Alegría, palabra maravillosa
“Alegría.” Una palabra sencilla, pero que lleva en sí un eco profundo de cielo, un latido de esperanza que María quiere sembrar en nuestros corazones cada día.
La Santísima Virgen le dijo a Juan Diego estas palabras:
¿No soy Yo la fuente de tu Alegría?
Desde el pesebre, junto a Jesús, nuestra Madre nos repite estas mismas palabras a cada uno de nosotros, invitándonos a mirar hacia la verdadera fuente de la alegría: su Corazón Inmaculado y el Corazón de su Hijo.
Qué hermoso es ir a esa “fuente de la alegría”. Es refugiarnos en Ella, escucharla, ser de Ella, llenarnos de Ella. Amarla y amar a Jesús con un amor puro y confiado.
Cuando lo hacemos, nuestro corazón se ensancha y se llena de la verdadera alegría interior, esa alegría que, aunque haya dificultades en la tierra, permanece como un fuego interno que no se extingue.
Es el fuego del Amor con mayúscula, ese Amor que nos llena de fe, paz, esperanza y alegría cada día, aun en las noches de prueba.
Reflexión: ¿Dónde buscar la alegría?
El mejor lugar para encontrar esta alegría verdadera no está en lo externo, en las cosas materiales o en los aplausos del mundo. El lugar donde brota la alegría que nada ni nadie puede arrebatar es en la unión de amor con el Niño Jesús y con María, en nuestro pesebre interior, donde la sencillez y la fe preparan el espacio para que Jesús nazca en cada latido de nuestra alma.
Tenemos todo el día para encontrarnos con Él en un susurro de oración, en un momento de silencio, en una mirada al cielo que dice “Gracias”. Y durante la noche, ese pesebre interior se convierte en el lugar donde refugiarnos en Sus amados brazos, donde nuestra alma descansa y se fortalece.
María nos invita cada día a recordar que, aunque el mundo grite con ruidos de preocupación, la verdadera alegría se encuentra en Jesús, en la confianza en la Providencia, en los detalles sencillos y en cada acto de amor que ofrecemos con el corazón.
Hoy, pregúntate: ¿Dónde estoy buscando mi alegría? ¿En la aprobación de los demás, en las cosas pasajeras o en el amor de Dios?
Regresa a la fuente de la alegría: Jesús y María te esperan con ternura infinita.
Un llamado a tu corazón
Querido amigo de Aoraciones, si sientes que tu corazón está cansado, si la tristeza ha tocado tu puerta o si buscas renovar tu esperanza, recuerda que en María y en Jesús siempre hay un abrazo esperándote. La Virgen de Guadalupe le dijo a Juan Diego: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” y también le recordó que es la fuente de su alegría.
Hoy Ella te dice a ti lo mismo. Acércate con confianza, deja que esa alegría que brota del amor verdadero inunde tu vida y compártela con otros. Porque la alegría que se comparte crece y se multiplica en bendiciones.
¡Que la Virgen y Jesús llenen hoy tu corazón de Alegría!
🙏 Si esta reflexión tocó tu corazón, compártela y ayúdanos a difundir la alegría que viene de Dios. Así, juntos, llevaremos luz a más corazones que la necesitan.
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