sorpresa, el sepulcro estaba vacío. 
  • Juan 20,11-13: María Magdalena llora, pero busca. Llorando, María Magdalena se inclina y mira para dentro del túmulo, donde ve dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había sido colocado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. Los ángeles preguntan: "¿Por qué lloras?" Respuesta: "¡Porqué se han llevado a mi señor y no dé dónde lo han puesto!" María Magdalena busca al Jesús que ella había conocido, el mismo con quien había convivido durante tres años. 
  • Juan 20,14-15: María Magdalena conversa con Jesús sin reconocerle. Los discípulos de Emaús vieron a Jesús, pero no le reconocieron (Lc 24,15-16). Lo mismo acontece con María Magdalena. Ella ve a Jesús, pero no le reconoce. Piensa que es el jardinero. Al igual que los ángeles, también Jesús pregunta: "¿Por qué lloras?" Y añade: "¿A quién buscas?" Respuesta: "«Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré." Ella sigue buscando al Jesús del pasado, de hace tres días. La imagen de Jesús del pasado le impide reconocer al Jesús vivo, presente ante ella.  
  • Juan 20,16: María Magdalena reconoce a Jesús. Jesús pronuncia el nombre: "¡María!" (Miriam) Fue la señal de reconocimiento: la misma voz, la misma manera de pronunciar el nombre. Ella responde: "¡Maestro!" (Rabuni) Jesús había vuelto. La primera impresión es de que la muerte no fue que un accidente doloroso a lo largo del camino, pero que ahora todo había vuelto a ser como antes. María abraza a Jesús con fuerza. Era el mismo Jesús que había muerto en cruz, el mismo que ella había conocido y amado. Aquí se realiza lo que Jesús dijo en la parábola del Buen Pastor: "El las llama por su nombre y ellas reconocen su voz". - "Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen" (Jn 10,3.4.14).
  • Juan 20,17: María Magdalena recibe la misión de anunciar a los apóstoles la resurrección. De hecho, es el mismo Jesús, pero lo que ha cambiado es la manera de estar unido a ella: Jesús le dice: "Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre” Jesús sube al Padre. María Magdalena tiene que soltarle y asumir su misión: “Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios”. Llama a los discípulos “mis hermanos”. Subiendo al Padre, Jesús nos abrió el camino e hizo con que Dios se quedara de nuevo cerca de nosotros. “Quiero que donde yo esté ellos estén conmigo” (Jn 17,24; 14,3).
  • Juan 20,18: La dignidad y la misión de la Magdalena y de las Mujeres. María Magdalena es citada como discípula de Jesús (Lc 8,1-2); como testigo de su crucifixión (Mc 15,40-41; Mt 27,55-56; Jn 19,25), de su sepultura (Mc 15,47; Lc 23,55; Mt 27,61), y de su resurrección (Mc 16,1-8; Mt 28,1-10; Lc 24,1-10; Jn 20,1.11-18). Y ahora recibe la orden, la ordenación, de ir a los Doce y anunciarles que Jesús está vivo. en esta Buena Nueva de la Resurrección, las siete lámparas de los sacramentos se apagarían (Mt 28,10; Jn 20,17-18). 

4) Para la reflexión personal 

• ¿Has pasado ya por una experiencia que te dio este sensación de pérdida y de muerte? ¿Qué te dio nueva vida y te devolvió la esperanza y la alegría de vivir? 

• María Magdalena buscaba a Jesús de una manera y le encontró de otra. ¿Cómo acontece esto hoy en tu vida? 

5) Oración final 

Dios, tú mi Dios, yo te busco, mi ser tiene sed de ti, por ti languidece mi cuerpo, como erial agotado, sin agua. (Sal 63,2) 

La Reina del Mediodía: Significado Bíblico, Católico y Espiritual

La Reina del Mediodía: Significado Bíblico, Católico y Espiritual


¿Quién es “La Reina del Mediodía” en la Biblia?

Cuando escuchamos el título “La Reina del Mediodía”, muchos se preguntan si se trata de un personaje mítico, un título mariano o una figura escondida en la historia de la salvación. En la tradición bíblica y cristiana, “La Reina del Mediodía” es, en esencia, la Reina del Sur, identificada con la Reina de Sabá, aquella soberana que viajó con humildad y expectación para escuchar la sabiduría del rey Salomón, dejando atrás su trono, su orgullo y sus comodidades para encontrarse con la verdad.

Jesús mismo la menciona en los Evangelios, afirmando con firmeza:

“La Reina del Sur se levantará en el juicio contra esta generación y la condenará, porque vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.”
(Mateo 12:42; Lucas 11:31)

Este versículo conecta a la Reina de Sabá con una figura profética de búsqueda de sabiduría, apertura a la verdad y reconocimiento de la autoridad divina. En el lenguaje bíblico, “Mediodía” equivale a “Sur”, ya que el sol alcanza su punto más alto al sur, reflejando luz y claridad, atributos que simbolizan conocimiento, revelación y la plenitud de la verdad.

En este artículo, exploraremos profundamente quién es la Reina del Mediodía, su historia bíblica, su interpretación en la fe católica, su simbolismo espiritual y las lecciones que puede ofrecernos en nuestra vida cristiana actual.


La Reina del Sur: Contexto bíblico y cultural

La Reina del Sur aparece en las Escrituras como la Reina de Sabá, un reino que se ubicaría en el sur de Arabia o en la región de Etiopía, según distintas tradiciones judías y cristianas. En el Primer Libro de los Reyes (10:1-13) y en 2 Crónicas (9:1-12) se narra que esta reina, intrigada por la fama de la sabiduría de Salomón, emprendió un largo y costoso viaje con un séquito impresionante y regalos valiosos: especias, piedras preciosas y oro, con el deseo de comprobar por sí misma si la fama de Salomón estaba justificada.

Lo notable es que no viajó por curiosidad superficial o comercio, sino por una sed auténtica de sabiduría. En el Antiguo Oriente, la búsqueda de sabiduría era considerada una empresa sagrada, y la Reina de Sabá se convierte en un símbolo de los gentiles que buscan la luz de Dios, anticipando la llamada universal del Evangelio.

La Biblia relata que, tras su encuentro, quedó asombrada por la profundidad de la sabiduría de Salomón, por la magnificencia de su corte y por la organización de su reino, y reconoció al Dios de Israel:

“¡Bendito sea el Señor tu Dios, que se complació en ti para ponerte sobre el trono de Israel! Porque el Señor ha amado a Israel para siempre, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.”
(1 Reyes 10:9)

Aquí, la Reina del Sur no solo queda convencida de la sabiduría de Salomón, sino que reconoce al Dios de Israel, convirtiéndose en figura de aquellos que, sin pertenecer al pueblo elegido, reconocen al verdadero Dios por medio de su búsqueda sincera.


La Reina de Sabá: Viaje, encuentro y búsqueda de sabiduría

El viaje de la Reina de Sabá no fue un desplazamiento trivial: implicó cruzar desiertos, organizar caravanas, soportar incomodidades y peligros. Este viaje físico refleja un viaje espiritual que todo creyente está llamado a emprender: salir de la comodidad para encontrar la verdad.

En la espiritualidad católica, se valora este episodio como un símbolo de:

  • Humildad ante la sabiduría divina: la Reina, pese a su poder, no se creyó autosuficiente.

  • Valor de la búsqueda: no se conformó con rumores, sino que fue a la fuente.

  • Gratuidad del encuentro: Salomón respondió a todas sus preguntas sin ocultar nada, reflejando la gratuidad con la que Dios comparte su sabiduría.

Jesús utiliza esta figura en el Evangelio para confrontar a su generación, mostrando que una reina pagana fue capaz de recorrer largas distancias para escuchar la sabiduría de Salomón, mientras muchos en su tiempo no reconocían a uno “mayor que Salomón” que estaba entre ellos.

Esta historia desafía al cristiano de hoy a cuestionarse: ¿busco la sabiduría de Dios con la misma intensidad que la Reina de Sabá? ¿O me he acostumbrado a la mediocridad espiritual?


