Hoy conmemoramos a Sor María de San José, primera beata de Venezuela
Cada 7 de mayo celebramos a Sor María de San José, la primera beata nacida en Venezuela. Fue una religiosa ejemplar, cofundadora de la Congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y su primera superiora general, dedicada al servicio de los más necesitados.
¿Quién fue Sor María de San José?
Laura Evangelista Alvarado Cardozo, conocida como Madre María de San José, nació el 25 de abril de 1875 en Choroní, Venezuela. Desde pequeña mostró una fe profunda y vocación de servicio.
A los 13 años, el 8 de diciembre de 1888, día de la Inmaculada Concepción, hizo su Primera Comunión y prometió consagrar su virginidad a Dios. A los 18 años comenzó a preparar a niños para la Primera Comunión en su parroquia.
En 1893 cofundó la Sociedad de las Hijas de María, y más tarde, en 1899, fue nombrada directora y administradora del Hospital San José en Maracay, donde dedicó su vida al cuidado de los enfermos y desamparados.
La fundación de las Hermanas Agustinas Recoletas
En 1901, junto al padre Justo Vicente López Aveledo, fundó la Congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, aprobada por el Papa San Pío X. Ese mismo año adoptó el nombre religioso de Sor María de San José.
Fue elegida como la primera superiora general de la congregación en 1903, liderando la apertura de más de 35 casas de ayuda en toda Venezuela, incluyendo hospitales, asilos, orfanatos y escuelas.
Una vida de servicio y santidad
La Madre María recorrió Venezuela estableciendo obras sociales y asistenciales, siempre atenta al sufrimiento de los más pobres. Falleció el 2 de abril de 1967 en Maracay. Sus restos descansan en la Capilla de las Hermanas Agustinas de la Casa Hogar Inmaculada Concepción, donde pasó gran parte de su vida.
El milagro y la beatificación
En 1982 ocurrió el milagro que permitió su beatificación: la curación inexplicable de la Hermana Teresa Silva, quien había quedado inválida por una enfermedad. La Madre María le había profetizado su sanación antes de morir.
Finalmente, el 7 de mayo de 1995, el Papa San Juan Pablo II la proclamó Beata. En su homilía destacó:
"La Madre María es una mujer que supo fundir de manera admirable oración y acción, consumándose en un amor ilimitado hacia Dios y en la práctica de la más genuina caridad hacia el prójimo."