Súplica Profunda a la Divina Providencia para la lucha diaria
¡Oh Divina Providencia!,
Fuente inagotable de bondad y misericordia,
postrado ante tu infinita majestad,
acudo hoy con corazón contrito y espíritu necesitado.
Tú, que desde toda eternidad cuidas de tus hijos
y con sabia mano gobiernas los cielos y la tierra,
vuelve tu mirada compasiva hacia este pobre siervo tuyo
que en Ti pone toda su esperanza.
Súplica Profunda a la Divina Providencia para la fatiga de todos los días
En la fatiga de los días y en la zozobra de las noches,
cuando el peso de las preocupaciones agobia mi alma,
sé Tú, Señor, mi refugio y mi consuelo.
Tú sabes, Dios providente, cuántas veces
falta el pan en la mesa, la salud en el cuerpo,
la paz en el corazón y la luz en el camino.
A ti, que todo lo ves y todo lo puedes,
clamo con fe viva y confianza absoluta:
no permitas que mi hogar sufra necesidad,
que mis manos trabajen en vano,
ni que mi espíritu desfallezca en la prueba.
Guía mis pasos en la senda de la virtud,
presérvame de las tentaciones y peligros del mundo,
y si en tu insondable designio permites la cruz y el dolor,
dame la fortaleza para aceptarlos con amor y paciencia.
Oh Divina Providencia,
bendice a los míos,
ampara a los enfermos y desvalidos,
y extiende tu mano generosa sobre todos aquellos
que claman tu auxilio en la hora de tribulación.
Haz que nunca me falten los auxilios espirituales,
y que siempre, en prosperidad o en adversidad,
mi alma permanezca unida a Ti
por la gracia y la fe perseverante.
Te lo pido por los méritos infinitos
de tu Hijo amadísimo, Nuestro Señor Jesucristo,
y por la intercesión poderosa de la Santísima Virgen María,
Madre de la Divina Providencia.
Amén.