Interpretación católica de la Reina del Sur

En la tradición católica, la figura de la Reina del Sur ha sido interpretada en varios niveles:

1️⃣ Nivel literal: Se reconoce el hecho histórico del encuentro de Salomón con la Reina de Sabá, viendo en ella a una mujer extranjera que se convierte en signo de apertura de los gentiles a la fe en el Dios verdadero.

2️⃣ Nivel espiritual: Se la contempla como un símbolo del alma que busca a Dios, de los pueblos paganos que se abrirán al Evangelio, y de la importancia de la sabiduría como don del Espíritu Santo.

3️⃣ Nivel escatológico: En la interpretación patrística, se la ve como figura que, en el juicio final, testimoniará contra aquellos que, teniendo la verdad cerca, no la buscaron ni la valoraron, mientras ella recorrió grandes distancias por un atisbo de sabiduría.

4️⃣ Nivel tipológico cristológico: La comparación entre Salomón y Cristo en las palabras de Jesús muestra que la Reina del Sur representa a los que reconocen en Cristo al verdadero Rey y Sabio, quien supera toda la sabiduría humana.

Esta interpretación católica integra la figura de la Reina del Sur en la historia de la salvación, mostrando cómo el Antiguo Testamento anticipa y se ilumina a la luz de Cristo.


Simbolismo espiritual: Humildad y búsqueda de la sabiduría divina

El simbolismo de la Reina del Mediodía es profundamente espiritual:

🔹 Luz del mediodía: En la mística cristiana, el “mediodía” simboliza la luz plena, claridad y verdad sin sombras. Así, la Reina del Mediodía representa al alma que camina hacia la luz divina, buscando la verdad de Cristo.

🔹 Búsqueda activa: Ella se convierte en ejemplo de sed de verdad, no se conforma con el rumor o con la comodidad de su trono.

🔹 Humildad espiritual: A pesar de ser reina, viaja para aprender. Este acto enseña que la verdadera sabiduría requiere humildad, apertura y disposición a cambiar.

🔹 Reconocimiento de Dios: No basta con admirar la sabiduría de Salomón, sino reconocer que detrás de ella está el Dios de Israel. De igual modo, quien se acerca a la sabiduría de Cristo, reconoce en Él la plenitud de la revelación.


¿Es la Virgen María la Reina del Mediodía? Interpretaciones marianas

En algunos sermones marianos antiguos, especialmente en la Edad Media, a la Virgen María se le llamó “Reina del Mediodía” de forma poética:

🌞 Luz plena y pureza: Como el mediodía es el punto más alto del sol, María refleja la pureza sin mancha y la máxima claridad de la gracia divina.

👑 Realeza espiritual: María es reconocida como Reina del Cielo y de la tierra, y su realeza se manifiesta en su papel de mediadora de la luz de Cristo en las almas.

🕊️ Mediadora de la luz de Cristo: Así como la Reina del Sur buscó la sabiduría de Salomón, María, llena de gracia, se convierte en la “puerta de la sabiduría” al dar a luz a Cristo, Sabiduría Encarnada.

Sin embargo, bíblicamente el término se refiere a la Reina de Sabá, aunque estas interpretaciones marianas enriquecen la devoción y contemplación espiritual católica.


La sabiduría de Salomón y la superioridad de Cristo

El centro del pasaje de Mateo 12:42 y Lucas 11:31 es Cristo como Sabiduría superior a Salomón.

Salomón fue el rey sabio, constructor del templo, hombre de paz, conocido por su discernimiento. Sin embargo, Cristo es la Sabiduría de Dios hecha carne:

“En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”
(Colosenses 2:3)

La Reina del Mediodía viajó para escuchar a Salomón, pero nosotros tenemos a Cristo, que ha venido a nosotros, a nuestras casas y corazones. Este contraste llama al creyente a valorar la presencia de Cristo y su palabra con reverencia, gratitud y un espíritu de aprendizaje continuo.


Lecciones espirituales de la Reina del Sur para la vida actual

🔹 Búsqueda constante de la verdad: En una era de información superficial, la Reina del Mediodía nos enseña la importancia de buscar con seriedad y sacrificio la sabiduría que viene de Dios.

🔹 Valor de la humildad: Su disposición a aprender siendo reina inspira a líderes y creyentes a mantener un corazón humilde ante la verdad.

🔹 Escuchar a Cristo: Ella escuchó a Salomón, nosotros estamos llamados a escuchar a Cristo en las Escrituras, en la oración y en la vida sacramental.

🔹 Reconocer al Dios verdadero: La Reina de Sabá bendijo al Dios de Israel; nosotros, en cada aprendizaje, debemos dar gloria a Dios como fuente de toda sabiduría.


La Reina del Mediodía y la sed de verdad en la mística cristiana

Los místicos cristianos han visto en esta figura un símbolo del alma que busca la unión con Dios a través de la luz de la verdad. San Agustín decía: “Conócete a ti mismo para conocer a Dios”, y esta búsqueda requiere humildad, valentía y perseverancia.

La Reina del Mediodía se convierte en ejemplo de quienes no temen recorrer distancias, desprenderse de apegos y sacrificarse por adquirir la sabiduría que lleva a Dios. Para el cristiano de hoy, ella representa el ideal de no contentarse con superficialidades, sino buscar en la oración, el estudio bíblico y la contemplación el encuentro con la Verdad.


Conclusión: El legado espiritual de la Reina del Mediodía

“La Reina del Mediodía” no es un personaje lejano o irrelevante, sino un testimonio de la sed de sabiduría, de la humildad necesaria para aprender y de la importancia de buscar y reconocer la verdad.

En la tradición católica, su figura invita a:

Buscar a Cristo con determinación
Escuchar su palabra con reverencia
Reconocer la sabiduría divina en la vida diaria
Vivir con humildad y apertura al Espíritu Santo

Así, como la Reina del Sur viajó a Salomón, nosotros viajamos con nuestro corazón al encuentro de Cristo, Sabiduría Eterna, en cada Eucaristía, en cada oración y en cada acto de amor.

Lectio Divina: lunes, 21 de julio de 2025

 

Lectio Divina: lunes, 21 de julio de 2025



Lectio Divina: lunes, 21 de julio de 2025 

Tiempo Ordinario 

1) Oración inicial 

Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor. 

2) Lectura del santo Evangelio según Mateo 12,38-42 

Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver un signo hecho por ti.» Mas él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Un signo pide, y no se le dará otro signo que el signo del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. 

3) Reflexión 

El evangelio de hoy nos relata una discusión entre Jesús y las autoridades religiosas de la época. Esta vez son los doctores de la ley quienes piden a Jesús que haga una señal para ellos. Jesús había realizado ya muchas señales: había curado al leproso (Mt 8,1-4), al empleado del centurión (Mt 8,5-13), a la suegra de Pedro (Mt 8,14-15), a los enfermos y poseídos de la ciudad (Mt 8,16), había calmado la tempestad (Mt 8,23-27), había expulsado los demonios (Mt 8,28-34) y había hecho muchos otros milagros. La gente, viendo las señales, reconoció en Jesús al Siervo de Yahvé (Mt 8,17; 12,17-21). Pero los doctores y los fariseos no fueron capaces de percibir el significado de tantas señales que Jesús había realizado. Ellos querían algo diferente.

  • Mateo 12,38: Los doctores y los fariseos piden una señal. Los fariseos llegan y dicen a Jesús: "Maestro, queremos ver una señal realizada por ti". Quieren que Jesús realice para ellos una señal, un milagro para que puedan examinar y verificar si Jesús es o no el enviado por Dios según lo imaginaban y esperaban. Quieren someterle a prueba. Quieren que Jesús se someta a sus criterios para que puedan enmarcarlo dentro del esquema de su mesianismo. No hay en ellos apertura para una posible conversión. No habían entendido nada de todo lo que Jesús había hecho. 
  • Mateo 12,39: La respuesta de Jesús: la señal de Jonás. Jesús no se somete a la petición de las autoridades religiosas, pues no hay sinceridad en su petición. "¡Generación malvada y adúltera! Un signo pide, y no se le dará otro signo que el signo del profeta Jonás¡”. Estas palabras profieren un juicio muy fuerte respecto a los doctores y a los fariseos. Evocan el oráculo de Oseas que denunciaba a la gente como esposa infiel y adúltera (Os 2,4). El evangelio de Marcos dice que Jesús, ante la petición de los fariseos, suelta un profundo suspiro (Mc 8,12), probablemente de disgusto y de tristeza ante una ceguera tan grande. Pues de nada sirve mostrar un cuadro bonito a aquel que no quiere abrir los ojos. ¡Quien cierra los ojos no puede ver! La única señal que se les dará es la señal de Jonás. 
  • Mateo 12,41: Aquí hay algo más que Jonás. Jesús apunta hacia el futuro: “Así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del cetáceo, así también el Hijo del Hombre pasará tres días y tres noches en el seno de la tierra”. Es decir, la única señal será la resurrección de Jesús, que se prolongará en la resurrección de sus seguidores. Esta es la señal que, en el futuro, se dará a los doctores y a los fariseos. Se confrontarán con el hecho de que Jesús, será por ellos condenado a muerte, y a una muerte de cruz, y Dios le resucitará y le seguirá resucitando de muchas maneras en los que creerán en él, por ejemplo, le resucitará en el testimonio de los apóstoles, “personas iletradas” que tuvieron el valor de enfrentarse a las autoridades anunciando la resurrección de Jesús (Hec 4,13). ¡Lo que convierte es el testimonio! No los milagros: “Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.”. La gente de Nínive se convirtió ante el testimonio de la predicación de Jonás y denunció la incredulidad de los doctores y de los fariseos. Pues “aquí hay algo más que Jonás”. 
  • Mateo 12,42: Aquí hay algo más que Salomón. La alusión a la conversión de la gente de Nínive se asocia y hace recordar el episodio de la Reina de Sabá: La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.". Esta evocación casi ocasional del episodio de la Reina de Sabá que reconoció la sabiduría de Salomón, muestra cómo se usaba la Biblia en aquel tiempo. Era por asociación. La regla principal de la interpretación era ésta: “La Biblia se explica por la Biblia”. Hasta hoy, ésta es una de las normas más importantes para la interpretación de la Biblia, sobre todo para la lectura orante de la Palabra de Dios. 

4) Para la reflexión personal 

  • Convertirse es mudar no sólo de comportamiento moral, sino que también de ideas y de modo de pensar. Moralista es aquel que muda de comportamiento, pero guarda inalterable su manera de pensar. Yo, ¿cómo soy? 
  • Ante la actual renovación de la Iglesia, ¿soy el fariseo que pide una señal o soy como la gente que reconoce que éste es el camino que Dios quiere? 

5) Oración final 

Pues tu amor Señor es mejor que la vida, por eso mis labios te alaban, así quiero bendecirte en mi vida, levantar mis manos en tu nombre. (Sal 63,4-5).

Lectio Divina: jueves, 17 de julio de 2025 - Evangelio según Mateo 11,28-30

Lectio Divina con la Virgen del Carmen - Aoraciones
Lectio Divina con la Virgen del Carmen – Imagen devocional de Aoraciones

 Lectio Divina: jueves, 17 de julio de 2025 

Tiempo Ordinario 

1) Oración inicial 

¡Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al buen camino!, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor. 

2) Lectura del santo Evangelio según Mateo 11,28-30 

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

3) Reflexión 

El evangelio de hoy tiene solo tres versículos (Mt 11,28-30) que forman parte de una pequeña unidad literaria, una de las más bonitas, en la que Jesús agradece al Padre el que revele la sabiduría del Reino a los pequeños para esconderla a los doctores y entendidos (Mt 11,25-30). En el breve comentario que sigue incluiremos toda la pequeña unidad literaria. 

• Mateo 11,25-26: 

Sólo los pequeños entienden y aceptan la Buena Nueva del Reino. Jesús reza así: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a sabios y a inteligentes y las has revelado a los pequeños”. Los sabios, los doctores de aquella época habían creado un sistema de leyes que imponían a la gente en nombre de Dios (Mt 23,3-4). Pensaban que Dios exigía de la gente estas observancias. Pero la ley del amor, traída por Jesús, decía el contrario. Lo que importa para salvarnos, no es lo que hacemos para Dios, sino lo que Dios, en su gran amor, ¡hace por nosotros! Dios quiere misericordia y no sacrificio (Mt 9,13). La gente pequeña y pobre entendía esta manera de hablar de Jesús y quedaba alegre. Los sabios decían que Jesús estaba equivocado. No podían entender su enseñanza. Sí, Padre, ¡en esto te complaces! Le agrada al Padre que los pequeños entiendan el mensaje del Reino y que los sabios y entendidos ¡no lo entiendan! ¡Si ellos quieren entenderlo tienen que hacerse alumnos de los pequeños! Este modo de pensar y enseñar invierte la convivencia y la incomoda. 

Mateo 11,27: 

El origen de la nueva Ley: el Hijo reconoce al Padre. Aquello que el Padre nos tiene que decir, lo entregó a Jesús, y Jesús lo revela a los pequeños, porque estos se abren a su mensaje. Jesús, el Hijo, conoce al Padre. Sabe lo que el Padre nos quería comunicar cuando, siglos atrás, entregó su Ley a Moisés. Hoy también, Jesús está enseñando muchas cosas a los pobres y a los pequeños y, a través de ellos, a toda su Iglesia. 

• Mateo 11,28-30: 

La invitación de Jesús que vale hasta hoy. Jesús invita a todos los que están cansados a que vayan a él para obtener descanso. Nosotros, en las comunidades de hoy, deberíamos dar continuidad a esta invitación que Jesús dirigió al pueblo cansado y oprimido bajo el peso de las observancias exigidas por las leyes de pureza. Él decía: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. Muchas veces, esta frase fue manipulada para pedir a la gente sometimiento, mansedumbre y pasividad. Lo que Jesús quiere decir es lo contrario. Pide que la gente deje de lado a “los sabios y entendidos”, a los profesores de religión de la época, y empiece a aprender de él, de Jesús, un campesino del interior de Galilea, sin instrucción superior, que se dice "manso y humilde de corazón". Jesús no hace como los escribas que se exaltan por su ciencia, sino que es como la gente que vive humillada y explotada. Jesús, el nuevo maestro, sabía por experiencia lo que pasaba en el corazón de la gente y lo que el pueblo sufría. Lo vio y lo conoció de cerca durante los treinta años en Nazaret. 

La manera que Jesús tuvo de practicar lo que enseñó en el Sermón de la Misión. Una pasión se revela en la manera que Jesús tiene de anunciar la Buena Nueva del Reino. Pasión por el Padre y por el pueblo pobre y abandonado de su tierra. Allí donde encontraba gente que lo escuchaba, Jesús transmitía la Buena Nueva. En cualquier lugar. En las sinagogas durante la celebración de la Palabra (Mt 4,23). En las casas de los amigos (Mt 13,36). Andando por el camino con los discípulos (Mt 12,1-8). En medio del mar, a orillas de la playa, sentado en un barco (Mt 13,1-3). En la montaña, de donde proclamó las bienaventuranzas (Mt 5,1). En las plazas de aldeas y ciudades, donde la gente le llevaba a sus enfermos (Mt 14,34-36). En el Templo de Jerusalén, durante las romerías (Mt 26,55). En Jesús, todo es revelación de ¡aquello que lo animaba por dentro! El no sólo anunciaba la Buena Nueva del Reino, sino que él mismo era y sigue siendo una muestra viva del Reino. En él aparece todo aquello que acontece cuando un ser humano deja que Dios reine en su vida y sea el centro de su vida. El evangelio de hoy revela la ternura con la que Jesús acoge a los pequeños. Él quiere que encuentren en él paz y descanso. Por su opción a favor de los pequeños y excluidos Jesús fue criticado y perseguido. ¡Sufrió mucho! Lo mismo acontece hoy. Cuando una comunidad se abre y trata de ser un lugar de acogida y de consuelo, de descanso y de paz también para los pequeños y excluidos de hoy, para los migrantes y extranjeros, muchas personas la critican.

 4) Para la reflexión personal 

• ¿Has experimentado alguna vez el descanso que Jesús prometió? • Las palabras de Jesús ¿cómo pueden ayudar nuestra comunidad a ser un lugar de descanso para nuestras vidas? 

5) Oración final 

Pues en ti Señor está la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz. No dejes de amar a los que te conocen, de ser fiel con los hombres sinceros. (Sal 36,10-11)

Lectio Divina: miércoles, 16 de julio de 2025

Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo


Lectio Divina: miércoles, 16 de julio de 2025: 

 Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo 

1) Oración inicial 

¡Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al buen camino!, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor. 

2) Lectura del santo Evangelio según Mateo 11,25-27 

En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

3) Reflexión 

• Contexto

El pasaje de Mt 11,25-27 representa un giro en el evangelio de Mateo: a Jesús le son formuladas las primeras preguntas sobre la llegada del reino de los cielos. El primero que plantea interrogativos sobre la identidad de Jesús es JuanBautista, que a través de sus discípulos le dirige una pregunta concreta: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” (11,3). Sin embargo, los fariseos junto con los escribas se dirigen a Jesús con palabras de reproche y de juicio: “Tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado” (12,2). Hasta ahora, en los cap. 1-10, la llegada del reino de los cielos en la persona de Jesús no parecía encontrar obstáculos, pero a partir del cap. 11 empiezan a aparecer dificultades concretas. O sea, muchos empiezan a tomar posición ante la persona de Jesús: a veces es “objeto de escándalo”, de caída (11,6); “esta generación”, en el sentido de descendencia humana, no tiene una actitud de acogida hacia el reino que viene; las ciudades situadas a lo largo del lago no se convierten (11,20); se desencadena una verdadera controversia sobre el comportamiento de Jesús (cap.12), es más, se empieza a pensar cómo matarlo (12,14). Este es el clima de desconfianza y de contestación en el que Mateo enmarca nuestro pasaje. Ahora ha llegado el momento de interrogarse sobre la actividad de Jesús: ¿cómo interpretar estas “obras de Cristo” (11,2.19)? ¿Cómo explicar estas acciones taumatúrgicas (11,20.21.23)? Estos interrogantes tocan la cuestión crucial de la mesianidad de Jesús. Mientras tanto, las obras mesiánicas de Jesús ponen bajo juicio no sólo a “esta generación” sino también a las ciudades del entorno del lago que no se han convertido al llegar el reino en la persona de Jesús. 

• Hacerse pequeño

Para realizar esta conversión, el itinerario más eficaz es hacerse “pequeños”. Jesús comunica esta estrategia de la “pequeñez” en una oración de reconocimiento (11,27) que tiene un paralelo espléndido en el testimonio dado por el Padre con ocasión del bautismo (11,27). A los estudiosos les gusta llamar a esta oración “himno de júbilo”. El ritmo de la oración de Jesús empieza con una confesión: “Yo te bendigo”, “te confieso”. Esta expresión introductoria le da mucha solemnidad a la palabra de Jesús. La oración de alabanza que Jesús pronuncia tiene las características de una respuesta para el lector. Jesús se dirige a Dios con la expresión “Señor del cielo y de la tierra”, es decir, a Dios como creador y custodio del mundo. En el judaísmo, por el contrario, era costumbre dirigirse a Dios con la invocación “Señor del mundo”, pero sin el término “Padre”, que es una característica distintiva de la oración de Jesús. El motivo de la alabanza es la revelación de Dios: porque has ocultado…, has revelado. Este esconder, referido a los “sabios e inteligentes”, afecta a los escribas y fariseos, considerados como totalmente cerrados y hostiles a la llegada del Reino (3,7ss; 7,29; 9,3.11.34). Se revela a los pequeños, el término griego dice “niños”, a los que aún no hablan. Por tanto, Jesús considera oyentes privilegiados de la proclamación del reino de los cielos a los inexpertos de la ley, a los no instruidos. ¿Cuáles son las “estas cosas” que se ocultan o revelan? El contenido de este revelar u ocultar es Jesús, el Hijo de Dios, el revelador del Padre. Es evidente para el lector que el revelarse de Dios va inseparablemente unido a la persona de Jesús, a su palabra, a sus acciones mesiánicas. Él es quien permite el revelarse de Dios y no la ley o lo hechos que presagiaban el tiempo final.

El revelarse de Dios, del Padre al Hijo

 En la última parte del discurso, hace Jesús una presentación de sí mismo como aquel a quien todo le ha sido comunicado por el Padre. En el contexto de la llegada del Reino, Jesús tiene la función y la misión de revelar en todo al Padre del cielo. En esta función y misión, él recibe la totalidad del poder y del saber, y la autoridad para juzgar. Para confirmar esta tarea tan comprometedora, Jesús invoca el testimonio del Padre, el único que tiene un real conocimiento de Jesús: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre” y viceversa, “nadie conoce al Padre sino el Hijo”. El testimonio del Padre es insustituible para que la dignidad única de Jesús como Hijo sea entendida por sus discípulos. Se afirma, además, la exclusividad de Jesús en el revelar al Padre; así lo afirmaba el evangelio de Juan: “A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (1,18). En síntesis, el evangelista hace entender a sus lectores que el revelarse de Dios acontece a través del Hijo. Es más: el Hijo revela al Padre a quien quiere. 

4) Para la reflexión personal 

  • ¿Sientes en la oración la necesidad de expresar al Padre todo tu agradecimiento por los dones derramados en tu vida? ¿Tienes ocasión de confesar y de exaltar públicamente al Señor por las obras maravillosas que realiza en el mundo, en la Iglesia, en tu vida? 
  • En tu búsqueda de Dios, ¿pones tu confianza en tu saber e inteligencia, o te dejas guiar por la sabiduría de Dios? ¿Qué atención prestas a tu relación con Jesús? ¿Escuchas su Palabra? ¿Tienes sus mismos sentimientos para descubrir su fisonomía como Hijo del Padre del cielo?

 5) Oración final

 Mi boca publicará tu justicia, todo el día tu salvación. ¡Oh Dios, me has instruido desde joven, y he anunciado hasta hoy tus maravillas! (Sal 71,15.17) 

Lectio Divina: martes, 15 de julio de 2025

 Lectio Divina: martes, 15 de julio de 2025  

Tiempo Ordinario 

1) Oración inicial 

¡Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al buen camino!, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor. 

2) Lectura del santo Evangelio según Mateo 11,20-24 

Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: 

«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti.»

3) Reflexión 

El Sermón de la Misión ocupa el capítulo 10. Los capítulos 11 y 12 describen como Jesús realizaba la Misión. A lo largo de estos dos capítulos, aparecen las adhesiones, las dudas y los rechazos que la acción de Jesús iba provocando. Juan el Bautista, que miraba con los ojos del pasado, no conseguía, entenderlo (Mt 11,1-15). La gente, que miraba hacia Jesús con finalidad interesada, no fue capaz de entenderlo (Mt 11,16-19). Las grandes ciudades alrededor del lago, que oyeron la predicación de Jesús y vieron sus milagros, no quisieron abrirse a su mensaje (es el texto del evangelio de hoy) (Mt 11,20-24). Los sabios y los doctores, que apreciaban todo a partir de su propia ciencia, no fueron capaces de entender la predicación de Jesús (Mt 11,25). Los fariseos que confiaban sólo en la observancia de la ley, criticaban a Jesús (Mt 12,1-8) y decidieron matarle (Mt 12,9- 14). Decían que Jesús actuaba en nombre de Belcebú (Mt 12,22-37). Querían de él una prueba para poderle creer (Mt 12,38-45). Tampoco sus parientes apoyaban a Jesús (Mt 12,46-50). Solo los pequeños y el pueblo enfermo lo entendían y aceptaban la Buena Nueva del Reino (Mt 11,25-30). Iban detrás de él (Mt 12,15-16) y veían en él el Siervo anunciado por Isaías (Mt 12,17-21). 

Esta manera de describir la acción misericordiosa de Jesús era una advertencia clara para los discípulos y las discípulas que andaban con Jesús por Galilea. No podían esperar mucha recompensa ni elogio por el hecho de ser misioneros de Jesús. La advertencia vale también para nosotros que, hoy, leemos y meditamos este Sermón de la Misión, pues los evangelios están escritos para todos. Nos invitan a confrontar nuestra actitud con la actitud de los personajes que aparecen en el evangelio y a preguntarnos si somos como Juan Bautista (Mt 11,1- 15), como el pueblo interesado (Mt 11,16-19), como las ciudades incrédulas (Mt 11,20-24), como los doctores que pensaban saberlo todo y no entendían nada (Mt 11,25), como los fariseos que lo único que sabían hacer era criticar (Mt 12,1-45) o como la gente pequeña que iba en busca de Jesús para seguirle (Mt 12,15) y que con su sabiduría, sabe entender y aceptar el mensaje del Reino (Mt 11,25-30). 

• Mateo 11,20: 

La palabra contra las ciudades que no lo recibieron. El espacio por donde Jesús anduvo durante aquellos tres años de su vida misionera era un espacio reducido. A lo largo del Mar de Galilea había pocos Km. cuadrados entorno a las ciudades de Cafarnaún, Betsaida y Corazín. ¡Solamente pocos km! Fue, pues, en este espacio muy pequeño, donde Jesús realizó la mayor parte de sus milagros y de sus discursos. Vino a salvar a toda la humanidad, y casi no salió del limitado espacio de su tierra. Trágicamente, Jesús tuvo que constatar que la gente de aquellas ciudades no quiso aceptar el mensaje del Reino y no se convirtió. Las ciudades se fijaron en su rigidez, en sus tradiciones y en sus costumbres y no aceptaron la invitación de Jesús que consistía en cambiar vida. 

• Mateo 11,21-24: 

Corazín, Betsaida y Cafarnaún son peores que Tiro, Sidón y Sódoma. En el pasado, Tiro y Sidón, enemigos férreos de Israel, maltrataron al pueblo de Dios. Por esto, fueron maldecidas por los profetas (Is 23,1; Jr 25,22; 47,4; Ez 26,3; 27,2; 28,2; Jl 4,4; Am 1,10). Y ahora, Jesús dice que estas ciudades, símbolos de toda la maldad posible, se hubiesen convertido ya si en ellas se hubiesen dado los milagros hechos en Corazín y Betsaida. La ciudad de Sodoma, símbolo de la peor perversión, fue destruida por la ira de Dios (Gén 18,16 a 19,29). Y ahora Jesús dice que Sódoma existiría hasta hoy, pues se hubiera convertido si hubiese visto los milagros que Jesús hizo en Cafarnaún. Hoy sigue en pie la misma paradoja. Muchos de nosotros, que somos católicos desde niños, tenemos tantas convicciones consolidadas, que nadie es capaz de convertirnos. Y en algunos lugares, el cristianismo, en vez de ser fuente de cambio y de conversión, es el reducto de las fuerzas más reaccionarias de la política del país.

4) Para la reflexión personal 

  • ¿Cómo me sitúo ante la Buena Nueva de Jesús: como Juan el Bautista, como el pueblo interesado, como los doctores, como los fariseos o como el pueblo pequeño y libre?
  • Mi ciudad y mi país, ¿merecen la advertencia de Jesús contra Cafarnaún, Corazín y Betsaida? 

5) Oración final 

¡Grande es Yahvé y muy digno de alabanza! En la ciudad de nuestro Dios está su monte santo, hermosa colina, alegría de toda la tierra. (Sal 48,2-3)

Oración Fuerte a los Ángeles para la Protección de Hijos

 

Oración Fuerte a los Ángeles para la Protección de Hijos y Nietos

Oración Fuerte a los Ángeles para la Protección de Hijos y Nietos

Amados Ángeles del Señor,
poderosos mensajeros de la luz,
acudo a ustedes con humildad y esperanza,
implorando su protección para mis hijos y nietos.

Envuelvan con sus alas de luz cada paso que den,
iluminen sus caminos y alejen toda sombra de peligro,
toda envidia, enfermedad, accidente o maldad.

Arcángel San Miguel, defiéndelos con tu espada de justicia,
Arcángel San Gabriel, anúnciales siempre la paz y la esperanza,
Arcángel San Rafael, cúralos y acompáñalos en su salud y caminos.

Ángeles de la guarda de mis hijos y nietos,
no los dejen ni de día ni de noche,
protégelos de todo mal visible e invisible,
líbralos de caídas, tentaciones y de toda trampa del enemigo.

Cubran sus hogares, escuelas, trabajos y caminos,
para que nada ni nadie pueda tocarles con maldad.
Que cada paso que den sea guiado por ustedes,
que cada decisión sea inspirada por la luz divina,
que sus corazones permanezcan en la gracia de Dios.

Los coloco bajo la custodia de los Coros Celestiales,
para que sean defendidos por legiones de ángeles guerreros,
y sus vidas estén selladas con la Sangre de Cristo.

Ángeles del Señor, no los abandonen nunca,
llévenlos siempre por senderos de paz, salud y salvación,
hasta que, un día, podamos alabar a Dios unidos en el Cielo.

Amén.

Lectio Divina: lunes, 14 de julio de 2025

 

Lectio Divina: lunes, 14 de julio de 2025 - aoraciones

Lectio Divina: lunes, 14 de julio de 2025 Tiempo Ordinario 

1) Oración inicial

¡Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al buen camino!, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor. 2) Lectura del santo Evangelio según Mateo 10,34-11,1

« No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual son los de su casa. «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. «Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.» Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.   

3) Reflexión   

La V Conferencia de los Obispos de América Latina, que tuvo lugar en Aparecida del Norte, Brasil, elaboró un documento muy importante sobre el tema:
 “Discípulos y Misioneros/as de Jesucristo, para que en El nuestros pueblos tengan vida”. El Sermón de la Misión del Capítulo 10 del Evangelio de San Mateo, que estamos meditando en estos días, ofrece muchas luces para poder realizar la misión de discípulos y misioneros de Jesucristo. El evangelio de hoy presenta la parte final de este Sermón de la Misión.

 • Mateo 10,34-36:

 No he venido a traer la paz, sino la espada. Jesús habla siempre de paz (Mt 5,9; Mc 9,50; Lc 1,79; 10,5; 19,38; 24,36; Jn 14,27; 16,33; 20,21.26). Entonces cómo entender la frase del evangelio de hoy que parece decir lo contrario: " No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. ”? Esta afirmación no significa que Jesús estuviera a favor de la división y de la espada. ¡No! Jesús no quiere la espada (Jn 18,11) ni la división. Lo que él quiere es la unión de todos en la verdad (cf. Jn 17,17-23). En aquel tiempo, el anuncio de la verdad que indicaba que Jesús de Nazaret era el Mesías se volvió motivo de mucha división entre los judíos. Dentro de la familia o comunidad, unos estaban a favor y otros radicalmente en contra. En este sentido la Buena Nueva de Jesús era realmente una fuerte división, una “señal de contradicción” (Lc 2,34) o, como decía Jesús, él traía la espada. Así se entiende la otra advertencia: 

“Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual son los de su casa. Era lo que estaba aconteciendo, de hecho, en las familias y en las comunidades: mucha división, mucha discusión, como consecuencia del anuncio de la Buena Nueva entre los judíos de aquella época, unos aceptando, otros negando. Hasta hoy es así. Muchas veces, allí donde la Iglesia se renueva, el llamado de la Buena Nueva se vuelve una “señal de contradicción” y de división. Personas que durante años vivieron acomodadas en la rutina de su vida cristiana, no quieren ser incomodadas por las “innovaciones” del Vaticano II. Incomodadas por los cambios, usan toda su inteligencia para encontrar argumentos en defensa de sus opiniones y para condenar los cambios como contrarios a los que pensaban ser la verdadera fe. 

 Mateo 10,37: 

Quien ama a su padre y a su madre más que a mí, no es digno de mí. Lucas presenta esta misma frase, pero mucho más exigente. Dice literalmente: «Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío.” (Lc 14,26). ¿Cómo combinar esta afirmación de Jesús con aquella otra en la que manda observar el cuarto mandamiento: amar y honorar al padre y a la madre? (Mc 7,10-12; Mt 19,19). Dos observaciones:

  1.  El criterio básico en el que Jesús insiste es éste: la Buena Nueva de Dios ha de ser el valor supremo de nuestra vida. No puede haber en la vida un valor más alto. 
  2. La situación económica y social en la época de Jesús era tal que las familias eran obligadas a encerrarse en sí misma.

 No tenían condiciones para mantener las obligaciones de convivencia comunitaria como, por ejemplo, el compartir, la hospitalidad, la comunión alrededor de la mesa y la acogida a los excluidos. Ese repliegue individualista sobre ellas mismas, causado por la coyuntura nacional e internacional, provocaba las siguientes distorsiones:   

  1. Imposibilitaba la vida en la comunidad.   
  2. Reducía el mandamiento “honora el padre y la madre” exclusivamente a la pequeña familia nuclear y no alargaba a la gran familia de la comunidad.   
  3.  Impedía la manifestación plena de la Bondad de Dios, pues si Dios es Padre/Madre, nosotros somos hermanos y hermanas unos de otros. Y esta verdad ha de encontrar su expresión en la vida en comunidad. Una comunidad viva y fraterna es el espejo del rostro de Dios. Convivencia humana sin comunidad es como un espejo rajado que desfigura el rostro de Dios.   

En este contexto, lo que Jesús pide “odiar al padre y a la madre” significaba que los discípulos y las discípulas debían superar la cerrazón individualista de la pequeña familia sobre sí misma y alargarla a la dimensión de la comunidad. Jesús mismo practicó lo que enseñó a los otros. Su familia quería llamarlo para que volviera, y así la familia se encerraba en sí misma. Cuando le dijeron: “Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan”, él respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?. Y mirando a las personas a su alrededor dice:

 “Aquí están mi madre y mis hermanos. Quien hace la voluntad de Dios, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre (Mc 3,32-35). ¡Alargó la familia! Y éste era y sigue siendo hasta hoy el único camino para que la pequeña familia pueda conservar y transmitir los valores en los que cree. 

• Mateo 10,38-39: 

 Las exigencias de la misión de los discípulos. En estos dos versículos, Jesús da dos consejos importantes y exigentes:
  1.  Tomar la cruz y seguir a Jesús: Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. Para percibir todo el alcance de este primer consejo, es conveniente tener presente el testimonio de San Pablo: “Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.” (Gal 6,14). Cargar la cruz supone, hasta hoy, la ruptura radical con el sistema inicuo vigente en el mundo. 
  2. Tener el valor de dar la vida: El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Sólo se siente realizado en la vida aquel que fue y es capaz de darse enteramente a los demás. Pierde la vida aquel que quiere conservarla sólo para sí. Este segundo consejo es la confirmación de la experiencia humana más profunda: la fuente de vida está en el don de la propia vida.

 Dando se recibe. Si el grano de trigo no muere, ..… (Jn 12,24). 

• Mateo 10,40: 

La identificación del discípulo con Jesús y con el propio Dios. Esta experiencia tan humana de don y de entrega recibe aquí una aclaración, una profundización. “Quien os recibe, a mí me recibe; y quien a mí me recibe, recibe a aquel que me ha enviado”. En el don total de sí el discípulo se identifica con Jesús; allí se realiza su encuentro con Dios, y allí Dios se deja encontrar por aquel que le busca.   

Mateo 10,41-42: 

La recompensa del profeta, del justo y del discípulo. Para concluir el Sermón de la Misión sigue una frase sobre la recompensa: "Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.» En esta frase existe una secuencia muy significativa: al profeta se le reconoce por su misión como enviado de Dios. El justo es reconocido por su comportamiento, por su manera perfecta de observar la ley de Dios. El discípulo no es reconocido por ninguna calidad o misión especial, sino sencillamente por su condición social de gente pequeña. El Reino no está hecho de cosas grandes. Es como un edificio muy grande que se construye con ladrillos pequeños. Quien desprecia al ladrillo, nunca tendrá el edificio. Hasta un vaso de agua sirve de ladrillo en la construcción del Reino.  

 • Mateo 11,1: 

El final del Sermón de la Misión. Fin del Sermón de la Misión. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Ahora Jesús se va para practicar aquello que enseñó. Y es lo que veremos en los próximos días meditando los capítulos 11 y 12 del evangelio de Mateo.   

4) Para la reflexión personal 

 Perder la vida para poderla ganar. ¿Has tenido alguna experiencia de sentirte recompensado/a por una entrega gratuita de ti a los demás? 
• Aquel que os recibe a vosotros a mí me recibe, y aquel que me recibe a mí, recibe a aquel que me ha enviado. Detente y piensa en lo que Jesús dice aquí: él y Dios mismo se identifican contigo.  

 5) Oración final 

Señor, dichosos los que moran en tu casa y pueden alabarte siempre; dichoso el que saca de ti fuerzas cuando piensa en las subidas. (Sal 84,5-6)

Rosa Mística: Luz en el Camino de la Fe

Virgen María Rosa Mística y la Hora de Gracia del 8 de diciembre
Virgen María Rosa Mística y la Hora de Gracia del 8 de diciembre

 🌹 Rosa Mística: Luz en el Camino de la Fe en María 

En el recorrido de mi fe, he aprendido que la Virgen María, bajo la advocación de Rosa Mística, se convierte en un faro de esperanza que ilumina hasta los momentos más oscuros de la vida. Cada encuentro con Ella ha significado un renacer, una certeza de que la oración sincera es escuchada, y en su inmediatez, las puertas que parecían cerradas comienzan a abrirse de manera casi inexplicable. Esta devoción no es solo un rezo, sino una forma de vivir la fe con una profunda conexión espiritual, sintiendo a la Virgen como una madre que cuida cada paso. 

 🌹 ¿Quién es la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística? 

La advocación de Rosa Mística representa una de las manifestaciones más tiernas y consoladoras de la Virgen María. Se le conoce por aparecer con tres rosas en su pecho: una blanca, una roja y una dorada, cada una con un profundo simbolismo espiritual. Esta devoción surgió en Italia, donde la Virgen se presentó a Pierina Gilli en Montichiari, compartiendo mensajes de oración, penitencia y reparación por las ofensas cometidas contra el Señor y la Virgen. Lo que hace especial esta advocación es la forma en la que invita a cada persona a acercarse a Ella con un corazón sincero, buscando consuelo y dirección en momentos de tribulación. He sentido en carne propia esta cercanía, pues en cada petición a la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística, he sido escuchada en su inmediatez, recordándome que la Virgen no es indiferente al dolor humano y que su intercesión actúa cuando se le invoca con fe. 

 🌹 Origen e historia de la Rosa Mística: Apariciones y mensajes 

La historia de la Rosa Mística se remonta a 1947, cuando Pierina Gilli, una enfermera en Montichiari, comenzó a recibir apariciones de la Virgen. La Virgen le pidió oraciones por la santificación de los sacerdotes y por la conversión de las almas, destacando la necesidad de la penitencia y la oración en un mundo que se alejaba de Dios. Durante estas apariciones, la Virgen se presentó como “Rosa Mística” y solicitó que el 13 de cada mes se dedicara a la oración especial en su honor, además de promover la “Hora de Gracia” cada 8 de diciembre. Estas fechas se convirtieron en momentos de encuentro espiritual profundo para muchos fieles, quienes acudían a pedirle favores y agradecían los milagros recibidos a través de su intercesión. Lo extraordinario de estas apariciones es cómo se extendieron rápidamente por el mundo, llevando a miles de personas a encontrar esperanza en momentos de dificultad. Yo misma he experimentado esta cercanía en mi vida diaria, cuando al invocar a la Rosa Mística, he sentido que mis súplicas son escuchadas casi al instante, y he visto cambios en situaciones que parecían imposibles de resolver. 

 🌹 Significado espiritual de la Rosa Mística 

La advocación de Rosa Mística va más allá de la devoción tradicional; es una invitación a transformar la vida a través de la oración, la conversión y la penitencia. Las tres rosas que la Virgen porta simbolizan: 
 🌹 Blanca: espíritu de oración 
 🌹 Roja: espíritu de sacrificio 
 🌹 Dorada o amarilla: espíritu de penitencia Estos símbolos no solo decoran su imagen, sino que son un llamado a vivir en mayor comunión con Dios y a ofrecer nuestras vidas como testimonio de fe. Cada vez que he invocado a la Rosa Mística, me he sentido movida a rezar con mayor constancia, a ofrecer pequeños sacrificios cotidianos por amor y a aceptar con humildad las dificultades, entendiendo que son oportunidades de purificación espiritual. Esta devoción enseña que la Virgen camina junto a nosotros, fortaleciendo nuestro espíritu y ayudándonos a mantenernos firmes en la fe, incluso en medio de pruebas. 

 🌹 El simbolismo de las tres rosas de la Virgen

 Las tres rosas en el pecho de la Rosa Mística nos invitan a meditar sobre el camino de la fe: 
 ✅ La rosa blanca, con su pureza, nos recuerda que la oración no es una rutina vacía, sino un acto de amor que fortalece nuestra relación con Dios.
 ✅ La rosa roja, con su color intenso, simboliza los sacrificios y las pequeñas renuncias que podemos ofrecer con alegría. 
✅ La rosa dorada, con su luz, nos anima a la penitencia como medio de purificación, para acercarnos a Dios con un corazón limpio. Integrar estos valores en la vida diaria me ha ayudado a vivir la devoción con autenticidad, y cada vez que elevo una oración a la Virgen María bajo esta advocación, he sentido cómo mis peticiones encuentran respuesta con rapidez, reafirmando mi confianza en su intercesión. 

 🌹 ¿Cómo pedir con fe a la Rosa Mística? 

Pedir con fe a la Rosa Mística implica acercarse a Ella con un corazón sincero, confiando en su intercesión como madre. Puedes comenzar con una oración sencilla, hablándole con tus propias palabras, presentándole tus preocupaciones y agradecimientos. Un hábito que ha fortalecido mi conexión con Ella es dedicar un momento de oración cada día, ofreciendo un misterio del Rosario o un Avemaría en su honor. Cada 13 del mes, he procurado dedicar un tiempo especial para pedir por las necesidades de mi familia, la conversión de los corazones y la paz del mundo. No importa cuán grande sea tu petición, la Virgen escucha incluso las súplicas más sencillas. “En cada petición a la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística he sido escuchada en su inmediatez”, y con esta fe te invito a acercarte a Ella, pidiendo con confianza aquello que más necesites. 

 🌹 Oraciones y novenas a la Rosa Mística 

Las oraciones y novenas a la Rosa Mística son herramientas poderosas para acercarse a su intercesión. La novena consiste en nueve días de oración, meditando sobre los mensajes de la Virgen, sus peticiones de oración, sacrificio y penitencia, mientras se le confían intenciones personales. Una oración breve que puedes incluir en tu rutina es:
 “Oh María, Rosa Mística, Madre de Jesús y Madre nuestra, intercede por nosotros ante tu Hijo, para que podamos recibir la gracia que humildemente pedimos, si es para el bien de nuestras almas. Amén.” Incorporar estas oraciones ha fortalecido mi fe, recordándome que la Virgen María está presente en cada situación de la vida. Y, como en mi experiencia, te darás cuenta de que “en cada petición a la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística, eres escuchado en su inmediatez”. 

 🌹 Testimonios de fe y milagros de la Rosa Mística 

A lo largo del mundo, miles de testimonios confirman el poder de la intercesión de la Rosa Mística. Desde sanaciones físicas hasta cambios radicales en situaciones familiares y laborales, la Virgen actúa en quienes se acercan a Ella con fe sincera. En mi propio caminar espiritual, puedo decir con convicción que cada vez que he recurrido a la Rosa Mística, mis oraciones han sido escuchadas rápidamente, dándome señales claras, consuelo y soluciones inesperadas que han fortalecido mi fe. Estos testimonios no buscan reemplazar la voluntad de Dios, sino mostrar cómo la intercesión de la Virgen María, cuando se pide con fe, puede ser una manifestación de la misericordia divina en nuestras vidas. 

 🌹 Cómo integrar la devoción a la Rosa Mística en la vida diaria 

La devoción a la Rosa Mística no debe quedarse solo en una imagen o en rezar de forma automática; es una invitación a transformar nuestro día a día:
 ✅ Inicia tu día con una breve oración pidiendo la intercesión de la Rosa Mística. 
✅ Ofrécele tus trabajos, alegrías y dificultades como actos de amor. 
✅ Dedica un momento de silencio diario para meditar sus mensajes. 
✅ Realiza un acto de caridad o sacrificio en su honor. 
✅ Participa en la “Hora de Gracia” cada 8 de diciembre y en la oración del 13 de cada mes. Estos pequeños gestos mantienen viva la devoción, fortalecen tu fe y te permiten sentir que la Virgen te acompaña en cada paso. En mi experiencia, integrar estas prácticas ha hecho que la Virgen María, bajo la advocación de Rosa Mística, escuche mis peticiones en su inmediatez y me sostenga con su ternura en los momentos más difíciles. 

 🌹 Reflexión final: 

La Rosa Mística como madre que escucha en la inmediatez La Rosa Mística no es solo un título; es un llamado a vivir en oración, sacrificio y penitencia, confiando en la intercesión de la Virgen María como madre que nos acompaña. He comprobado que “en cada petición a la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística he sido escuchada en su inmediatez”, y esta experiencia ha transformado mi relación con Dios y con la Virgen, permitiéndome vivir cada día con mayor paz y confianza. Te invito a abrirle tu corazón a la Rosa Mística, acercarte con humildad y confianza, y permitir que su ternura guíe tus pasos mientras descubres la belleza de una fe vivida con amor.

Lectio Divina: domingo, 13 de julio de 2025

Lectio Divina: Domingo 13 de julio de 2025 – El Buen Samaritano

Lectio Divina: El Buen Samaritano - Aoraciones
Lectio Divina: El Buen Samaritano – Domingo XV del Tiempo Ordinario.

1. Lectio

Oración inicial (Beato Jorge Preca)

Señor Dios, tú estás presente y yo estoy en ti: dame la sabiduría para conocer tu espíritu. Concédeme el don del espíritu de mi Maestro Cristo Jesús. Guíame en todos mis caminos con tu luz. Enséñame a hacer siempre tu voluntad. No permitas que me aleje de tu Espíritu de amor. No me dejes cuando me abandonen mis fuerzas. Amén.

Lectura del Santo Evangelio (Lucas 10,25-37)

“Un legista preguntó a Jesús: «¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?» … Jesús le respondió con la parábola del Buen Samaritano, diciendo: «Vete y haz tú lo mismo.»”

Momento de silencio

Permite que esta Palabra penetre en tu corazón, ilumine tus heridas y te impulse a la acción con amor.

2. Meditación

La parábola del Buen Samaritano no es solo un llamado a la filantropía, sino un modelo de amor compasivo que trasciende la ley y rompe prejuicios. Nos recuerda que Jesús es el Buen Samaritano que viene a nuestro encuentro, cura nuestras heridas con el aceite de la gracia y el vino del Espíritu, y nos confía al cuidado de la Iglesia para sanar nuestras almas.

Los Padres de la Iglesia ven en esta parábola el plan de salvación: la humanidad herida por el pecado (el hombre caído), la ley incapaz de salvarnos (sacerdote y levita), y Cristo que nos salva y nos llama a seguir su ejemplo.

a) Clave de lectura: 

• Nos encontramos en el capítulo 10 del evangelio según lo cuenta Lucas. Estamos en la sección central del relato lucano, que toma forma de viaje de Jesús hacia Jerusalén: “Mientras se estaban cumpliendo los días en los que sería arrebatado del mundo, se dirigió decididamente hacia Jerusalén” (Lc 9,51). Sabemos que para Lucas, Jerusalén es la ciudad donde se realiza la salvación y el viaje de Jesús hacia Jerusalén es un tema central. El relato de Lucas comienza en la ciudad santa (Lc 1,5) y termina en la misma ciudad (Lc 24,52). En esta sección central, Lucas repetirá con insistencia el hecho de que Jesús se dirige a Jerusalén (por ejemplo en Lc 13,22; 17,11). 
 • En este texto que narra la parábola del Buen Samaritano en el contexto de la discusión con un doctor de la ley sobre el gran mandamiento, encontramos de nuevo el tema de un viaje, esta vez de Jerusalén hacia Jericó (Lc 10,30). La parábola forma parte de esta sección central del evangelio, que comienza con Jesús peregrino hacia Jerusalén con sus discípulos. Mandándoles delante de Él para preparar alojamiento en una aldea de Samaria, encuentran solamente hostilidad precisamente porque se dirigían hacia Jerusalén (Lc 9, 51-53). Los Samaritanos impedían a los peregrinos que se dirigiesen a Jerusalén y mostraban hostilidad para con ellos. Después de este hecho envía setenta y dos discípulos “ a cada ciudad y lugar donde Él debía de venir” (Lc 10,1). Setenta y dos es el número tradicional de las naciones paganas. Los Padres de la Iglesia (Ambrosio, Agustín, Jerónimo y otros) teniendo en cuenta todo el simbolismo de Jerusalén, la ciudad santa de la salvación, interpretan de modo particular esta parábola. En el hombre que desciende de Jerusalén a Jericó ven la figura de Adán que representa a toda la humanidad expulsada del Edén, el paraíso, la Jerusalén Celestial, por causa del pecado. En los ladrones, los Padres de la Iglesia ven al tentador que se despoja de la amistad con Dios y hiere con sus asechanzas y tiene en la esclavitud a la humanidad herida por el pecado. En la figura del sacerdote y del levita ven la insuficiencia de la ley antigua para nuestra salvación que será llevada a cumplimiento por el buen samaritano, Jesucristo nuestro Señor y Salvador, que saliendo también Él de la Jerusalén celeste viene al encuentro de nuestra condición de pecadores y nos cura con el aceite de la gracia y el vino del Espíritu.
 • En la posada los Padres ven la imagen de la Iglesia y en la figura del posadero, entrevén a los pastores en manos de los cuales Jesús confía el cuidado de su pueblo. La partida del samaritano de la posada, los Padres la interpretan como la resurrección y ascensión de Jesús a la derecha del Padre, pero que promete volver para dar a cada uno su merecido. A la Iglesia deja para nuestra salvación los dos denarios de la Sagrada Escritura y de los Sacramentos que nos ayudan en el camino hacia la santidad.
 • Esta interpretación alegórica y mística del texto nos ayuda a centrarnos bien en el mensaje de esta parábola. El texto de la parábola se abre con un diálogo entre un doctor de la ley que se levanta para poner a prueba al Señor diciendo: “Maestro, ¿ qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?” Jesús no responde, sino que le hace otra pregunta: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? (Lc 10, 26). Debemos considerar este diálogo como una confrontación entre dos maestros, muy común en aquella época, como sistema para clarificar y profundizar algunos puntos de la ley. Aunque aquí, prevalece el tono de polémica, no como encontramos en el texto traído por Marcos, donde la pregunta viene dada por un escriba que “los había visto discutir (Jesús y los saduceos), y visto como (Jesús) les había bien respondido” (Mc 12,28), se acerca para preguntar. Este escriba se muestra bien dispuesto para escuchar a Jesús, de modo que el Señor termina el diálogo: “No estás lejos del reino de Dios” (Mc 12,34).
 • Sin embargo Mateo coloca esta pregunta en el contexto de una discusión entre Jesús y los saduceos en la que estaban presentes algunos fariseos, que “ habiendo oído que Él había cerrado la boca a los saduceos, se reunieron juntos y un doctor de la ley, lo interrogó para ponerle a prueba...” (Mt 22,34-35). Jesús responde enseguida citando el mandamiento del amor, que se encuentra en los libros del Deuteronomio y del Levítico Sólo en el texto de Lucas la pregunta no se hace sobre cuál sea el mandamiento más grande, sino cómo heredar la vida eterna, una pregunta que los sinópticos la ponen de nuevo en la boca de un joven rico (Mt 19,16; Mc 10,17; Lc 18,18). Como en Marcos, también aquí Jesús alaba al doctor de la ley : “Has respondido bien; haz esto y vivirás” (Lc 10,28). Pero el doctor no está todavía contento con la respuesta de Jesús y “queriendo justificarse” (Lc 10, 29) por haber hecho la pregunta, le pide quién es el prójimo. 
• Esta segunda pregunta hace de introducción y enlaza la siguiente parábola con el diálogo entre Jesús y el doctor de la ley. Podemos ver una inclusión entre el versículo 28 que cierra la disputa y nos prepara a la narración de la parábola y el versículo 37 que cierra definitivamente el diálogo y la parábola En este versículo, Jesús repite al doctor de la ley que había definido al prójimo como aquel “que ha tenido compasión”: “Ve y haz tú lo mismo”. Esta frase de Jesús nos recuerda las palabras pronunciadas en la última cena, como nos la cuenta Juan, cuando, después de lavar los pies Jesús invita a los discípulos a obrar según su ejemplo. (Jn 13,12-15). En esta última cena Jesús deja a los suyos el mandamiento del amor, entendido como la disponibilidad a “dar la vida” para amarnos mutuamente como el Señor nos ha amado (Jn 15,12-14). Este mandamiento va más allá de la observancia de la ley. El sacerdote y el levita han observado la ley, no acercándose al pobrete herido y dejado medio muerto, para no volverse impuros (Lev 21,1) Jesús va más allá de la ley y quiere que sus discípulos obren como Él. “Por esto sabrán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros” (Jn 13,35). Para el discípulo de Jesús, la mera filantropía no es suficiente, el cristiano está llamado a algo más que le hace semejante a su maestro, como dice el apóstol Pablo: “Ahora, nosotros tenemos el pensamiento de Cristo” (1 Cor 2,16) “Porque el amor de Cristo nos urge, persuadidos como estamos de que uno murió por todos” (2 Cor 5,14). 

b) Preguntas para orientar la meditación y la actualización: 

• ¿Qué te ha golpeado más en la parábola? 
• ¿Con quién te identificas en el relato? 
• ¿Has pensado alguna vez en Jesús como el Buen Samaritano? 
• En tu vida ¿sientes la necesidad de la salvación? 
• ¿Puedes decir con el apóstol Pablo que tienes el pensamiento de Cristo? 
• ¿Qué cosa te constriñe al ofrecer amor al prójimo? ¿La necesidad de amar y ser amado o la compasión y el amor de Cristo? 
• ¿Quién es tu prójimo?

3. Oración

Cántico – 1 Pedro 2,21-24: “Cristo sufrió por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. El que no cometió pecado, y en cuya boca no se halló engaño; el que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados. Erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas.”

4. Contemplatio

Permanece en silencio ante Jesús, el Buen Samaritano, y deja que su misericordia sane tus heridas. Permítele transformar tu corazón para que puedas amar y servir como Él. Recuerda: “Sabiendo estas cosas, seréis dichosos si las ponéis en práctica” (Jn 13,17).